Por siempre nuestro secreto

Capítulo 31 paciencia

Leonardo. 

— pero porque quiere hacer eso Leo y tú que le dijiste no me digas que si va a venir. 

—descuida le dije que no porque no me parecía buena idea que ya no se puede confiar en nadie y cualquiera con un teléfono podría tomarnos una foto y subirla a redes sociales causando así un escándalo. 

—eso es un alivio ahora dime que te dijo ella como lo tomó. 

—pues no muy bien empezó a gritarme y a decirme que quiere verme le dije que tenía que esperar hasta que se terminará nuestro viaje que además ella tiene que estar también con el gobernador. 

—eso es cierto, pero al parecer no lo comprende pues supongo que si te extraña o realmente no sé. 

—pues yo tampoco sé que le pasa antes pasábamos más tiempo separados sin vernos y no había ningún problema. 

—no crees que tal vez el problema sea yo Leo. 

—¿cómo tú vas a ser el problema?. 

—pues si porque te casaste conmigo por eso. 

—no tiene que tener problema con eso ella sabe perfectamente que estamos haciendo esto para estar juntos de hecho ella fue la que me sugirió que hiciéramos esto como ya te lo había comentado aquella vez cuando te propuse que hiciéramos esto. 

—es muy cierto eso aunque no se te olvide que una cosa muy distinta es decir y otra muy diferente hacer. 

—pues eso es cierto es por eso que no quiero que esto se convierta en un circo así que me negué a darle la dirección.

—y que fue lo que te dijo cuando le dijiste eso. 

—pues que te digo pequeña se enojó mucho y me colgó es por eso que prefiero mejor que nos vayamos en bote para que no nos encuentre. 

—estás seguro de que no quieres verla. 

—no es que no quiera ver la pequeña, claro que quiero verla solo tengo miedo que suceda lo que ya te mencione sobre algún paparazzi nos ubique además  no quiero que sea incómodo para ti y no se me olvida mi promesa de no dejar que se te acerque. 

—está bien entonces manos a la obra vamos a hacer las maletas para irnos. 

—no te preocupes por las maletas enviaré a alguien a que las haga por eso no hay problema. 

—seguro no eso es demasiado yo puedo hacerlas perfectamente tanto la tuya como la mía. 

—como ya te mencioné antes pequeña por eso no hay problema. 

Después de decirle eso le extendí mi mano a Sara para qué la tomará y así nos fuéramos a desayunar algo para después irnos al bote para iniciar el viaje. 

Entonces así fue desayunamos y, lleve a mi esposa hacia el puerto para conocer el bote.

Le, señale cuál de todos los botes era el nuestro y la relación de Sara fue extraña pues no dejaba de reírse como de manera nerviosa me intrigó mucho que se portará así tanto que decidí preguntarle.

—pasa algo pequeña o por qué te estás riendo de esa manera. 

—no pasa nada es solo que siempre suelo reír de la nada cuando me pongo nerviosa. 

—en cerio y eso ¿por qué?. 

—pues pensé que sería un bote un poco más pequeño parece un barco está muy grande también tengo que decirte otra cosa que en sí es por lo que me estoy poniendo nerviosa. 

—dime pequeña que paso. 

—pues verás vas a decir que es mi primera vez en todo, pero también es mi primera vez que me subo en un bote perdón ya sé que es algo fastidioso y es por eso que estoy algo nerviosa. 

—pequeña pues te diré como todas las otras veces aquí voy a estar para ti siempre. 

Después de decir esas palabras tomé la mano de Sara y a pesar de que no había cámaras presentes sentí la necesidad de besarla. 

Y como no quería quedarme con las ganas lo hice le di un largo beso el cual ella correspondió de manera gustosa o al menos yo lo percibí de esa manera. 

Un beso que como todos los que le doy a Sara no quería que terminará aunque por desgracia si terminó. 

Subimos al bote tomados de la mano le, presente a cada una de las personas que conforman la tripulación y mientras  el capitán del bote Mariano emprendía el viaje nosotros nos instalábamos. 

Una vez que estuvimos instalados le extendí mi mano a Sara y le dije que iríamos a dar una vuelta por todo el bote para que lo conociera ella aceptó encantada. 

Era tan linda la cara que ponía Sara cada que le mostraba alguna parte del barco parecía una niña pequeña pues estaba maravillada con todo lo que veía. 

Después de mostrarle a mi esposa cada uno de los rincones del barco pensé que sería buena idea tomar el sol en la cubierta así que se lo propuse a Sara y aceptó. 

Fue así como pasamos parte de la tarde en la cubierta comiendo aperitivos y bebiendo bebidas alcohólicas la estaba pasando demasiado bien para ser sincero de maravilla. 

Eran aproximadamente las 5 de la tarde cuando Mariano el capitán del bote me dijo que habíamos llegado a un pequeño cenote así que le informe a Sara que debíamos bajar para conocer y ella muy gustosa aceptó. 

Fue así como bajamos del bote y llegamos al precioso cenote le pregunté a Sara que si quería bucear, pero dijo que pues no sabe nadar. 

Le comenté que teníamos un instructor en nuestro bote y que él podía perfectamente ayudarle ella no quiso a sí que meramente nos limitamos a ver por fuera las hermosuras del cenote. 

Mientras admirábamos el hermoso paisaje observe una parte del cenote la cual  no estaba nada profunda así que tuve una idea y decidí comunicársela a Sara. 

—pequeña tengo una idea ¿quieres que la diga?. 

—ja, ja, ja depende guapo si me conviene adelante diamela si no mejor guarda silencio. 

—ja, ja, ja pues creo que si te conviene. 

—a bueno entonces dime que es si me conviene soy todo oídos. 

—perfecto pues mi idea conociste en lo siguiente vez ese bonito espacio del cenote que no está tan profundo. 

—si lo veo que pasa con ese espacio. 

—pues como ya te lo mencione no está tan profundo así que te parece si tú y yo entramos a que nades ay con mi ayuda te parece. 

—Leo de verdad no sé nadar prácticamente estaría agarrada a ti todo el tiempo. 




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