20
SHAMARA
Me desperté a las siete de la mañana con la ilusión de ir a despertar a mi amor, me dirigí a tomar una ducha y cambiarme rápido, me vestí con unos shorts blancos, una blusa pegada sin mangas verde claro y unas sandalias doradas.
Antes de salir recordé que mi hermano Owen no me había dicho el número de la habitación de Dean, cogí mi móvil y marqué su número… sonó varias veces hasta que contestó.
─Shamara te voy a matar ¿Por qué me estas llamando tan temprano? ─dijo Owen con voz baja.
─Buen día querido hermano, yo también te quiero, ¿puedes por favor decirme el número de la habitación de Dean? ─dije con voz alegre.
─La suite D─03 y por favor enana, no me molestes que hoy me levanto tarde, me siento agotado.
─Gracias, ya duérmete… ─le dije con voz cantarina.
Luego de colgar la llamada me dirigí de prisa al ascensor, marqué el número de la suite en el tablero del ascensor. Yo estaba muy emocionada por ir a sorprender a mi vido.
Me encontraba parada en frente de la puerta, me frotaba las manos porque me sentía nerviosa y ansiosa al mismo tiempo.
─Me siento como si fuera la primera vez que lo veo ─ pensé para sí.
Toqué la puerta varias veces, pero Dean no respondía.
Con desilusión di media vuelta para irme, pero escuché la puerta abrirse, respiré hondo y se me iluminaron los ojos de felicidad, pero todo termino cuando vi la persona que abrió la puerta.
─Querida Shamara… ─dijo una voz que muy bien conozco con sarcasmo y una gran sonrisa.
─Disculpa Mónica, pero creí que esta era la habitación de Dean ─dije apenada frotándome las manos.
─Esta es la habitación de Dean ─dijo levantando la cara hacia mí, dándome una mirada llena de odio y una risa burlona que siempre la caracterizaba ─, pero él ahora está profundamente dormido después de una larga noche de pasión. ─dijo con su voz chillona.
Al escuchar esas palabras no sabía que hacer o cómo reaccionar, mi cuerpo se fue tensando y sentía que iba a estallar; mis ojos se cristalizaron, pero me dije a mi misma que no iba a derramar una lágrima por culpa de la estúpida de Mónica, ella no iba a conseguir que me derrumbara en su presencia, me armé de valor y lo primero que hice fue darle una cachetada.
─Esto es por zorra y perra ─dije con voz firme ─le di tan fuerte que le volteé la cara─. Tu sabes perfectamente que Dean es mi novio ─le gritó.
Con un empujón quité a Mónica de la puerta y entré a la habitación, caminé con pasos firmes por la sala que estaba antes de la habitación con el corazón en un hilo hasta llegar a donde se encontraba el que siempre ha sido y será el gran amor de su vida, sentí como me bajaba una lágrima rebelde, moví mi mano derecha deprisa para limpiarla, no quería que Dean me viera quebrada.
─Dean Moore ─grité de una forma desesperada y con voz quebrada, le quité de un jalón la sábana azul cielo de ceda que lo cubría.
Dean despertó exaltado al escuchar la voz que lo llamaba, abrió los ojos como una lechuza, se miró y la miro a ella, luego se volvió a mirar percatándose que no tenía ropa, se pasó la mano por la cabeza. Se lanzó de la cama con intensión de ir a donde yo estaba fulminándolo con la mirada.
─Mi amor, no sabía que venias ─dijo mientras caminaba, pero yo no decía una palabra.
Cuando llegó a donde yo estaba tuvo la intención de abrazarme, pero lo empujé.
─Preciosa ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras de esa forma?
─No me vuelvas a llamar así, siempre pensé que eras diferente, que de verdad me querías ─dije con la voz entre cortada.
Mónica apareció haciéndose la ofendida, me volteé a verla para luego volver a mirar a Dean que tenía la mirada perdida. Me acerqué a Dean dándole una fuerte cachetada.
─No quiero volver a verte en mi vida ─dije mientras corrían por mis mejillas chorros de lágrimas. Di media vuelta retirándome de la habitación corriendo con el alma destrozada, queriendo morir de dolor.