Por ti

Capítulo 38

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Desperté aturdida sin saber donde estaba o recordar en que momento me quedé dormida, lo primero que vi fue el techo, con cuarteaduras de pintura y grandes manchas de humedad, la luz de un foco destellando y haciéndome entrecerrar los ojos por el brillo repentino ¿Dónde rayos estaba? Volteé a mi alrededor buscando algo que me hiciera ubicarme, vi las paredes igual de desgastadas que el techo, una silla vieja en un rincón y escuchaba el sonido de una gotera caer, el olor a humedad apestaba el lugar. Me incorporé de inmediato, recordando los últimos eventos, yo en la fiesta y luego me desmayé.

Estaba acostada sobre un viejo catre, llevaba puesto el vestido blanco y las zapatillas, aunque el antifaz estaba tirado cerca de un cristal que dividía la habitación, no sabía como había llegado ahí o quien me llevó, bueno por el latir iracundo de mi corazón sabía que solo alguien pudo llevarme, el encapuchado, pero ¿cómo lo hizo en medio de una fiesta?

Me puse de pie, con un pequeño mareo aun, miré a todos lados buscando cualquier pista de lo que ocurría, llegué hasta el cristal, tenia algunos agujeros, que permitían que entrara aire, pero no veía ninguna forma de salir, estaba atrapada sin escapatoria.

Escuché una puerta abrirse y pasos caminar, inmediatamente me puse alerta, buscando cualquier cosa para defenderme, pero no había mucho, me quité los tacones, sosteniéndolos dispuesta a atacar con ellos.

Los pasos se acercaron hasta que un rostro se materializó poco a poco frente a mí del otro lado del cristal y mi corazón cayó en picada al ver de quien se trataba, el aire abandonó mi cuerpo y la sorpresa e incredulidad tomaron su lugar.

-hasta que despertó la princesa- habló con ironía, teniendo una sonrisa maliciosa en el rostro.

-eres tú-dije sin poder creerlo, al fin podía ver ese rostro sin un pasamontaña cubriéndolo, pero nunca, ni en un millón de años lo hubiera creído ¿pero él por qué?

-claro que si pequeña Cygne ¿no es así como te dice Jake? –

-pero…-la confusión reinaba en mi interior, me sentía estúpida y enojada conmigo misma, al no haberlo siquiera imaginado.

- ¿te sorprendí? Apuesto a que sí- se rió, disfrutando del momento y de la expresión que seguramente tenía en mi rostro.

-Evan- su nombre salió de mi boca en un susurro, sintiéndome atónita aun, de que él fuera quien me citó en la fiesta, de que él fuera el encapuchado que llevaba atormentándome por semanas-pero…-no podía completar frases coherentes, por el impacto de la noticia.

- ¿por qué? Hay Alex, sé que tienes muchas preguntas, tu y yo tenemos muchas cosas que platicar- masculló, arrastrando una silla para sentarse.

Yo seguía sin lograr cavilar lo que mis ojos veían, trayendo a mi mente cada recuerdo de Evan, estando completamente alejado de la imagen que ahora estaba frente a mí, el estuvo todo ese tiempo mintiéndome, tramando mis desgracias mientras fingía la imagen de alguien bueno, incluso pareciendo interesado en mí, sentí asco de cada beso que le di.

-no puedo creerlo, tu eres el encapuchado, tu eres quien ha intentado matarme, quien provocó el accidente de Josep, me hiciste creer que era Jake quien quería hacerme daño- espeté al darme cuenta de todas las mentiras que me lanzó a la cara y no logré ver.

-si, he sido yo todo este tiempo, debo admitir que pensé que sería más difícil engañarte, pero me lo pusiste demasiado fácil-

- ¿por qué? ¿qué te hice para que quisieras dañarme de esta manera? ¿Cómo lograste traerme hasta aquí? -rabié, sin comprender todo el daño que me ha causado.

-demasiadas preguntas linda, pero por suerte tenemos mucho tiempo para responderlas y vamos a comenzar haciéndote una recomendación, nunca bebas nada que no ha sido servido frente a ti porque te pueden drogar, incluso Sam dudó que realmente bebieras esa cerveza, pero la bebiste toda, sí que eres estúpida-

- ¿Sam está contigo en todo esto? -la bebida que me dio, fue por eso que me desmayé, colocaron algo en ella para dormirme, pero ahora el shock era más fuerte, Sam era el mejor amigo de Jake ¿Por qué accedió a hacer algo tan vil como esto?

-sorpresas, Sam es mi hermano, él te drogó y luego te sacó de la fiesta, bastante fácil en un lugar con tantos borrachos, pasaste desapercibida como una chica más a la que se le pasaron las copas- con cada palabra que salía de su boca me hacia darme cuenta que nada de lo que pensaba conocer, era verdadero -pero que mal anfitrión soy ¿te gustaría un café tal vez? Para que podamos platicar a gusto-

- ¿qué estoy haciendo aquí? ¿qué les hice para que me odiaran de esta manera? -lo cuestioné sin lograr entender, no creía que solo fuera por tener una relación con Jake y haberlo dejado, esto iba mucho antes de siquiera enamorarme de Jake.

-te voy a contar una historia querida Alex, deberías ponerte cómoda- solo lo observé sin moverme de mi sitio, solo quería escuchar la verdad- ¿no? De acuerdo, entonces remontémonos al pasado, hace algunos años mi padre, que conociste hace un tiempo y su esposa que también conociste y que por cierto en realidad es mi tía decidieron acoger en su casa a su hermana gemela, Amelia Green, una joven con demasiados problemas que era golpeada por su esposo, tenia un pequeño hijo, así que la ayudaron para que dejara a aquel hombre, llevándola a su hogar, pero poco después resultó embarazada nuevamente, pero ¿Quién era el padre de ese bebé? Exacto, su cuñado, el marido de su hermana, un maldito que abusó de ella una noche borracho, eso por supuesto que no les causó la mínima gracia, así que la mandaron a la calle, con su hijo y un bebé creciendo en su vientre, y si adivinas bien ese bebé era yo, cualquiera se preguntaría ¿por qué su hermana en lugar de apoyarla, decidió hacerla a un lado y continuar con el maldito abusador? Es horrible lo que el dinero hace a las personas, sobre todo si creciste en medio de la miseria y luego encuentras a alguien que te saqué de ella, el dinero es más fuerte que la sangre. En fin, mi madre, mi hermano y yo que venía en camino, estábamos tirados a la deriva sin esperanza, hasta que una pareja se tocó el corazón nuevamente, eran una familia rica, les dieron techo y comida por algún tiempo, un empleo como sirvienta y nana a su vez, todo parecía ir bien, pero un día la preciada hija de la familia desapareció ¿cómo una bebita desaparecía de su habitación? Pensaron que era un secuestro ¿y quien crees que era la principal sospechosa? La sirvienta pobre con dos hijos, necesitada de dinero que se enredó con su cuñado, mi madre huyó antes de que la policía la atrapara, era inocente pero nadie le creería y tenia dos hijos que no quería dejar solos porque los amaba, pero en su noble corazón, quiso ir a buscar a la pareja que le tendió la mano, con la esperanza de que le creyeran, cuando llegó los encontró muertos, les dispararon, y ahí estaba el arma, la policía llegó y ante los ojos de todos ella era la asesina, secuestró primero a la hija y luego los mató, las autoridades ni siquiera se aseguraron de que realmente ella fuera quien disparó el arma, que hubiera pólvora en sus manos o algo, solo la señalaron como la asesina de una de las mejores y más ejemplares familias de la ciudad, no la llevaron a una cárcel, la declararon como mentalmente inestable y la refundieron en un maldito manicomio como una loca, demasiadas irregularidades en su caso ¿no crees? Porque para la sociedad ella y sus hijos no valían nada, mientras que los muertos y su desaparecida hija valían todo, por ser ricos-



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En el texto hay: misterio, romance, amor

Editado: 24.12.2021

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