Por siempre nuestro secreto

Capítulo 52 secretos

Sara

Te amo le dije esas palabras a mí, inconsciente Leo porque realmente era lo que sentía. 

Pues con esto que le había pasado me había dado cuenta de mis sentimientos pues por el simple hecho de pensar en perderlo siento que pierdo todas las fuerzas de mi cuerpo y las ganas de vivir se me van completamente. 

Más, sin embargo, sé que tengo que ser fuerte por el bien de mi bebé sé perfectamente que debo estar tranquila. 

Pero eso es algo que es muy difícil para mí porque verlo así inconsciente en esa cama me parte el corazón. 

Quiero que despierte que para que me abrace y me tome de la cintura como siempre extraño tanto su voz. 

Extraño que me llame pequeña la verdad es que ahora es cuando me doy cuenta lo mucho que lo amo. 

No sé en qué momento fue que paso lo único que se es que lo amo muchísimo y quiero estar con él. 

Toda la vida para que juntos observemos crecer a nuestro bebe. 

Quiero ver cuál será su reacción cuando le diga que vamos a ser papas.

Yo quiero todo con él, sin embargo, para eso necesito que él despierte porque él no debía de pasar por esto. 

No era justo ese ataque ni siquiera era para el era para mí y él se interpuso para salvarme no solo mi sino también a nuestro bebé aunque en esos momentos ni siquiera sabíamos ninguno de los dos que seríamos padres. 

Al recordar eso nuevamente comencé a llorar descontroladamente y tomé con más fuerza la mano de Leo. 

Y le declaré que me costará lo que me costará haría todo lo humanamente posible para encontrar a los responsables del atentado. 

Después de mencionarle eso yo seguía llorando desconsoladamente tomando y acariciando la mano mi Leo mencionándole toda la falta que me hacía. 

Así fue como entre pláticas, caricias y llanto se me paso el tiempo volando al parecer porque de repente por la puerta entró la enfermera que me había llevado al cuarto y me dijo. 

Que mi tiempo con Leo había terminado y que era momento de que la señora Amelia entrará para poder ver a su hijo. 

Yo le manifesté que estaba bien y aunque no quería separarme de Leo era algo que debía hacer pues entendía que la señora Amelia era su madre y merecía verlo estar con él. 

De esta manera que sin pensarlo más salí de la habitación y me encontré con la señora Amelia quien me abrazo también me mencionó que Ricardo me estaba esperando con el señor Montero en la sala de espera. 

Que me iba a acompañar a la casa de los Montero lugar donde mis pertenencias ya se encontraban esperándome.

Ya que me quedaría con ellos por tiempo indefinido hasta que Leo se recupere y todo esto se aclare pues estaría más segura. 

También me manifestó que nunca estaría sola pues aparte de mi guardaespaldas Adrián otros 5 hombres me estarían escoltando para evitar que pudieran hacerme daño a mí o al bebé. 

Aunque la idea no me gustaba tanto pues prácticamente no tendría nada de privacidad, pero comprendo la situación en la que me encuentro pues me intentaron matar el atentado como ya lo mencione era para mí. 

Así que era lo mejor para los dos tanto para el bebe y para mí. 

Siendo de esta manera no puse ninguna objeción pues no quería que el sacrificio de mi Leo fuera en vano. 

Tenía que cuidar a nuestro bebé para que cuando él despertará pudiéramos ser una familia. 

De esta manera una vez que me despedí de la señora Amelia me dirigí a la sala de espera donde se encontraban esperándome Ricardo y el señor Montero. 

Los, salude y el señor Montero me abrazo y me dijo. 

—mi niña preciosa ya Ricardo me mencionó lo que la mala mujer de Megan te hizo pasar no entiendo realmente que hacía ella aquí sea mande reforzar la seguridad para que absolutamente nadie entre sin ser identificado y hasta que yo lo apruebe. 

—me parece bien señor Montero de verdad muchas gracias por todo lo que están haciendo por mí. 

—no tienes nada que agradecer hija mía pues ahora que Leonardo no puede estar contigo yo estaré contigo para protegerte a ti y a mi nietecito o nietecita. 

—que espera Sara no me digas que estás esperando bebe. 

—si así es Richi estoy esperando una pequeña luz. 

—no puede ser perdón hija por revelar el secreto fui muy impulsivo quedamos que todo se mantendrá en secreto. 

—no se preocupe señor Montero sé que Richi sabrá guardar el secreto y no mencionará nada pues yo confío en él. 

—muchas gracias por la confianza Sarita de verdad que no te voy a defraudar y puedes estar segura de que tu secreto estará a salvo conmigo. 

—de verdad Richi gracias por todo a ti también. 

—no hay nada que agradecer para eso somos los amigos de esta manera pues nada déjame darte un abrazo y felicitarte por ese bebe que como tú mencionas es una luz en medio de todo este desastre. 

Después de mencionar esto último Ricardo me dio un fuerte abrazo. 

Luego nos despedimos del señor Leonardo aunque no quería irme del hospital tenía que hacerlo para poder hablar a solas con Ricardo darme un baño y claro comer algo. 

Cuando salimos del hospital había muchos periodistas afuera quienes inmediatamente al ver que salí del hospital se abalanzaron sobre mí. 

Por suerte mis 6 guardaespaldas estaban ay impidiendo que llegarán a mi Ricardo por su parte estaba a mi lado con su mano en mi hombro también cuidándome. 

Ya que de no ser por ellos tanta multitud me hubiera aplastado. 

Escoltada y protegida en todo momento por ellos fue que llegamos a la camioneta de los señores Montero. 

Ya cuando estábamos adentro de esta me sentí aliviada de salir de todo ese desastre.

El camino a la casa de mis suegros fue tranquilo y sin contratiempos. 

En cuanto entramos a la casa el personal de servicio ya nos estaba esperando con el desayuno listo. 

Que más bien ya era comida pues con tanta cosa que había pasado había perdido la noción del tiempo y no me había percatado que ya pasaban de las 12 del medio día así que ya no podía seguir perdiendo más tiempo debía de comer algo inmediatamente. 




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