Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPITULO 46

DEAN

Despertamos con una fuerte resaca, nos pasamos de contentos y bebimos más de lo que debíamos y no era para menos, hicimos una gran fogata en la playa y la señora que colaboraba en la casa nos preparó unos tragos típicos del país. Esos tragos son los culpables de mi dolor de cabeza.

Al finalizar la tarde nos arreglábamos para la cena de celebración de la villa.

Mi padre cuando le conté la noticia de que al fin Shamara y yo habíamos arreglado nuestras diferencias me expresó lo feliz que se sentía de ser mi padre y los orgullosos que estaban del buen hijo que habían criado, le di un efusivo abrazo al hombre que me enseñó todo lo que sabía.

Yo soy el más orgullo por los maravillosos padres que siempre han sido conmigo y mis hermanas, siempre han estado presentes cuando los hemos necesitado. Espero que cuando Shamara y yo seamos padres yo les pueda dar el ejemplo que me han brindado los míos.

Le conté que había comprado un anillo para pedirle matrimonio una segunda vez a Shamara y esperaba que esta vez si pudiéramos llegar al altar. Vi la felicidad en sus ojos que me dejaron sin palabras.

Ya en el área de la piscina lleno de nerviosismo me acerqué a mi amada tendiéndole una copa de vino blanco para que brindáramos, a lo lejos se escuchaba una música que no podíamos distinguir hasta que Andrew emocionado grito ¡a bailar! entro un grupo de músicos tocando tambora, acordeón y varias chicas bailando al son de la música típica de la isla.

Comenzamos a dejarnos llevar por el ritmo de manera torpe, pero lo importante era disfrutar.

Después de terminar la primera canción cogí el micrófono y me hinqué en frente de Shamara con la pregunta que nos llevaría a ser marido y mujer.

─Quiero decirte que soy el hombre más afortunado de la tierra porque estas en mi vida. De solo pensar en ti se me ilumina el alma, quiero que estés conmigo cuando cierre y vuelva abrir mis ojos. Te amo con locura… mi princesa ¿quieres hacerme el hombre más feliz y acompañarme hasta que seamos viejos?

Shamara Thompson ¿quieres ser mi amiga, compañera, cómplice, amante y casarte conmigo?

Shamara con una mano en la boca sorprendida por la sorpresa no podía creer mi locura. Se veía feliz y para mí no existía algo más importante que su felicidad.

Todos ansiosos la miraban esperando su respuesta.

─¡Si!! Acepto… ─Shamara fue corriendo a darme un abrazo.

Entre besos y abrazos le puse por segunda vez el anillo de compromiso a la chica que me robo el corazón hacia años.

La música volvió a sonar y todos seguimos disfrutando del momento.   

Más tarde subimos a nuestra habitación para continuar la fiesta nosotros solos.

Luego de cerrar la puerta nos quitamos las cosas que nos estorbaba quedando en ropa interior. La tomé entre mis brazos y la levanté hasta que ella quedó sujetada a mis caderas.

─Te amo con locura, mi vido ─Me susurró al oído mientras me daba apetitosas caricias.

─Tu eres mi mundo, mi princesa… yo te voy amar hasta el final.

Con un rápido y cuidadoso movimiento la llevé a la cama llenándola de cálidos y calientes besos que le sacaban excitantes gemidos que me volvían loco, porque yo indiscutiblemente era feliz en los brazos de esa joven mujer.

Shamara se sentó encima de mi besando mi cuello, luego fue bajando lentamente lamiendo y acariciando mi pecho. Yo la miraba con deseo y devoción.

Shamara lentamente tomo mi miembro y comenzó a darle placer, un placer alucinante porque así éramos en la cama un solo cuerpo y una sola alma.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.