Por siempre nuestro secreto

Capítulo 57 Un pedacito de cielo.

Leonardo 

El silencio reino durante unos minutos pues realmente estaba muy impresionado por la noticia de verdad era algo que no esperaba. 

Tenía muchos sentimientos encontrados entre los cuales estaban sorpresa y miedo pero sobre todo felicidad. 

Pues definitivamente no sé por qué, pero yo quería tener hijos y ahora que sé que tendré uno con Sara una extraña sensación de felicidad se apoderó de mí. 

Pensaba si sería niña o niño en cómo se llamaría sé que es muy pronto, pero debo de ir pensando a que escuela es a la que lo mandaré. 

Pensaba esta y mil cosas cuando de repente escuché la voz de mi pequeña Sara que me decía. 

—mi amor por favor dime algo ¿por qué no dices nada?, dime acaso no te gustó la noticia sé que no estaba en los planes mucho menos en el contrato, pero es algo que paso fue un hermoso accidente. 

Salí de mi trance al escucharla decir eso así que mire a la cara de mi pequeña quien por cierto se notaba con expresión preocupada. 

Eso sin duda era lo que menos quería ver a mi Sara preocupada con esto sabía entonces debía reaccionar inmediatamente así que. 

Puse una de mis manos en el vientre de mi esposa la acerque a mí y le di un beso para después decirle. 

—por supuesto que me da gusto mi pequeña vamos a ser papas estoy super feliz por eso. 

—de verdad mi amor júrame que no me estás mintiendo. 

—te lo juro por mi madre que no te miento de verdad es una excelente noticia una de las mejores que me han dado en la vida. 

—ya lo sé mi amor para mí también es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida nuestro bebé tuyo y mío. 

—ya lo sé mi pequeña esto cambia totalmente las cosas. 

—¿a qué te refieres? Con que las cosas cambian. 

—así es pequeña pues ahora que sé que vamos a ser papas no te voy a dejar el contrato no va a terminar en un año. 

—estás hablando de que lo vas a extender o a caso  ¿tienes otros planes?. 

—tengo otros planes pequeña pues te acuerdas el día del ataque te mencioné que le pedí un tiempo a Megan porque estaba cansado de sus reclamos. 

—si lo recuerdo perfectamente, pero dime eso ¿tiene algo que ver?. 

—si mi pequeña pues como te estaba diciendo ella me decía que yo te dedicaba mucho tiempo porque te estaba agarrando cariño. 

—me acuerdo perfecto de eso mi amor.

—pues yo al principio se lo negaba como ya te lo mencione, pero después llegó el punto en el que ya no podía seguirle negando algo que era real tenía mis dudas al final comprendí tal vez Megan tenía razón y tu mi pequeña me estabas importando demasiado. 

—estás hablando en serio mi amor. 

—si pequeña debes saber que te quiero que me importas muchísimo te adoro Sara Andrea Montero te convertiste en alguien muy importante para mí daría mi vida por ti sin pensarlo. 

—lo se me lo demostraste cuando me protegiste debes saber que yo también daría mi vida por ti mi amor te adoro muchísimo. 

—también te quiero aunque ahora que sé de nuestro bebe te quiero más mucho más a ti y a nuestro pedacito de cielo. 

—es hermoso que le digas así mi amor yo le digo nuestra luz. 

—también es hermoso mi pequeña, pero cuéntame más ¿ya te dijeron que será? ¿Cómo está?, ya lo conociste cuéntamelo todo por favor. 

—no mi guapo aún no sé que será como es muy pequeño aún no se deja ver en cuanto así lo conocí si mi amor hace una semana te juro que trate de esperarte, pero me dijeron que el ultrasonido era necesario para los estudios de rutina. 

—está bien mi amor si era necesario que lo vieras sin mí no hay problema, pero eso sí en cuanto sea posible yo quiero verlo y saber que será espero que sea niña me muero de ganas porque así lo sea siempre quise tener una hija para mimarla y cumplirle todos sus caprichos aunque si es un niño no importa lo cuidaré siempre toda mi vida.

—ambos lo vamos a cuidar y proteger siempre. 

Después de que Sara dijo esas palabras nuestros acerqué nuevamente a Sara a mí y la empecé a besar en los labios. 

Hubiéramos continuado besándonos de no ser porque de repente tocaron la puerta del cuarto. 

Por más que intentamos ignorar que tocaban la puerta llego el punto en el que ya no pudimos evadir la situación. 

Así que con todo el dolor de mi corazón tuve que separarme de mi esposa y decir. 

—¿quién es? ¿Qué necesita?. 

—hola buenas tardes, señor soy el comandante Montiel necesito hacerle unas preguntas me pregunto si podría pasar para hablar con usted. 

—si claro que sí comandante adelante. 

Luego de haberle dado la aprobación para que pasara por la puerta entró el comandante Montiel un hombre bien parecido con un buen físico quien parecía tener aproximadamente de la edad de mi padre. 

El comandante inmediatamente al verme me dijo. 

—buenas tardes, señor Leonardo Montero, señora Sara Montero. 

—buenas tardes, comandante Montiel un gusto verlo de nuevo. 

—lo mismo digo señora Montero en esta ocasión vine como ya lo mencione hace rato a platicar un poco con el señor Leonardo Montero.

—supongo que a solas verdad comandante. 

—a si es señora Montero. 

—de verdad es necesario que mi esposa se vaya comandante. 

—creo que es lo más conveniente pues necesito escuchar si versión de los hechos. 

—está bien comandante yo comprendo después de todo yo ya le di mi versión de los hechos. 

—¿segura que no te importa mi vida?. 

—claro que sí mi amor segurísima. 

—bueno está bien, pero inmediatamente después de que el comandante se retire regresas a mi lado por favor. 

—claro que sí mi amor en cuanto se pueda regreso

Luego de ese comentario mi esposa se acercó a mí para darme un lindo y corto para mi gusto beso. 

Antes de que se fuera le acaricie la barriga y le dije que cuidate nuestra carga frágil ella sonrió. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.