Jake se subió a su motocicleta ofreciéndome el casco para que me lo pusiera.
- ¿A dónde vamos? -pregunté, no estando segura de querer ir a otro lugar solos.
- creo que las últimas veces yo he decido ¿A dónde te gustaría ir? –
Ir a un lugar que yo conozca y que no quede demasiado lejos de mi casa sería la mejor opción por cualquier situación que se pudiera dar, además de que fuera concurrido. Sabía que ya había estado a solas con él en otras ocasiones, pero después de ver la foto de Brooke muerta mi paranoia había aumentado mil por ciento.
-vamos a Chuck- le dije sabiendo que al ser sábado posiblemente habría demasiados testigos si ocurría algo.
- ¿a Chuck? Si que eres una chica rara- me dijo con una media sonrisa.
- ¿Qué tiene de malo? –
-cualquier otra chica hubiera querido un restaurante de lujo, pero tu prefieres ir por comida rápida-
-hoy es sábado de pizzas y karaoke y nunca rechazaré la pizza- le dije subiendo detrás de él.
Cuando llegamos a Chuck Jake sostuvo la puerta abierta para que pudiera pasar primero.
-cualquiera pensaría que eres un caballero- dije entrando, sintiendo inmediatamente el olor a comida.
-soy un gran caballero, ya deberías haberlo notado- me respondió entrando detrás de mí.
El lugar estaba un poco lleno de gente, apenas teniendo algunas mesas vacías, caminé escogiendo una de las del fondo, era noche de Karaoke y no quería tener que estar cerca del escenario con las bocinas rompiendo mis oídos, justo cuando nos sentamos una camarera se acercó para darnos los menús, teniendo una inmensa sonrisa mientras observaba a Jake sin disimular, ignorándome completamente, era una chica delgada de unos dieciocho años, llevaba una blusa extremadamente pegada que hacía resaltar su busto, haciendo notar que estaba demasiado dotada.
-hola ¿Qué desean ordenar? -preguntó la chica animadamente refiriéndose todo el tiempo a Jake.
- ¿estás lista para ordenar Cygne o necesitas un poco de tiempo? -me dijo Jake.
-pizza de pepperoni y refresco de manzana está bien para mí-
-de acuerdo yo quiero una Coca-Cola- le hablo Jake a la chica que prácticamente se lo estaba comiendo con la mirada moviendo coquetamente su cabello, tomando nuestra orden y alejándose hacia la cocina.
-y bien ¿puedo saber porque no te has sentado en el lugar de siempre en matemáticas? -me preguntó Jake, sin prestar atención a las insinuaciones de nuestra camarera, posiblemente estaba acostumbrado a este tipo de cosas, debía aceptar que Jake era de esos chicos imposibles de no notar cuando entraba a un lugar.
-creo que necesitaba estar más cerca de la pizarra- le dije jugando con el pequeño florero en la mesa.
-claro ¿y por eso me has estado evitando en todos los lugares? –
-yo no te he estado evitando- mascullé, aunque él tenía razón eso había estado haciendo.
- ¿de verdad? Porque cada vez que coincidíamos en los pasillos parecía como si necesitaras salir corriendo al baño- me dijo levantando las cejas, sabiendo que estaba mintiendo.
-está bien, tal vez te estuve evitando, pero Jake seamos sinceros, después de lo ocurrido en la playa simplemente no creí correcto sentarnos juntos o saludarnos como si nada hubiera sucedido, creí que podía ser algo incómodo para ambos- confesé, sintiéndome avergonzada por tener que mencionarlo.
- ni siquiera nos besamos creo que exageras-
-para ti podrá ser de lo más normal, pero yo no suelo ir por ahí besando a mis compañeros de clase y luego sólo fingir que no pasó nada llegando a preguntarle si hizo la tarea-
-aunque no nos besamos, tu teléfono nos interrumpió- aclaro él.
-lo que sea, oye enserio tal vez tú estás acostumbrado a hacer ese tipo de cosas con las chicas, pero no es lo mío, si realmente quieres que seamos amigos debemos aprender a mantener distancia, porque los amigos no van por ahí besándose y luego fingir que nada sucedió- le dije tratando de hacer notar mi punto.
-debo admitir que me siento sorprendido, nunca antes una chica había tenido que huir de mi como si fuera la peste- me dijo con una pequeña sonrisa irónica.
-oye respeto tu estilo de vida y el tipo de relaciones fugaces que sueles tener, pero no estoy interesada en eso- para él tal vez esto era un día normal en su vida de don Juan, pero ya había sido bastante vergonzoso e incómodo cuando todos pensaron que él y yo habíamos dormido juntos y lo que menos quería era reforzar esos rumores, además de que Josep tenía razón no quería que esto se convirtiera en un tipo síndrome de Estocolmo, aun no estaba segura sí verdaderamente él estaba tratando de asesinarme.
-de acuerdo, entonces sólo amigos- aceptó.
En ese momento la camarera apareció con nuestra comida junto con las bebidas, contoneándose en cada movimiento que hacía, inclinándose exageradamente para acomodar todo sobre la mesa.
-si desean algo más estaré por allá- dijo mirando a Jake, mordiéndose el labio coquetamente y alejándose de nosotros con un descomunal movimiento de caderas.
Editado: 24.12.2021