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DEAN
Los días transcurrían muy de prisa, a veces no me daba tiempo de salir de la oficina y teníamos que comer ahí, tenía a Shamara un poco abandonada, el nuevo proyecto estaba demandando mucho de nuestro tiempo y era una prioridad.
Mónica por motivo de las fiestas de acción de gracia volvió a Chicago con su familia. Ella era una mujer muy brillante en lo que hacía, siempre estaba pendiente en cada detalle o tenía buenas ideas para complementar las nuestras.
Shamara la desprecia y no es para menos, a veces estamos hablando temas de trabajo y de pronto hace unos comentarios subidos de tonos que no son mucho de mi agrado.
Después de ultimar los últimos arreglos organizamos todo para no volver en varios días a la empresa, quería estar tranquilo con mi chica y disfrutar su compañía lo más posible. Las cosas estarían mucho mejor porque ella viviría conmigo.
Fui a casa a cambiarme de ropa y descansar un momento antes de ir a la cena. Después de una larga ducha recibí la llamada de mi hermana Marie, me pidió que la disculpara con la familia porque no iba a cenar con nosotros porque se quedaría con su novio Gerald.
Mi hermanita, un alma libre, una rubia tan hermosa de ojos claros y bella sonrisa, inteligente, le gustaba viajar y darse buena vida. Aunque a veces mi padre dice que lo acabara matando, pero sé que es su consentida.
Luego de llegar a la casa de Shamara, estuve por un largo rato conversando con mis padres, subí a buscar a mi chica, toqué la puerta y para mi sorpresa aún no se había cambiado de ropa.
Tenía tanto deseos de tenerla entre mis brazos y hacerle el amor.
La tomé entre mis brazos, abrazándola tan fuerte con tanta necesidad ─Extrañé esto ─susurró.
─Te deseo tanto, aunque siempre tengo hambre de ti ─Murmure
Le quité el vestido corto color mostaza que llevaba de un tirón, dejándolo caer al suelo ─Nena esto va hacer rápido ─dije mordiendo su cuello. La llevé a la cama besándola muy despacio y quitando su ropa interior. Bajé mi cremallera poniéndome un preservativo e introduciéndome dentro de ella muy despacio para luego envolvernos en unos alucinantes movimientos directo al cielo.
─Nunca voy a dejar de amarte, hermosa mía, solo mía….
Media hora después estábamos todos a la mesa degustando la deliciosa cena de acción de gracias, mi tío levantó su copa para agradecer que Lorana y Owen estaban comprometidos.
Mientras que mi padre con sus chistes motivando a Shamara y a mí a pronto casarnos para que le diéramos nietos, cosa que pensamos faltaba mucho tiempo.
La noche fue muy amena entre risas, anécdotas y bebidas, la pasamos muy bien, siempre ha sido así cuando estamos juntos.
Lorana y Owen pensaban juntarse con unos amigos, nos invitaron a unirnos, pero tengo algo más importante que hacer con mi chica en casa.
Mientras tomábamos una copa de champagne Salón 2002, miraba a Shamara como si fuera la última coca cola del desierto, siento que esa hermosa mujer me ha cambiado la vida..
─¿En qué piensas? ─preguntó tomándome por la cintura y posando un casto beso en mi mejilla.
─Pienso en lo afortunado que soy por tenerte a mi lado, mi hermosa princesa… creo que ya es hora de irnos a casa─. Susurré para luego ponernos de pie y despedirnos de los presentes.
Ya en el departamento busqué una botella de vino, dos copas y me dirigí a la habitación dónde estaba mi princesa sentada vistiendo una bata blanca muy sexi que le llegaba a las rodillas.
Serví el vino en las copas, me senté detrás de Shamara, quedando recostada de mí.
Mientras tomábamos vino, planeábamos las cosas que haríamos juntos ese año que faltaba poco por comenzar, acordamos que dentro de tres meses yo tomaría una semana para viajar a Dubái y pasarla juntos conociendo el país.
Quería que recorriéramos los lugares turísticos que son tan famosos, tomarnos muchas fotos para enmarcarlas y colocarlas en nuestro departamento.