Por siempre nuestro secreto

Capítulo 48 Me muero sin ti.

Sara 

De repente dos hombres encapuchados entraron por la puerta de la casa de la abuela para después comenzar a dispararnos a Leo y a mí. 

Inmediatamente Leo al ver esto se abalanzó sobre mí para cubrirme con su cuerpo y que no me pasara nada. 

Cuando caímos al suelo pude notar que Leo tenía los ojos cerrados estaba inconsciente cosa que me aterrorizó pues no sabía por qué. 

De repente comencé a sentir mojado todo mi pecho y abdomen ay fue cuando me di cuenta de que Leo estaba herido. 

Pues lo que me estaba mojando mi pecho y el abdomen era la sangre de Leo al darme de cuenta de esto me comencé a desesperarme quería gritar para pedir ayuda. 

Pero no podía hacerlo pues si lo hacía los hombres se darían cuenta de que yo no estaba herida y nos dispararían nuevamente.

Así que por esta razón tuve que quedarme callada y también cerrar los ojos para que pensaran que me habían herido. 

Los disparos continuaron por alrededor de un minuto después de que caímos al suelo. 

Después dejaron de escucharse luego pude sentir como los dos hombres se acercaron a Leo y a mí. 

Tocaron mi cara y pude escuchar como uno de los hombres le decía al otro. 

—no puede ser creo que la regamos los patrones se van a molestar mucho con nosotros. 

—por qué dices que la regamos camarada si matamos a la vieja mira.

—pues porque si la matamos, pero ve quien está arriba de ella. 

— quien su ¿guardaespaldas?. 

—claro que no es su guardaespaldas es Leonardo Montero. 

—es verdad que vamos a hacer nos mataran por esto. 

—ya lo sé que explicación le daremos a los patrones. 

—no lo sé, pero tenemos que irnos porque creo que se escuchan pasos. 

—está bien vámonos en el camino pensaremos que hacer.

Después de decir eso todo quedó en silencio solo se escucharon los pasos de aquellos hombres al salir de la casa. 

Yo permanecí en silencio a pesar de que ya habían salido los hombres solo por el miedo que tenía a que regresarán. 

Cuando estaba por empezar a moverme para poder revisar bien el estado de Leo. 

Nuevamente se escucharon pasos acercándose el miedo se volvió a apoderar de mí pues pensé que aquellos hombres habían regresado. 

Pero sentí un alivio cuando escuche la voz del señor Enrique que gritaba los nombres de Leonardo y míos. 

Cuando yo escuche su voz inmediatamente empecé a gritar.

—señor Enrique por favor ayúdeme por favor auxilio. 

Después de que pronuncie estas últimas palabras vi como el señor Enrique entró por la puerta al vernos inmediatamente se acercó a nosotros checo el pulso de Leo para verificar que estuviera vivo por suerte si lo estaba y luego lo movió de encima de mí.

Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que tenía 3 impactos de bala en la espalda. 

En cuanto lo acomodó yo me moví a lado de Leo lo tome en mis brazos comencé a llorar desesperadamente y a decir. 

—por favor señor Enrique ayúdeme por favor llame a una ambulancia por favor no deje que mi amor se muera por favor llame a una ambulancia. 

—señora Montero por favor cálmese ya ordene que llamaran a una ambulancia ya vienen para acá, pero necesito que se calme y que no mueva mucho al señor Montero por favor señora también necesito que me diga que fue lo que pasó. 

Yo no podía dejar de llorar Leo no despertaba, estaba perdiendo mucha sangre no podía ni hablar pues me estaba ahogando en llanto. 

Tenía muchísimo miedo no quería que a mi Leo le pasara algo la sola idea de pensarlo hacía que llorara cada vez más el señor Enrique al ver esto trataba de calmarme diciendo. 

—señora Montero necesito que se calme todo estará bien. 

—de verdad usted cree eso, señor Enrique porque no sé si voy a poder resistir que a mi Leo le pase algo yo me muero si algo le pasa. 

—claro que sí lo creo señora Montero el señor Leonardo es un hombre muy fuerte que no se va a dejar vencer por algo así. 

—de verdad eso espero ojalá que si tenga razón. 

— ya verá que si señora Montero ahora intente calmarse un poco por favor porque necesito saber que fue lo que pasó, ya que solo vimos a una camioneta negra blindada que salió a toda velocidad entonces yo al ver esto ordene a mis hombres que siguieran esa camioneta. 

—señor Enrique lo que paso es que Leo y yo estábamos platicando aquí en la casa así que de repente se escuchó un fuerte golpe en la puerta y por ella entraron 2 hombres totalmente encapuchados después de eso comenzaron a dispararnos fue entonces cuando Leo se abalanzó sobre mí para protegerme y fue cuando recibió los disparos. 

Luego de decir esto último comencé a llorar nuevamente en extrema exageración. 

El señor Enrique seguía intentando consolarme y también estaba llamando por teléfono para checar como iba la persecución de aquellos hombres. 

De repente llegaron los para médicos se acercaron a mí y a Leo. 

Me dijeron que necesitaban que me separara de Leo pues necesitaban revisarlo. 

Yo no quería hacer esto no quería separarme de Leo quería estar con él. 

Sin embargo tuve que hacerlo pues comprendía que tenía que revisarlo. 

Yo por mi parte estaba observando cómo lo atendían cuando de repente una de las para médicos se acercó a mí me dijo que si quería que me revisaran yo le dije que no que me encontraba bien que lo único que me importaba era que Leo estuviera bien. 

Me dijo que si estaba segura de eso pues tenía toda mi blusa manchada de sangre. 

Yo le dije que esa sangre no era mía era de Leo, ya que había caído arriba de mí por protegerme y que era por eso que tenía mi ropa manchada, pero que yo estaba bien. 

Después de eso la para médico comprendió aun así se quedó a mi lado abrazándome diciéndome que todo estaría bien 

Luego de unos minutos después de que los para médicos revisaran a Leo me dijeron que se lo llevarían al hospital para que fuera atendido. 




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