Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPITULO 45

SHAMARA

Al día siguiente llegaron nuestros padres, se veían muy contentos porque todos sus hijos estaban con ellos.

Mientras nosotros estábamos con las caras largas y quejándonos por los dolores de cabezas por la noche anterior. Nos pasamos de tragos y estábamos pagando las consecuencias.

Cayendo la tarde todos nos arreglábamos para la cena de celebración de la villa. Mi madre me dio un fuerte abrazo─. Me siento muy orgullosa en la bella mujer que te has convertido, siempre fuiste una joven responsable, inteligente y un poco alocada, pero eso era parte de la edad.

─Mami, me vas hacer llorar.

─Mi niña, tu eres nuestra princesa y siempre serás el alma de nuestro hogar, estamos muy orgullosos de ti─. Con lágrimas en los ojos me regalo una tierna sonrisa.

─Mami ¿Qué te pasa? ─pregunté extrañada por ver a mi madre con lágrimas en los ojos y diciéndome esas palabras.

─No me pasa nada, pero quería que supieras que gracias al tiempo y al amor que tú le tienes a Dean has madurado y eres feliz.

Más tarde cuando todos estábamos sentados en el área de la piscina tomando diferentes bebidas y el ambiente todo decorado al estilo caribeño, Dean me paso una copa de vino blanco. escuchamos una música que no podían distinguir hasta que mi padre emocionado grito ¡a bailar! entro un grupo de músicos vestidos con el color de la bandera del país tocando tambora, acordeón y varias chicas bailando con sus hermosos trajes anchos estilo agua lluvia con una gran sonrisa.

Todos emocionados comenzamos a bailar al ritmo de la música, aunque lo hacíamos de manera torpe, pero aun así disfrutábamos del ritmo contagioso.

Al momento de terminar la primera canción Dean cogió el micrófono y se hinco en frente de mi con la mágica pregunta que toda chica espera algún día le hagan.

─Quiero decirte que soy el hombre más afortunado de la tierra porque estas en mi vida. De solo pensar en ti se me ilumina el alma, quiero que estés conmigo cuando cierre y vuelva abrir mis ojos. Te amo con locura… mi princesa ¿quieres hacerme el hombre más feliz y acompañarme hasta que seamos viejos?

Shamara Thompson ¿quieres ser mi amiga, compañera, cómplice, amante y casarte conmigo?

Con una mano en la boca sorprendida por la sorpresa de Dean no podía creer que al fin podríamos ser felices, vivir juntos y hacer una familia después de todo lo que había pasado entre nosotros.

Todos ansiosos me miraban esperando su respuesta.

─¡Si!! Acepto… ─Le entregué mi copa a Sophia que estaba a mi lado y fui corriendo en busca de mi amor.

Entre besos y abrazos Dean me colocó por segunda vez el anillo de compromiso.

La música volvió a sonar y todos entre gritos de alegría disfrutábamos de la música.    

Horas más tarde todos estábamos cansados y con sueño, había sido una noche mágica donde hicimos cuentos, comimos diferentes tipos de comida del país, bebimos ron Brugal, cantamos, bailamos, pero sobre todo estábamos en familia.

Subimos a nuestra habitación con toda la energía de seguir la fiesta solos. Luego de cerrar la puerta entre besos y caricias nos quitamos toda la ropa hasta quedar en ropa interior.

─Te amo con locura, mi vido ─le susurré al oído mientras le daba ricas caricias.

─Tu eres mi mundo, mi princesa… yo te voy amar hasta el final.

Cada beso que nos dábamos o expresión de amor llenaban mi alma de felicidad porque con él soy la mejor versión de mí, siento ser yo a cada momento, sin máscaras, sin farsas actuaciones; con él conocí lo que es sentirse deseada y amada porque lo nuestro va más allá de lo carnal. 

Me senté encima de él besando su cuello, luego fui bajando lentamente lamiendo y acariciando su pecho. Dean me miraba con deseo y devoción.

Recorrí cada centímetro de su cuerpo, yo sentía que mi corazón se me iba a salir por la boca, deseaba a ese hombre con locura. No me cansaba de besarlo, de sentir su contacto, su olor, la pasión que ese hombre despertaba en mi era mágica, brutal.

Lentamente tomé su miembro y comencé a darle placer al único hombre que me ha llenado completamente, el hombre que me hizo mujer y me enseño ese mundo mágico que disfrutábamos cada vez que nuestros cuerpos se entregaban. Porque entre nosotros no era el sexo que hacia mágico nuestra entrega sino el amor. Cuando nuestros cuerpos estaban juntos nuestras almas formaban una sola.

En otro lado de la casa Sophia y Dylabel desprendían placer por doquier, ella estaba recostada en la cama con un sexi conjunto de encaje rojo pasión mientras que él tenía un tarro de helado esparciéndoselo por doquier para luego lamerlo lentamente, como a ella le gustaba. Ellos se sentían feliz haciendo todo tipo de aventuras, disfrutaban hacer el amor al máximo.

En el área de la piscina estaban Oliver y Marie disfrutando de su amor. Luego que terminaron su extraordinario momento de placer él le pidió que lo besara cuando Marie lo hizo sintió que él le pasaba algo a su boca. Ella intrigada lo expulsó en su mano y para su sorpresa era un bello diamante color verde olivo.

─Amor mío ¿te casarías conmigo? ─Ella emocionada y sin esperarse esa sorpresa lo abrazo con mucha fuerza y lo besó.




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