Por Sus Alas [sin editar]

10 - Conexión Inversa.

Treinta de marzo.

     La semana transcurrió sin muchos acontecimientos relevantes, solamente más entrenamientos nocturnos y las clásicas responsabilidades estudiantiles que debía cumplir. Para mi mala fortuna, no todo en la vida era color rosa...bueno, los ojos de Katarina sí, pero ese ya es otro tema.

     Estoy en el laboratorio junto a mis compañeros de salón, mirando sin ver a la profesora Mónica escribir en la pizarra algo sobre un informe grupal del práctico que haríamos ahora. Mi mente no se encuentra ahí, está preocupada y, debo admitir, asustada por lo que pasará con la mujer de ojos rosas. Hemos estado entrenando duro con Emma, sí, pero tal vez no sea suficiente; tengo el presentimiento de que sin importar cuánto mejoremos, ella nos superará con sus mágicos poderes de Hada Superiora. Emma es poderosa, eso lo sé por mi conexión con el otro Jev y él confía en sus capacidades, ¿pero saben cuál es la diferencia? Que yo no soy él y jamás lo seré.

      —Dickens, ¿Dickens, me escuchás? —la profesora interrumpe mi divague. Asiento con un poco de temor, sabiendo lo que vendrá—: Bien, entonces decime, ¿qué acabo de explicar sobre el análisis de resultados? —Y allí noto que todos mis compañeros clavan sus miradas como agujas en mí, parecen gritar "el primero de la clase no estaba atento a la lección, ¡se viene el fin del mundo! ¡El coreano va a lanzarnos por accidente un misil nuclear!". Deseo, desde lo más profundo, que si nos van a lanzar un misil caiga directamente sobre mí.
     Mis mejillas arden mientras la profesora sigue esperando un minuto más mi respuesta. Al darse cuenta que no la estaba escuchando, me da solamente una advertencia por ser la primera vez. Suspiro aliviado entre el bullicio de reproche que se forma por lo ocurrido.

 

     Para mi suerte, las dos horas de Química pasan con rapidez y decido salir al patio a la hora del receso. Camino sin un rumbo fijo, atendiendo a mi alrededor lo mínimo indispensable para no chocarme contra alguna de las columnas u otros estudiantes que van en dirección contraria. Mis pensamientos vienen y van, respondiendo preguntas o formulando algunas más acerca de Emma y el mundo de los faireers. No es algo fácil de digerir, no ha pasado ni siquiera un mes desde que comenzaron las conexiones y apareció Emma en mi vida. Ella dejó patas arriba (como solía decir mi abuelo) todos mis conocimientos acerca del universo y lo imposible que sonaba la existencia de la magia en nuestro mundo. En los libros de cuentos de hadas jamás se mencionan o se da alusión a la raza mágica de los faireers, ¿será porque fueron mismo las hadas quienes quisieron no dar a luz esa información? ¿O es que los humanos estaban locos solamente por escribir acerca de pequeños seres mágicos con diversos poderes, que cambian las versiones de los mismos en función al tiempo y la persona que lo escriba?

     Así, entre tanto y tanto, descubro a algunas personas mirando con curiosidad mi muñequera, sin atreverse a preguntar por qué rayos está brillando. Y entonces es donde yo reacciono del significado del brillo inusual.
     Busco con la mirada a la mujer de cabello verde agua (creo que nos les mencioné que tiene un cierto parecido físico a una cantante de holograma japonesa, ¿no? Aunque Katarina parece medir dos metros), pero ella no da a conocer su ubicación exacta. Los estudiantes a mi alrededor siguen allí, tranquilos, paseando y charlando como si nada estuviese pasando. Si se enteraran...
     Pero no está. Katarina no está en ninguna parte. Mi pulsera vuelve a la normalidad, por lo que me dirijo al baño e ignoro el hecho de que acaba de sonar el timbre y todos están volviendo a sus respectivas aulas. Me encierro en uno de los cubículos para poder enviarle un mensaje de advertencia a Emma: 
Emma, ya debes haber recibido la alerta de la cercanía de Katarina, pero no la he visto en ningún momento desde que comenzó a brillar la pulsera. Eso es extraño, por lo que hay que mantenernos más atentos que nunca.
Saludos, Jev.

     Aprieto el botón de la mochila del inodoro y salgo de allí. Me lavo las manos con rapidez para luego volver a mi salón.

     La profesora de Inglés no pregunta sobre mi llegada tarde, por lo que supongo que alguno de mis amigos me vio entrar al baño y le debe haber dicho a ella. Aún así no me preocupo mucho de decírselo, ya que estoy más ocupado tratando de estar alerta por si aparece Katarina de sorpresa. Una parte de mí, tal vez la del otro Jev, me dice que ella no dará acto de presencia, pero como dice mamá "más vale prevenir que curar". Así, paso toda la hora asegurándome de que no haya nada fuera de lo normal, mejor dicho, algo no tan extraño dentro de todo lo que estoy viviendo.

 

     Ya en casa, dentro de mi tranquila habitación, decido que es mejor dormir una siesta para poder calmar las emociones en mi interior. Tomo mi teléfono y utilizo una aplicación que reproduce sonidos de lluvia, la cual personalizo para que se escuche una suave llovizna con algunos relámpagos. Conecto los auriculares y me los coloco para mejorar la ambientación. Cierro los ojos poco a poco, hasta que el sueño finalmente gana.



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En el texto hay: misterio y accion, multiverso, amistad y humor

Editado: 02.04.2020

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