Por siempre nuestro secreto

Capítulo 29 Dulce luna de Miel.

Leonardo 

—hola, mi amor ¿cómo estás?. 

—como crees que voy a estar Leonardo si ni siquiera he podido hablar contigo bien a solas para festejar nuestro logro y encima lo que paso con tu madre. 

—Megan en los mensajes te, explique cómo es que estuvieron las cosas. 

—eso no es suficiente Leonardo soy tu novia el amor de tu vida siempre tengo que ser tu prioridad y pareciera que tu prioridad es esa muchachita. 

—Megan no se te olvide que Sara es mi esposa ante la sociedad ella si es mi prioridad tengo que actuar como tal además tú y yo habíamos festejado por adelantado en la despedida de soltero no se te olvide y que lo que paso con mi madre fue para que ella no sospechara nada. 

—no se me olvida, pero tengo que decirte que no es suficiente Leonardo ese tiempo sobre tu madre lo entiendo pues la señora Amelia no es para nada tonta. 

—pues precisamente por eso mi amor era todo lo que podía ofrecerte solo hablar contigo por mensajes lo siento.

—como que es todo lo que podías ofrecerme. 

—pues si amor era mi boda por lógica mi atención tenía que estar centrada en Sara además no se te olvide todo esto lo estamos haciendo para estar juntos que no se te olvide eso además todo fue tu idea. 

—yo sé perfectamente que fue mi idea Leonardo no me lo tienes que recordar cada 5 minutos. 

—Tampoco es que te lo recuerde siempre. 

—no, pero siempre que tienes la oportunidad lo mencionas y eso no es algo agradable. 

—pues lo siento amor si te hago sentir así con mis comentarios. 

—no sé si perdonarte es algo que tendré que pensar. 

—Megan amor por favor no te pongas así dime como puedo compensar lo del mal rato que te hice pasar. 

—pues cuando regreses de tu luna de miel tendrás que pasar tiempo conmigo nos veremos más seguido que antes de acuerdo. 

—ok está bien. 

—bueno eso espero porque de lo contrario me voy a molestar bastante y tendremos problemas y no quieres eso o si corazón. 

—no mi amor claro que no. 

—bueno corazón una vez aclarado el punto te dejo para que sigas disfrutando de tu luna de miel con tu esposa. 

—si está bien cuídate mucho amor. 

—tú también cuídate intenta no morirte de aburrimiento sin mí. 

Después de decir esto Megan colgó la llamada y yo solo di un largo suspiro. 

Pues realmente no entiendo por qué quiere que nos veamos más seguido si ella perfectamente sabe que las cosas son más complicadas ahora pues antes solo era ella quien estaba casada. 

Ahora yo también estoy casado y aunque Sara está consciente de todo será algo un tanto difícil pues tengo que acomodar mis tiempos para que nadie sospeche de mi amorío con Megan. 

Tengo que parecer un marido que todo el tiempo está con su esposa. 

Además tengo que aceptar que pasar tiempo con Sara no es para nada aburrido de hecho es muy agradable, pero en fin ya me tocará pensar en cómo le haré más tarde por ahora disfrutaré de mi estancia en la playa. 

Así que decidí volver con Sara cuando entre en la habitación donde estaba ella la encontré hablando por teléfono. 

Ella no me vio así que no hice ruido ni nada por el estilo hasta que se despidió de la persona con la que estaba hablando.

Una vez que colgó le dije. 

—con quien estabas hablando pequeña. 

—hola, guapo con mi abuelita quería saber como estaba. 

—y bien ¿cómo está la abuela Mariana?. 

—me dijo que estaba bien sigue lúcida gracias al cielo ese tratamiento está funcionando de maravilla. 

—que bueno, pequeña me alegro muchísimo pues tu abuela me agrada mucho es una persona que muy fácilmente se da a querer. 

—lo sé Leo mi abuelita es un sol enorme. 

—de eso no hay duda, pero bueno cambiando drásticamente de tema quiero que te instales y te arregles un poco para salir a la playa y que conozcas el mar te parece. 

—si por su puesto que si como ansias por conocer el mar. 

Después de tener esa pequeña conversación con Sara yo también decidí alistarme para ir a la playa. 

Me puse una camisa blanca de manta artesanal mejor conocida como guayabera, unos shorts color café y unas sandalias de playa. 

Mientras esperaba a que Sara saliera de la habitación tome un vaso de whisky para comenzar al relajarme sé que se podría decir que era algo temprano para consumir alcohol pues eran las 11:30 de la mañana, pero estoy de vacaciones en mi luna de miel así que todo es válido. 

Por suerte Sara no me había preguntado quien había sido la persona que me había llamado cosa que agradezco pues aunque ella sabe todo de cierta manera siento que no es necesario que se entere de nada que tenga que ver con mi relación con Megan para que no sea incómodo para ella. 

Cuando Sara ya se encontraba lista salió de la habitación vestida con un bikini azul de dos piezas que estaba cubierto por una camiseta tipo velo que cubría su cuerpo hasta las rodillas. 

Tome la mano de mi esposa y juntos caminamos a la entrada del hotel. 

Iba a pedir que nos trajeran mi auto cuando Sara me dijo que quería caminar para así conocer mejor los lugares y que la experiencia fuera más completa. 

Yo por mi parte no tan convencido decidí aceptar solamente porque la playa no quedaba muy lejos del hotel. 

Otra petición que Sara me pidió fue que le diera a Enrique y a los demás guardaespaldas la tarde libre porque no creía que fuera necesario que estuvieran con nosotros todo el tiempo y que además también necesitaban un descanso pues ella siempre veía que estaban a mi lado. 

De cierta manera ella tenía razón pues efectivamente siempre estaban a mi lado en especial Enrique quien además de ser mi guardaespaldas es para también un buen amigo. 

Así que luego de pensarlo un poco decidí hacerle caso a Sara y les di a mis guardas espaldas la tarde libre y camine tomado de la mano de mi esposa rumbo a la playa. 

El recorrido que hicimos para llegar a la playa fue muy agradable pues pudimos observar la belleza de las calles de Cancún y las tiendas que había ver a la gente caminar eso me generó un buen recuerdo pues ya tenía mucho tiempo que no caminaba por la calle sin mis guardas espaldas. 




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