Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPITULO 34

SHAMARA

En el momento que escuché la voz de Dean limpié rápido mis mejillas para que él no se percatara de que estuve llorando, pero mi intento fue imposible, mis mejillas estaban muy coloradas, me ardían al igual que mis ojos.

─Saliste huyendo de la fiesta, ¿no te sientes a gusto? ─Sus palabras hicieron que saliera de mi asombro, estaba en frente del hombre por el que tanto había llorado y lo sentía tan lejos, en ese instante había un abismo del tamaño de dos continentes.

Dean mientras me miraba se percató de lo colorada que estaban mis mejillas y el rojo de mis ojos.

─¿Porque estabas llorando? ¿qué te ha pasado? ─preguntó con la voz fría.

─¿Te parece bien lo que me haces? ─le hice la pregunta mientras me ponía de pie para estar de frente a él.

─¿Qué te estoy haciendo? Te rogué que me perdonaras y solo recibí de tu parte rechazo, ¿pensabas que no iba a seguir con mi vida? Pues sí, estoy tratando de recomponer los pedazos que dejaste. 

Sin poderlo creer sentía que Dean ya no me quería, su mirada era fría, distante y ajeno a mí, ya no era la mirada llena de amor que siempre me brindaba.

─Me sentí traicionada por ti, ponte en mi lugar ¿Qué pensarías tu si al cruzar el otro lado del mundo encontraras a tu novia acostada con un compañero de trabajo? ¿me perdonarías así nada más? ─Después de mis preguntas hubo un gran silencio ─Lo supuse ─contesté un poco cabreada.

─Yo sé que fue mi culpa lo que pasó, pero pensaba que tú me conocías, pensé que me amabas. Cerré mis ojos y me abrí a ti sin condiciones, pero me equivoqué Shamara, tú no me amas porque el que ama confía y lucha por lo que quiere. ─Su respuesta acabó con la poca cordura que me quedaba porque comencé a llorar desconsolada.

─Yo… yo te amo, Dean ─Caminé muy despacio hacia él y con mucha precaución; quiero que me perdones. Yo pensaba que no podía perdonarte, pero no quiero y no puedo estar sin ti, te necesito en mi vida─. decía entre lágrimas.

Hice el intento de tocarle la cara, pero éste me agarró la mano rápidamente con desprecio, como si yo fuera una desconocida para él.

─Un día me dijiste que íbamos a estar juntos para siempre, que pasara lo que pasara nada ni nadie nos separaría y a la primera saliste corriendo. ¿cómo crees tú que estoy yo? ─Con la mirada oscura y su cara indescifrable Dean decía esas palabras que para mí eran puñaladas.

─Entonces quieres decir ¿que no me vas a perdonar? ¿ya me olvidaste?

Ya no sabía que hacer o decir para volver a tener al amor de mi vida, bruscamente él me soltó la mano, pero yo seguía intentando retenerlo y en un intento lo abracé, pero éste no me correspondió, aunque no hizo nada para apartarme de él. Después de un breve momento me apretó entre sus brazos para luego besarme, un beso feroz y apasionado.

Yo pensé que las cosas iban a cambiar hasta que Dean me soltó y en un susurro me dijo ─Te amo y nadie podrá cambiar eso, pero no te voy a perdonar.

Abrí los ojos sorprendida por sus palabras y volví a llorar como una tonta desconsolada.

─Ahora estoy con Mariela, no quiero que sufras, pero lo nuestro ya fue y hay que pasar página y seguir con nuestras vidas.

Dean dio media vuelta y me dejó ahí desconsolada, bañada en lágrimas sin saber que iba hacer ahora que él me cerro la última esperanza de volver a estar juntos.

─Dean, no te vayas, no me dejes. ¡Te amo!… ─le grité desesperada mientras lo veía entrar al salón donde se celebraba la fiesta.

Con la cabeza baja y la mirada perdida de dolor me dirigía a buscar un taxi para regresar a casa cuando escuché una voz, la voz de la mujer que me hizo tanto daño.

Levanté la cabeza en dirección al lobby para confirmar que esa voz era de Mónica, la mujer fácil que destruyó mi compromiso.

─Vaya, vaya. Que pequeño es el mundo, mira a quien me acabo de encontrar, la princesita Shamara Thompson─. decía mientras se reía ─Ya Dean se hartó de ti y te dejo, supongo que confirmo que solo eres una mocosa consentida. 

─¿Por qué me agredes? Si sabes perfectamente que por tú culpa nuestra relación terminó. ¿estas satisfecha de haberme hecho daño? ─le grité un poco histérica.

─Que poco inteligente eres, muchachita, si yo hubiese estado en tu lugar nunca hubiese dudado de un hombre que tanto te quiere, se nota lo tonta e inmadura que eres─. Me respondió con sarcasmo y altanería ─Dean nunca te engaño, yo arme un plan para quitártelo, yo si lo hubiese dado felicidad y amor, pero el muy estúpido solo tenía ojos para ti.

Al escuchar lo que Mónica me contaba no podía creer lo estúpida e inmadura que fue, no quise creerle cuando él tantas veces me decía la verdad y yo llena de dolor e ira nunca pensé en la posibilidad de que Mónica me estuviera engañando.

Después de unas cuantas palabras más Mónica se retiró triunfante dejándome llena de dolor y soledad.

 

ESPERO QUE LES ESTE GUSTADO LA HISTORIA DE SHAMARA Y DEAN...




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