Por Ti

CAPITULO 1

Esto no puede estar pasando…

La respiración empieza a fallarme, mi vista se vuelve borrosa pero hago todos los esfuerzos para concentrarme en la varita blanca que sostengo en mi mano y, al observarla nuevamente, no puedo evitar que los deseos de vomitar vuelvan a invadirme.

Si al inicio del año alguien me hubiese siquiera mencionado que hoy estaría sentada en el baño de mi habitación observando unas cuatro varitas mágicas —Sí, Mágicas, porque esto solo puede ser una especie de fantasía— que portan orgullosamente dos rayas rosado intenso en ellas, me hubiese reído fuertemente en su cara. Literalmente me habría orinado encima de la risa. Pero aquí estoy... Embarazada. Realmente embarazada.

Tonta, tonta, tonta… No paro de repetir una y mil veces en mi mente, mientras recuerdo el porqué de mi situación.

Todo empezó cuando próximo a iniciar mi último año de la secundaria cambiamos de residencia y por lo tanto me vi obligada a cambiar de colegio, pensé que sería difícil pero resultó ser más fácil de lo que pensaba. En vez de ser yo quien acosara a las personas para que fueran mis amigos, fui quien terminó siendo perseguida por el grupo más popular para que me les uniera. Y lo hice. Aunque luego me di cuenta que solo se interesaron en mí porque estaban al tanto de que quien es mi padre, el multimillonario Frederick Marshall, conocido por todos como el dueño de la cadena de hoteles más exitosa de la región.

Todo fue bastante bien por unos meses, fui aceptada totalmente y estaba sacando sobresalientes en casi todas mis clases, hasta que un día, una de mis amigas estuvo acosando a una chica por no haber tenido relaciones sexuales y estar en su último año.

Ellas la llamaron perdedora por el hecho y se rieron tan fuerte de la pobre muchacha qué la idea de ser un mojigata y perdedora por también serlo se propagó por mi mente. Pero no era solo eso… temía que se enteraran y se dedicaran a darme el mismo trato que a ella.

Y aunque en el pasado, no haber tenido relaciones sexuales, jamás me había molestado, decidí deshacerme de ese problema lo más rápido que pude. Y bueno, era mi último año, ¿Qué más daba? Iba a ser como sacarse una vendita, por lo tanto, decidí deshacerme de mi tarjeta "V" con el chico que estaba empezando a ver, Nolan Lockward.

Sucedió una noche, después de salir de una fiesta del equipo de béisbol del colegio. En su auto. Súper incómodo. Malditamente doloroso.

Al menos fue rápido. Pensé, en aquel momento.

Después de eso salimos varias veces juntos, sin embargo, no lo hicimos de nuevo.

Mi plan había funcionado y no había por qué repetir aquel fatídico desastre. Como había imaginado, las chicas empezaron a tratarme mejor y todo volvió a ser ‘‘normal’’. Aunque lamentablemente tuve que soportar las obscenidades que los chicos me lanzaban cada vez que pasaba por su lado, ya que Nolan se había encargado de que todos se enteraran de que me había ‘‘seducido’’ y lo habíamos hecho en su auto.

Totalmente humillante.

Todo fue una jodida estupidez, porque ahora estoy embarazada por algo tan trivial como eso. Simplemente por sentirme inferior por ser virgen y no una promiscua.

¿En qué estaba pensando?

Si mi padre se llegase a enterar de mi embarazo sería mi perdición. Él, que aun comportándome de la mejor manera me detesta, ahora tendrá una razón mayor para repudiarme.

Las lágrimas se deslizan descontroladas por mis mejillas sin que pueda evitarlo, y el dolor en mi pecho se vuelve insoportable. Con las cajas en mis manos me levanto del suelo y camino hacia mi cama pero, antes de llegar allí, un enorme deseo de revertir las cosas me hace lanzarlas contra el colchón.

¿Qué se supone que voy a hacer ahora?

Lentamente vuelvo a caer al suelo, dejando que la miseria se adueñe de cada poro de mí ser. Ningún pensamiento coherente invade mi mente y lo único que deseo es desaparecer, pero eso es algo imposible. Sentada en la alfombra, los minutos pasan volando, hasta que una notificación en mi teléfono me hace despertar de mi pequeño letargo.

Al tomarlo observo que simplemente ha sido una notificación de una página de cosméticos en mi red social pero es suficiente para que mi mente al fin empiece a funcionar.

Respiro profundamente para calmar mis sollozos, decidiendo que es hora de hacerle saber a Nolan la noticia y para ahorrarme la larga conversación, además de la incredibilidad que seguramente tendrá, escojo simplemente enviarle una foto de las cuatro pruebas positivas.

Su respuesta no llega de inmediato pero, cuando lo hace, se encarga de destrozar cada buena posibilidad que había planteado en mi cabeza.

 

NOLAN _ 09:13 PM

¿Qué es…?

MADDIE _ 09:13 PM

¿Tú qué crees, Nolan?

NOLAN _ 09:14 PM

Eso son pruebas de embarazo???

MADDIE _ 09:14 PM

¡Claro que lo son! ¿Qué más serían?




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