Por Ti

CAPITULO 14

Mentiría si digo que tengo conocimiento de las veces que he dado vuelta en esta cama.

Llevo un mes en casa y desde el primer día no he podido dormir bien. Pero ello no se debe a que no esté en mi aparta-estudio, más sí a la persona que actualmente lo ocupa.

Aquellos ojos verdes me han perseguido a cada momento en que cierro los míos y es una tortura constante no poder tenerlos para mí. Se ha colado tanto en mis adentros, con su forma de ser, su jovialidad, su belleza, sinceridad, elocuencia, que en ocasiones solo quiero olvidarme de todo lo que podría o no pasar y besar los bellos labios de aquella pequeña y hermosa mujer.

Sin embargo, no es debido. No sería apropiado.

El día en la feria fue espectacular. Estar junto a ella y que me dejara tomar su mano fue maravilloso. Esperé una negativa, pensé que lo arruinaría todo haciendo ese gesto, pero no, ella me lo permitió; y bueno, fue impresionante sentir, al menos, ese pequeño contacto entre nosotros.

Aunque también pensé arruinarlo al mencionar lo del novio cuando la señora nos señaló como pareja, pero realmente debía saber de una vez por todas si su corazón estaba o no tomado. Sin embargo, mi curiosidad me costó y la herí, aunque lo haya negado sé que lo hice, toqué una fibra sensible en ella y su respuesta me dejó colérico al pensar en cómo debió sentirse al ser abandonada en su estado.

Quien fuere el padre de su pequeño, era un completo idiota.

Luego de esto soltó lo de su cumpleaños y simplemente no podía dejar pasar la ocasión, llevándola a uno de mis lugares favoritos y comprándole el pastel que tanto deseaba. Y todo valió la pena, ya que ver lo feliz que estaba, como lo disfrutó… fue impresionante.

A pesar de que habíamos hablado antes de que llegase al rancho, estando aquí, tan cerca de ella, he aprendido más cosas de las que ya sabía y resulta impresionante. Ella es tan… diferente. No se comporta como ninguna otra mujer que haya conocido anteriormente, ella simplemente… es Lyane.

He aprendido sus hábitos, tan así que algunas veces me he aprovechado de su forma tan predecible de hacer las cosas, apareciendo en esos lugares en los que le encanta pasar el rato, para leer o simplemente apreciar la naturaleza, y así pasar tiempo con ella.

Admiro la forma en que se ha acostumbrado tan bien a un lugar tan diferente al de su proveniencia. Eso demuestra mucho de ella. Aunque verdaderamente no sé la historia completa, pero estará en ella, algún día confiar en mí y contarme.

Nos hemos vuelto buenos amigos, compañeros de lectura y de locuras, aunque a mí me gustaría ser algo más que eso…

Después de horas de pensar y pensar, y de tener una sonrisa de bobo en la cara, decido hacer un último esfuerzo en intentar dormir. Mañana me espera un largo y arduo día de trabajo.

Me doy la vuelta, quedando con el pecho pegado al colchón, abrazo la almohada extra, encontrando comodidad y cierro los ojos, esperando que el sueño llegue a mí.

Para mi suerte, no tarda en hacerlo.

 

[…]

 

—Hey, Will —me llama Alexander, desde unos metros más adelante de mí.

Después de haber despertado solo unas horas más tarde del momento en que al fin pude conciliar el sueño, estuve supervisando los trabajos que se están realizando en el rancho y finalmente llegué aquí, a los límites del lado este del terreno, para encontrarme con un enorme problema con las cercas.

—Por lo que veo va a ser menos difícil de lo que pensamos —dice cuando llego a su lado— no toda la cerca está dañada, como en un principio creí, gracias al cielo es solo un veinte por ciento de ella.

—Eso es una gran noticia. No tendremos que gastar tanto tiempo en esto cuando hay muchas más cosas por hacer.

Nos movemos de forma rápida y empezamos nuestro trabajo, retirando la madera dañada y de inmediato colocando la nueva que traemos, esperando que, al menos, podamos terminar este mismo día el desastre.

Aproximadamente unas seis horas después veo como la camioneta de mi madre se acerca hacia dónde estamos y me alegro que haya venido. Todos estamos muertos del hambre, la sed y el cansancio.

A pesar de que creí que quien había venido era mi madre, me equivoqué, pues la que baja de la camioneta es Gisela, seguida por Lyane que se desmonta desde el lado del copiloto.

—Mira nada más… si es la hermosa chica nueva que ha venido a traernos el almuerzo —Murmura Mason detrás de mí—. Lástima que esté embarazada, de lo contrario, no tendría ningún impedimento en emplear mis encantos en ella —se ríe y dos más de los vaqueros más jóvenes le acompañan en su risa.

Estoy a punto de voltearme y partirle la cara al bocón de Mason cuando los ojos de aquella pequeña chica conectan con los míos. ¡Mierda! Es que cada día está más hermosa.

No sé, ni entiendo, porque estoy tan perdido en esa chica, eso es algo que nunca pensé me pasaría. En realidad siempre me burlé de cada amigo que caía perdidamente enamorado de la suya. Y aquí estoy yo, fascinado irremediablemente de mi chica imposible.

—Hola chicos —saluda Gisela agitando su mano hacia nosotros—, ¿Qué esperan para venir a comer?




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