DEAN
Después de pasar un largo rato hablando y confesándonos, nos quedamos dormidos abrazados.
Abrí los ojos y la encontré contemplándome mientras dormía, volví a cerrar los ojos. Se veía feliz.
─Creo que podría pasar horas mirándote sin cansarme, ¿Será que me estoy volviendo adicta a ti? ─Se preguntó en voz alta.
Luego intentó pararse con cuidado de la cama para no despertarme sin saber que ya me encontraba despierto, pero no se lo permití atrayéndola hacia mí.
─¿A dónde vas hermosa? ─Pregunté abrazando su cintura.
─Pensaba ducharme ─ respondió entre risas.
─No. Te quiero en la cama conmigo ─Comencé hacerle cosquillas y ella chillaba porque no podía aguantar...
─Hueles tan rico, hermosa.
─Ummm, verte dormido es todo un espectáculo, hombre sexi ─ musitó.
La miré con deseo, insinuando algo que a ella le gustó mucho cuando lo probó.
Shamara se movió entre mi cuerpo, sintiendo mi pronunciada erección, me miro de forma coqueta y mi rostro cambió de expresión, de una forma tan ardiente y placentera que me hizo estremecer de deseo.
Acarició mi cabello corto, luego acarició mi cara con sus dedos muy lentamente y me besó mordiendo despacio mis labios, sentir sus labios con los míos suaves y tiernos. Tomé su cabeza con presión hacia mí para profundizar el beso acariciando con alevosía su lengua ummm… sabe tan rico……
Shamara bajó a mi cuello acariciándolo con su lengua, cerré los ojos para disfrutar del placer que estaba sintiendo mi cuerpo; cuando no sentí el contacto de Shamara en mi piel, abrí mis ojos percatándome que ella estaba contemplándome.
─¿Te gusta lo que ves? ─Ella saboreo sus labios en respuesta a mi pregunta mordiendo su labio inferior con sensualidad. La atraje hacia mí, agarrando su cara con ambas manos y besándola con fuerza.
Un segundo después ella siguió su travesía de acariciar mi anatomía, besó mi pecho; lamió con destreza cada parte de él hasta llegar a mi ombligo, acariciando y chupando.
─Me salió un gemido.
Shamara acarició lentamente mi sexo con sus manos reaccionando a sus toques, luego con cuidado lo introdujo a su boca, lamiéndolo, succionándolo, sintiendo placer de tenerlo en su boca. Mi princesa me tenía tirado en la cama dándome goce y jadeante de placer, se veía tan sexi haciéndolo, un placer que me lo estaba dando ella.
─¿Quieres que me venga en tu boca? ─ pregunté entre gemidos.
─¿Tú qué crees? ─preguntó Shamara ─La miré sorprendido mientras explotaba de placer en su boca con una cara de satisfacción.
─Tienes un lindo pene ─dijo acariciando mi oído.
─Y yo no sabía que eras buena en esto señorita ─Le brindé una sonrisa pícara.
─Yo tampoco ─Soltó con cara de haber hecho un buen trabajo.
─¿Algo nuevo para ti? ─No…
La miré pensativo sin decir una palabra, esta mujer no me deja de sorprender.
─Debemos levantarnos antes que nuestros hermanos vengan a buscarnos.
Después de un rico y entretenido despertar nos dirigimos a la ducha que necesitábamos con urgencia, el agua fría bajaba por nuestros cuerpos mientras ambos nos enjabonábamos el uno al otro, fue muy divertido.
Shamara buscaba entre sus cosas, sacó un bañador de dos piezas color blanco. Yo miraba su cuerpo mientras se colocaba el bañador frente al el espejo que le quedaban de infarto, se veía tan diferente ¿será el amor que me tiene delirando? porque ella tiene un cuerpo tan hermoso, unas curvas donde me podía perder y sus piernas largas y tonificadas, para ser delgada tiene todo lo que una mujer pudiera desear.
Estoy muy feliz de que ella este conmigo, que le haya hecho el amor.
Shamara buscó un short blanco y una franela para ponerse encima del bañador, se recogió el cabello en un moño al descuido y buscó sus sandalias crema.
─Pagaría por saber que está pensando tu cabecita ─ murmuró riendo.
─Pensando en lo sexi que es la mujer que tengo en frente ─Se sonrojó tímidamente.
─No creo que yo sea sexi ─dijo dándome un tierno beso.
─Cámbiate rápido para que bajemos porque realmente estoy hambrienta.
─Yo también pero no de comida ─murmuré ─Vamos a pedir el almuerzo para que lo traigan a la habitación.
─Mi adonis es insaciable ─Bufoneo con una mirada divertida y a la vez coqueta.
─Por ti mi hermosa mujer de ojos verdes… y bonito atuendo ─dije acariciándole los muslos.
─Tranquilo adonis del sexo ─Advirtió levantando las manos frente a ella.
─¡Hambre!!! ─gritó de forma jocosa.
─Voy a cambiarme y busco a los tortolos para que almorcemos... ─musite caminando en dirección a buscar mi ropa.
Veinte minutos después tocábamos a la puerta para recoger a Shamara y bajar a almorzar, estaba muy hambriento.