De antemano ofrezco una disculpa por cualquier falta de ortografía, realmente no soy una experta pero trato de seguir aprendiendo, mil gracias.
Dos años después...
Desperté con un fuerte dolor en el cuello, tratar de dormir la noche anterior se había convertido en algo imposible, aún estaba bajo mis sabanas, la alarma no había sonado pero sabía que estaba a punto de hacerlo, realmente me sentía demasiado nerviosa, odiaba que siempre me pasara esto, es como si mi mente no dejara de crear posibles escenarios de todo lo que me espera, en definitiva la incertidumbre no era mi mejor amiga y odiaba aún más cuando las personas me decían que debía mantenerme tranquila, no era como si no lo hubiera pensado antes, sólo no sabía cómo estarlo, creo que es una de las cosas que más detesto de mí.
La alarma sonó haciéndome saber que mi día definitivamente estaba comenzando, me voltee de mala gana apagando la molesta alarma, quitando las sabanas de encima pude sentir el aire fresco de la mañana, aún cuando las ventanas estuvieran cerradas mi cuarto siempre dejaba sentir un aire fresco y me fascinaba esa sensación durante las mañanas, era como si se creara un ambiente que podía llevarse cualquier cosa que me estuviera molestando, aunque en esta ocasión la sensación de incertidumbre al parecer era más fuerte.
Hoy era mi primer día en la universidad y eso me hacía sentir nerviosa, no sólo por los maestros o las materias, sino porque tenía un lugar en el Colegio Americano, una de las mejores escuelas del país, parecía algo sorprendente cuan rápido ha pasado el tiempo, aún recuerdo cundo jugaba con mi mejor amigo Josep una versión de béisbol en donde en lugar de usar un bate rodábamos la pelota por el piso al otro jugador quien debía patearla, el siempre volaba las pelotas al patio de nuestra vecina, la señora Rose, la cual nos lanzaba una serie de regaños por maltratar su césped diciendo que no nos devolvería las pelotas. Estando acostada recordando se me hacía casi imposible imaginar cómo es que este momento que parecía tan lejano había llegado.
Me quede boca arriba mirando una mancha en el techo que siempre he jurado tiene forma de delfín, cuando era pequeña me encantaba buscar formas remotas en cualquier lugar, en las nubes o solamente en las manchas que se forman por la humedad en las paredes, mi hermana Care siempre decía que tal vez su cerebro tenía desactivada la opción de imaginación porque ella solo veía horribles manchas o nubes deformes, pero sonreía siempre que yo alucinaba con mis locas teorías de animales o rostros.
A regaña dientes me levante para ir a la ducha. Me perdí sintiendo el agua caliente caer desde mi cabeza hasta mis pies, debí haber estado un buen rato ahí parada, reaccionando cuando comencé a sentir el agua enfriarse. Sali de mi estupor para concentrarme antes de que mi cuerpo se convirtiera en una pasa.
Venia una de las partes más difíciles, elegir la ropa que debería usar, dicen que no hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión, sé que no me debería importar lo que puedan pensar de mí y todo ese rollo de no prestar atención a las opiniones ajenas, pero creo que es algo que las personas no podemos evitar de alguna manera, aunque tengas una autoestima verdaderamente alta.
Decidí llevar algo sencillo y cómodo pero que no pareciera que aun llevaba la pijama puesta, una playera blanca un poco más ancha que mi talla con algunas marcas negras que hacen parecer como si fueran manchas de pintura, unos jeans azules y mis converse blancos que no pueden faltar, me fascinaba el hecho de no tener que llevar uniformes, durante mucho tiempo tuve que usarlos y aunque algunas chicas podían verse bien con eso de manera inexplicable, yo me sentía como una piñata flaca mal envuelta. Pase la plancha por mi cabello rogándole porque hoy fuera uno de esos días en donde el frizz no se hiciera presente, ya que es algo complicado en ocasiones, tengo un cabello negro con algunos mechones azules que me llega un poco debajo de la mitad de la espalda y lo amo, es como mi pequeña obsesión y me encanta usarlo suelto. Rocié un poco de colonia de Victoria's Secret, decidiéndome por llevar un maquillaje bastante relajado. Me mire frente al espejo de cuerpo entero, no era una chica que tuviera un gran cuerpo ejercitado que lucir, pero me sentía bastante feliz con mi metro cincuenta y ocho, realmente tampoco podía quejarme ya que tenía el gran beneficio de comer toda la pizza que quisiera sin subir drásticamente de peso, algo que muchas chicas quisieran.
-¡¡Alex el desayuno está listo!!- grito mi hermana Care, podía imaginarla moviendo su pierna de manera nerviosa contando cada minuto que se me hacía tarde.
-¡¡Ya bajo!!-respondí dándome un último vistazo en el espejo
Bajando la escalera pude percibir un delicioso aroma a Hot Cakes recién hechos, me senté frente a la mesa ansiosa por desayunar. Mientras me llevaba un gran trozo de Hot Cakes a la boca pude sentir la mirada de Care, se encontraba sentada frente a mi observándome un tanto desconcertada, justo a su lado comía tranquilamente su esposo Aaron.
- ¿Qué ocurre? - le pregunte atragantándome con el trozo de Hot Cake en mi boca.
- ¿realmente iras vestidas así a tu primer día de clases? - preguntó levantando sus cejas mientras con su mirada recorría mi atuendo, Aaron solo la miro con una pequeña sonrisa divertida que decía “aquí vamos”.
Editado: 24.12.2021