Por ti: Adrenalina

Capítulo 1: El campeón

Conducía por las calles de mi ciudad, el viento golpeaba mi cuerpo mientras seguía aumentando la velocidad.

Estaba atrasado.

Debía llegar pronto o perdería dinero y no estaba en condiciones de perderlo y menos esa cantidad.

La luna me gritaba algo que no quería escuchar. El peligro era parte de mi, adoraba esa sensación que se colaba en mi cuerpo cuando estaba al límite.

El sonido del mar me tranquilizaba, era una extraña combinación, pero me encantaba.

Mi celular sonaba en mi bolsillo. Poniéndome nervioso, debía llegar.

Aumente un poco más la velocidad de mi moto.

Mi caballo negro, así la llamaba.

Sólo quedaba media cuadra para el lugar acordado.

No era primera vez que asistía a estas carreras clandestinas, era el campeón invicto dos años consecutivos. No tenía miedo a la muerte, porque confiaba que aún no era mi momento.

Vi toda la gente reunida en el estacionamiento del supermercado. Las motos todas en una fila esperándome.

-¿Por qué tardaste tanto? Estuviste a punto de perder mucho dinero - dijo Alexander, mi mejor amigo.

-Por culpa de mi hermana pequeña, insistía en que no viniera.

Recordé la discusión antes de salir, era algo que ocurría seguido, mi padre y hermana me reclamaban este "hobby".

Pero no entienden, esto es mucho más grande que un hobby.

-Se preocupa por ti, no reclames - siempre la defendía, parecía más su mejor amigo que yo.

Espero que no sean otro tipo de sentimientos más que de amistad.

-Bien, vamos, toma tu lugar.

Me acomodé en mi lugar designado y saludé de movimiento de cabeza a todos los pilotos.

Respiré profundo inhalando la brisa del mar para relajarme. Puse mi casco en mi cabeza ajustándolo bien.

Mire a ambos lados mirando a mis contrincantes preparados teniendo un sueño, derrotarme. Pero mientras viva nadie me robará el primer lugar.

Cuando la mujer elevó la bandera roja dando inicio a la carrera aceleré a toda velocidad haciéndola rugir. Amaba ese sonido.

La primera curva se presentó adelante, bajé un poco la velocidad para tomarla sin problemas, no temía perder, ya les tenía harta ventaja.

Pero no debía confiarme. Nicolás era uno de los mejores y siempre tenía el segundo lugar.

La segunda curva.

Sentía como el viento daba paso a mi caballo negro, amaba esta sensación con mi vida. La adrenalina que sentía no se comparaba con nada que haya probado, me daba una felicidad que nada ni nadie me ha dado.

La tercera curva.

Veía como Nicolás se acercaba, eso era peligroso, pero él temía por su vida. Yo no.

Aceleré un poco más para mantener la ventaja.

Ya quedaba poco para la meta, no me iba a arriesgar a que me quitaran el trono.

Cuarta curva.

Aceleré un poco más para sentir por última vez esa adrenalina.

El rugido.

El viento.

Mi corazón, bombeando más rápido.

Veía cómo la gente se movía para dar paso a los competidores.

Traspasé la meta.

Mantuve la corona mientras escuchaba los vitoreos del público.

Ganar.

Ese sentimiento de sentir el control de algo, me fascinaba. Pero, ¿A quién no?

-¡Y manteniendo su trono, él ganador es Christopher! - gritó el organizador de la carrera - ¡Felicidades por tu triunfo!

Me bajé de la moto y todos corrieron a mi lado gritando, no podía entender, pero suponía que eran palabras de felicitaciones.

Pasando entre la gente venía mi amigo.

-Permiso, permiso - decía con voz fuerte - Felicidades campeón, otro logro más. Deberías ser piloto de GP - rio.

-Con qué plata idiota - golpee su hombro.

No podía negar que era un sueño, pero las posibilidades eran 1 de 10. Sabía que era bueno, pero eso era un mundo cerrado, no tenía cabida ahí.

-Ahora vamos a celebrar. Fiesta en mi casa - gritó como desquiciado.

Todos gritaron alegres.

Todas las veces que ganaba el pasaba su casa para celebrar, sabía que mi hermana se volvería loca si llevaba toda esa gente, no le gustaba este mundo y siempre me reclama ser parte.

Me subí nuevamente para dirigirme a su casa, sabía dónde quedaba, obviamente.

-¿Me llevas? - dijo una mujer de unos 20 años, ¿Qué hacía una mujer tan joven en este lugar?

Aunque no podía culparla, comencé a venir desde los 18 años, la edad permitida para ser parte. Ya llevaba 8 años. Qué rápido pasa el tiempo.

-¿No eres muy joven para estar aquí? - pregunté. Probablemente tenía la edad de mi hermana.

-¿Qué edad crees que tengo? - preguntó coqueta.

Sus intenciones eran obvias.

-Mucho menos que yo, eso es claro. Deberías estar en tu casa niña - dije tratando de mantener distancia.

-Me gusta la adrenalina - eso llamó mi atención.

-¿Tienes pensado competir?

-No, la adrenalina es desobedecer a mis padres - hablo sonriendo.

Eso lo demuestra, es una niña.

-Te llevaré, pero tu verás como te devuelves a tu casa - aclaré.

No tenía intenciones de tener una relación. Mi vida es mi familia y las carreras.

-Está bien - me cerró un ojo coqueta.

Le presté mi casco y ambos nos subimos a mi belleza y mi amigo me miró de lejos levantando una ceja. Le parece extraño, jamás he hecho eso. No sabía porqué lo hacía en realidad; supongo que es porqué me recuerda a mi hermana.

Aceleré y avancé por las calles, ella tomó mi cintura con fuerza. Vaya, al parecer le daba miedo.

¿Por qué hacía esto? Me parecía una chica malcriada. Espero no le pase nada en esta fiesta, no seré su niñero.

Al llegar habían algunas personas afuera esperando ¿Qué tanto hacía que no llegaba?

No creo que se haya ido con una chica, llevaba meses sin estar con nadie, lo que me parecía extraño.

Debe gustarle alguien, es la única explicación.

~~~

La música sonaba fuerte, tanto que reventaba los tímpanos.

La chica me bailaba sensualmente tocando mi cuerpo sin permiso. No sé cómo terminé bailando con ella, me dejó convencer fácilmente. Pero me sentía incómodo, como si le estuviera fallando a alguien.



#522 en Joven Adulto

En el texto hay: sirenas, romance, motos

Editado: 21.02.2025

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