PROLÓGO
Un día como hoy hace más de ocho años estuvimos todos en esta casa con motivo a su inauguración, solemos venir todos los veranos como tradición. Ese es el tiempo que hacemos todo lo posible para estar reunidos las dos familias.
Mi amado esposo ama el agua salada, el sol y la tranquilidad que nos brinda este lugar; me siento muy feliz de poder ver a mis padres asando carne en el BBQ mientras beben unas cervezas presidentes vestidas de novia como le dicen en el país.
Hemos sido una familia llena de bendiciones que a pesar de los sufrimientos y angustias vividas seguimos unidos.
Dean y yo estamos más felices y unidos cada día, nuestra vida de casados ha sido la mayor experiencia y nuestros dos niños mi mayor bendición. Lía y Marcos son dos preciosos niños que crecen muy de prisa y nos enseñan lo caóticamente hermoso de ser padres.
Cuando nació Marcos compramos una bella casa cerca de la playa con un gran jardín para que él pudiera jugar, yo sigo ejerciendo mi carrera y mi pasatiempo está complementado con mi nuevo modelo.
Dean y Owen decidieron volver al país para estar más cerca de nosotros; nuestra familia ha crecido mucho y tenemos unos abuelos monos con sus diez nietos.
Owen y Lorana son padres de tres pequeños y traviesos niños, mi querido hermano mayor se ha convertido en un padre ejemplar como lo es el nuestros, mientras que Lorana es una madre entregada a la crianza de sus pequeños.
Oliver y Marie son padres de tres pequeñines hermosos, aún siguen viviendo en New York, Oliver está al frente de la compañía que fundó su padre, Marie muchas veces se queja que su marido no tiene tiempo para compartir con ella y los niños, siempre la alentamos diciéndole que todas pasamos por el mismo problema porque tenemos unos hombres entregados a sus trabajos.
Un año después que naciera la bebe de Dylaber y Sophia, ellos se casaron, fue una ceremonia muy íntima, y que contarles de ese dúo dinámico y loco que son; dos años después llego su segundo bebé. Compraron una enorme casa en el mismo vecindario que mis padres y son inmensamente feliz, no perfectos, pero si feliz.
Dean quiere que tengamos más bebés, aun lo estoy pensando; ya Lía tiene cinco años y seria como comenzar de nuevo, pero él está convencido que deberíamos tener media docenas de niños corriendo por toda la casa que ese es el sentido de un jardín grande para verlos todos correr.
Mis padres al igual que los padres de Dean se retiraron para disfrutar de sus nietos y descansar alegando que necesitaban ahora ser libres para viajar sin preocupaciones.
Ahora estamos todos reunidos en una gran fogata en la playa, escuchando música, bebiendo y degustando una buena cena.
─ ¿Estas feliz? ─preguntó mi apuesto esposo mientras me abrazaba.
─Mucho ─respondí llena de nostalgia.
Mirándolo a los ojos me regocijo de alegría por tenerlo a mi lado. Mi sexi y apuesto dios griego. Soy la mujer más afortunada del mundo, nunca me equivoqué al momento de elegirlo a él como mi gran amor...
POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE TÚ