Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPITULO 55

DEAN

Ese martes no iba a pasar por las oficinas porque tenía varias reuniones y una obra que debía supervisar.   

Las cosas para mí no eran tan fáciles, siempre estaba cargado de trabajo para no pensar en mi fracasado intento de tener una familia con la mujer que amaba y siempre amaré. Procuraba llegar a casa y seguir trabajando y pocas veces llamaba a mi familia para no verme tentado a preguntar por ella. Ambos necesitábamos comenzar de nuevo y sanar las heridas que se habían hecho por causa de la maldad de terceras personas que con sus retorcidas mentes llenas de envidia y soledad nos arruinaron nuestra felicidad.

Estaba en un lujoso restaurante desayunando con unos nuevos clientes para la expansión de un centro comercial cuando recibió una llamada.

─Ahora estoy en una reunión. ¿Es urgente? ─pregunté mientras les hacía señas en disculpa por retirarme un momento a los caballeros que compartían la mesa conmigo.

─Disculpe señor ─dijo mi asistente personal un poco avergonzada por la intromisión─. No era mi intención, pero a la una tiene una reunión con el señor Diego Jum. Su secretaria me acaba de llamar para re-agendar la cita, ya que el señor tuvo que salir del país de emergencia.

─ ¿Tenemos muchos pendientes para mañana? ─pregunté respirando hondo, me sentía cansado y al mismo tiempo ofuscado. Necesitaba que Owen volviera para que mi carga de trabajo bajara un poco.

─En las primeras horas su agenda está vacía señor ─respondió con voz dulce y tranquila.

─Entonces dile que a las diez en el café de siempre. Gracias─. Colgué el teléfono y me dirigí a donde estaban mis nuevos clientes para darle culminación al trato que le daría a la empresa unos cuantos millones de ganancia. 

Estaba saliendo de la ducha y me dirigía a la cocina por un vaso con agua, cuando salí al pasillo me quedé mudo por un largo momento sin poder creer lo que mis ojos estaban viendo. Estaba Shamara parada a pocos metros de distancia de mí tan hermosa como siempre, se veía tan resplandeciente y sus bellos ojos tenían el mismo brillo de antes, no podía dejar de mirarla porque pensaba que estaba soñando.

 ─ ¿Princesa? ─murmuré con una voz llena de emoción, mi cara cambio de expresión cuando confirmé que no estaba soñando y era cierto que ella estaba en mi departamento. No podía creer que estaba ahí, que fue a buscarme… tantos días esperándola.

Con una tierna sonrisa llena de amor, Shamara se abalanzó a mis brazos. Instintivamente le respondí con un abrazo lleno de nostalgia, anhelo y necesidad, porque extrañaba condenadamente su olor, sus ojos verdes que cuando me veían sentía que el mundo se le iluminaba. 

─Dean, vine a buscarte para pedirte perdón ─dijo con su tierna voz que reflejaba arrepentimiento y a la misma vez miedo, miedo de que yo ya no sintiera lo mismo y no quisiera estar con ella.

Yo sé que te pedí que te alejaras de mí, pero necesitaba tiempo para sanar. Me sentía rota por dentro─. Añadió con su voz de súplica.

Shamara emitió un gemido ahogado mientras me miraba fijamente acariciándome la mejilla izquierda, se veía muy nerviosa, buscaba una respuesta en mi mirada indescifrable.

─Shamara, sabes que no tienes que pedirme perdón. Yo te entiendo, tu no estaba pasando por un buen momento o más bien ambos estábamos sufriendo por la pérdida de nuestro bebé─. La tomé de las manos y la llevé a mi habitación donde tomé asiento en la cama y la senté en mi regazo─. Nosotros hemos pasado por cosas terribles, pero siempre nuestro amor nos conduce a superarlo todo.  

─Mi vido, quiero que comencemos de nuevo, que trabajemos para mejorar las cosas y tratar de olvidar para seguir adelante─, le tomé las manos y se las llevé a mi pecho─. Eso no significa que voy a olvidar a mi bebé porque nunca va a suceder, mi corazón esta aun sufriendo─, cerró los ojos y respiro hondo tratando de que las lágrimas no salieran.

─Yo te amo mi princesa y no hay nada en este mundo ni en el otro que pueda cambiar eso─, la tomé fuertemente entre mis brazos para darle amor. La besé lentamente degustando sus labios, demostrándole con caricias lo mucho que la amaba y la echaba de menos.

Me siento feliz, me siento en casa porque estoy en los brazos del hombre que tanto amo, sentir tu olor, saborear tus besos, abrigar tu piel junto a la mía me hace sentir que estoy viviendo un sueño.

─Yo estoy en un sueño.

Mientras yo la besaba lentamente le quitaba la ropa, la recosté en la cama. Pasamos minutos envueltos en caricias y besos, sintiendo nuestros cuerpos, recorriendo cada espacio necesitados de amor y así tratar de recuperar todo el tiempo perdido.

 ─Aún la llevas ─dijo Shamara mostrándome la cadena con el dije en forma de corazón que yo había comprado para ambos hacía mucho tiempo.

─Nunca me la he quitado amor ─respondí con una voz dulce y pausada─. Te prometí que nunca me la quitaría.

─ ¿Cómo pudiste subir? si hay que tener una llave─. pregunté mirándola un poco intrigado.

─Cuando una está enamorada mueve los cielos y la tierra para estar con la persona que ama─. Respondió con un poco de picardía en sus palabras.

─ ¡Oh sí! Voy a tener que investigar eso ─reí a carcajadas ─Shamara me miraba embelesada escuchando mi risa.




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