Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPÍTULO 2

SHAMARA

El día de mi cumpleaños número dieciocho había llegado, mis hermanos junto con mis ex compañeros de preparatoria me organizaron una fiesta en una discoteca de moda.

Yo tenía la certeza que su vida cambiaría porque era mayor de edad y mis padres me permitirían tener más libertad y tomar sus propias decisiones.

Sophia y yo estuvo parte de la tarde tomando sol en el área de la piscina tomándonos unas cuantas cervezas.

Me tumbé en una silla para tomar el sol. En ese momento me llegó un grato recuerdo de cuando yo tenía quince años, estaba lloviendo mucho y mi pequeño perro se escapó a la calle, estuve deambulando buscándolo, pero no conseguía encontrarlo.

El hijo menos del mejor amigo de mi padre, en ese instante llego a la casa a buscar a su mejor amigo Owen, mi hermano, me vio desesperada y se ofreció ayudarme.

Yo era una joven un poco tímida y todo me apenaba, pero acepté su ayuda. Siempre que yo veía a Dean me ponía nerviosa porque desde que tenía trece años él me gustaba, pero él me veía como una niña, ya que era cinco años mayor que yo.

Estuvimos varias horas buscando al pequeño cachorro hasta que por fin lo encontramos tirado a un lado de la calle, al parecer un vehículo lo chocó y no se percató de haberlo hecho porque lo dejo tirado.

Al encontrar mi cachorro muerto, lloré inconsolable, me sentía muy triste porque ese pequeño estuvo conmigo desde que yo tenía cinco años. Dean al verme tan vulnerable y triste me tomó entre sus brazos para consolarme. Estuve entre sus brazos por un largo tiempo.

Dean por un momento me miraba embelesado pensativo y sin darme cuenta me beso, fue un beso tierno, sin malicia. Me sorprendí mucho y a la vez sonrojada me tapé la cara nerviosa y avergonzada. Él al ver mi reacción se arrepintió de su impulso y me pidió disculpas.

Yo al ver el arrepentimiento de éste me dolió, me entristeció y sin más salí corriendo. Nunca hablamos de lo que pasó ese día, pero nunca lo olvidé.            

El sonido de su teléfono celular la sacó de sus gratos recuerdos. Miro la pantalla para saber quién la llamaba y para su sorpresa era el dueño de sus pensamientos.

─Princesa, muchas felicidades por tu cumpleaños…  ─dijo con esa voz sexy que tanto lo caracterizaba.

─¡Gracias Dean! ¿Vas a venir con nosotros a la disco? ─le pregunté esperanzada de que dijera que sí, porque por una extraña razón hacia dos largos años que no nos veíamos.

Dean es un apuesto joven de veintitrés años que se había robado mi corazón y aunque él no lo sospecha, guardo la esperanza que él se convierta en mi novio.

─Quisiera, pero no puedo, estoy trabajando en dos proyectos para entregar el lunes, además de dos exámenes finales el martes y si voy, sé que no los voy a terminar y tu padre o sea mi jefe me mataría.

─Dean, sabes que tenemos más de dos años que no nos vemos─. Le reproché resignada porque sabía que no lo iba a convencer.

─Te prometo que pronto te iré a ver, es que entre los proyectos que trabajamos Owen y yo, la universidad y los viajes, no tengo mucho tiempo libre. Cuídate mucho. Besos

─¡Cuídate!  ─dije en un susurro.

Al llegar la noche me encontraba en mi habitación buscando un lindo vestido acorde a la ocasión. No me decidía por uno en específico porque todos estaban muy bonitos.

 Tocaron a mi puerta.

─Adelante ─dije mientras seguía rebuscando entre vestidos.

─Hola mi niña hermosa ─murmuro mi madre que venía entrando con una pequeña caja en sus manos.

─Hola mami ─saludé mientras le daba un cálido abrazo. 

─Te traje un pequeño regalo ─musito entregándome la pequeña caja.          

Abrí mi obsequio y era una linda cadena color plata, la saqué de la cajita de terciopelo contemplándola, tenía enmarcado mi nombre con letras pequeñas.

─Mami es un bello detalle. Gracias ─dije dándole un beso.

─Sabes que eres nuestra pequeña y te deseamos lo mejor─.  Abrazándome fuerte para después retirarse de la habitación.

Continué buscando mi ropa perfecta para mi noche perfecta…. No todos los días se cumple dieciocho años. Tengo muchos vestidos que aún no me estreno; mi guarda ropas es enorme, a un lado tengo organizado todos mis vestidos, al otro las muchas carteras y zapatos de muchos colores y modelos. Ser la única hija tiene sus ventajas.

Después de una exhaustiva búsqueda elegí un vestido corto sin mangas y cruzado en la cintura color azul claro con unos zapatos altos color crema. Me puse la cadena que me regaló mi madre, me solté el cabello que caía en mi espalda con algunas ondas que me había hecho para la ocasión, ¡un poco de maquillaje y listo!

Me miré al espejo y me sentí satisfecha con mi apariencia.

Eran las diez de la noche cuando bajé las escaleras camino al estacionamiento en busca de mi nuevo coche que me regaló mi padre por mi cumpleaños. Mis hermanos mayores Owen y Dylabel me estaban esperando en la disco con Marie y Lorana, las hermanas de Dean que nos van acompañar.




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