Por Siempre Y Para Siempre Tu

CAPITULO 56

DEAN

A la mañana siguiente cuando Shamara despertó no estaba a su lado, se levantó a buscarme por toda la suite, pero no me conseguía hasta que fue al balcón donde yo estaba hablando muy bajo para que ella no me pudiera escuchar. Cuando me percaté de su presencia colgué el teléfono de pronto.

─Buenos días princesa ─dije mientras me acercaba para recibirla con un abrazo y un delicado beso.

─Hola… ─respondió de una manera distante ─ ¿Con quién hablabas? ─preguntó zafándose de mi abrazo.

─Vamos a darnos una ducha rápido porque tenemos que irnos ─respondí mirándola fijamente esperando ver su reacción porque no respondí a su pregunta y estaba actuando con mucha naturalidad.

─Está bien, pero yo me ducho primero porque duras mucho en la ducha─. Sin decir nada más se retiró a ducharse dejándome esperando que insistiera con las preguntas.

La ceremonia estaba pautada para las once en punto de la mañana, ya estaba todo preparado y toda la familia reunida. Shamara no tenía idea de la gran sorpresa que yo junto a nuestras familias le habíamos preparado. 

Momento antes que Shamara me descubriera hablando por teléfono, yo estuve hablando con mi madre. Ella me indicaba que todo estaba listo, solo faltaban los novios.

Una hora más tarde estábamos listo y camino a la suite donde se comenzará a escribir un nuevo comienzo de nosotros como pareja, pero esta vez casados y felices….

Al momento que subimos le pedí a Shamara que me permitiera ponerle un pañuelo en los ojos porque le tenía una sorpresa. Ella llena de intriga acepto con dudas porque no quería que yo le jugara una broma pesada.

─Necesito que confíes en mi ─le susurré ─Espérame─. Le dije mientras le ponía el pañuelo, estoy un poco nervioso─. Me salió decir. 

─ ¿Por qué estás nervioso amor? ─preguntó agarrándome las manos.

─Descuida, vamos que se nos hace tarde. ─Solo respondí.

Al entrar no podía creer lo transformado que estaba mi espacio. Sabía que a ella le iba a encantar como estaba decorado.

En medio del recibidor había una mesa redonda con un gran arreglo de rosas azules. En el área de la sala donde se realizaría la ceremonia había un pequeño altar con una mesa con dos sillas para los novios y una para el juez civil. En los lados dos columnas con jarrones llenos de rosas azules y blancas.

Toda la familia estaba ahí esperándonos. Con una seña, le pedí a mi cuñado Owen que le quitara el pañuelo mientras yo me arrodillaba frente a ella con un diamante en una pequeña cajita de terciopelo.

Cuando Owen le retiró el pañuelo y Shamara vio a toda su familia y a mí arrodillado no pudo contener las lágrimas y comenzó a llorar, pero no eran lágrimas de tristeza, no. Eran lágrimas de pura felicidad porque al fin después de tantos años esperando ese mágico momento se estaba convirtiendo en realidad.  

─Shamara Thompson. ¿Me harías el honor de ser mi amor por y para siempre? ─pregunté lleno de promesas en mis palabras.

─ iSi! por siempre y para siempre amor ─Me puse de pie mientras la enamorada joven decía esas palabras para ponerle el bello anillo de oro blanco y una gran esmeralda que tenía alrededor de la piedra muchos corazoncitos. No pude aguantar la emoción y la tomé entre mis brazos y la levanté dándole una vuelta.

─Ahora señora Moore vaya a cambiarse porque se nos hace tarde ─ dijo con una sonrisa.

Shamara emocionada corrió donde estaban sus padres. Savanna llena de alegría después de darle un efusivo abrazo le insistió que fueran a la habitación de invitados donde la estaba esperando una persona para peinarla y maquillarla.

Al momento que ella entro a la habitación y vio su vestido no pudo contener las lágrimas porque ese era el vestido que ella había elegido para desfilar por el altar un año atrás cuando por culpa del accidente se canceló la boda y perdió a su bebe.

 Marie, Lorana, mi madre y Sophia estaban en la habitación haciendo ese momento más agradable para Shamara, entre algunas copas de champagne y varias historias se divertían mientras la bella novia llena de felicidad se cambiaba para su nueva vida junto a mí.

Media hora más tarde estaba en el altar junto a mi mejor amigo y cuñado Owen esperando la feliz novia.

─ ¿Estas nervioso? ─Me preguntó Owen mirándome de reojos sudar frio.

─No sabes cuánto. Es difícil estar en esta posición.

─Me siento muy feliz al igual que nuestras familias que al fin ustedes se vayan a casar. Se lo merecen─. Comentó Owen con cierto orgullo en sus palabras.

─Gracias hermano ─respondí un poco más relajado.

Diez minutos después hacia entrada la novia de brazos de su padre. Se veía espectacular, me quedé paralizado cuando vi a la mujer que tanto amaba entrar al salón llevando ese vestido blanco, en la parte de arriba tenía un corte en forma de corazón y lleno de piedras preciosas hasta llegar a la cintura, luego una gran falda en tul que le llegaba a los pies. El cabello lo llevaba en un moño al descuido y le caía varios mechones en ondas que la hacía ver como una reina. Además de una muy significativa diadema con piedras color esmeralda.




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