Por Ti

CAPITULO 35

¡Holis! Aquí el nuevo capitulo, espero les guste.

PD: Si has llegado hasta aquí y te ha gustado la novela ¡No olvides dejar tu estrellita! Me harás inmensamente feliz ♥ Gracias por haberle dado la oportunidad :D

Sin más, les dejo disfrutar el cap.

***

— ¡Tenemos que ir a un club de strippers! —exclama Julián, emocionadísimo con la idea, y ruedo los ojos.

—No —respondo, junto a las gemelas, por enésima vez.

Estoy a dos días de ser la señora Rodríguez y aunque celebrar una despedida de soltera no estaba en mis planes, aquí estoy, lista para ''embriagarme'' y disfrutar de esta última noche de soltería.

Luego de que los amigos de William llegaran el día de ayer y se empeñaran en tener una última noche con su amigo antes de que 'lo cazaran', Julián y las gemelas sugirieron que debíamos hacer lo mismo. Y ahora, tanto los chicos como nosotras, estamos en una ciudad próxima a RiverTown, en la que hay todo tipo de clubes.

Sé que ellos se encuentran aquí porque William me lo dijo, no porque lo haya visto. En realidad tengo cinco días sin ver a mi futuro esposo, por una estúpida tradición que nos están haciendo cumplir. Una que aseguran tendrá un efecto demoledor cuando volvamos a vernos, en el altar, luego de tantos días separados.

— ¡Son unas aburridas! —gruñe, después de varios intentos tratando de convencernos de que vayamos a ver hombres desnudos— ¿Quién celebra una despedida de soltera sin hombres dando un verdadero espectáculo?

—Nosotras... —murmura Gisela, burlándose de él.

El único soltero en nuestro grupo es él, quien en múltiples ocasiones ha declarado que aquello se debe a que no está interesado en dejarse ''cazar'' y dejar de disfrutar los placeres de la vida tan joven. Que aún es muy pronto para dejar la fiesta a un lado y encadenarse a un esposo. Esa es la forma en que lo ve aunque para mí es todo lo contrario.

Él observa el entorno a nuestro alrededor y, de pronto, una enorme sonrisa invade su rostro.

—Podemos ir allí —señala un local a mi derecha con un enorme letrero— conozco al dueño, no tendremos que hacer fila.

Después de haber discutido tantas veces por el lugar al que iríamos, decidimos no pensarlo más y entrar. Si el ambiente no nos agrada, simplemente probamos otro.

Nos acercamos al lugar y la música electrónica se cuela hasta el exterior cuando el enorme gorila deja pasar a un grupo de chicas al interior del local.

—¿No debería haber música country en este lugar? —pregunto y los tres ruedan los ojos, al tiempo que río, al haber anticipado sus reacciones.

—Eso es tan cliché, amiga —responden.

Entramos al club luego de que el enorme hombre de la puerta revise nuestras identificaciones y a medida que avanzamos hasta la barra la música se vuelve más alta.

— ¡Juli! —grita un lindo rubio cuando llegamos a la barra— Que gusto verte otra vez, le avisaré a Vincent que estas aquí.

Julián le sonríe, tomando aquel porte seductor que en tantas ocasiones le he visto adoptar, haciendo que el pobre chico se sonroje irremediablemente.

—Queremos tus mejores tragos para cada una de nosotras —sonríe hacia él— y dile a Vincent que ¡esta noche vinimos a festejar!

Gerard, ese es su nombre, se aleja de nosotras para preparar nuestras bebidas y, mientras tanto, nos dedicamos a disfrutar de la música y el ambiente, moviendo nuestros cuerpos animadamente al ritmo de ''Swalla'' de Jason Derulo ft Nicky Minaj. Nos divertimos un montón, bromeando entre nosotras, hasta que a los pocos minutos el rubio vuelve a donde estamos, con cuatro bebidas llenas de color.

Tomamos nuestros vasos y lo probamos. El trago, al principio quema mi garganta pero luego el sabor tropical invade mi paladar, calmando el ardor.

—¡Esto esta riquísimo! —exclamo y todas me apoyan, sin saber que aquellos tragos eran de los dulces pero demoledores.

Los rainbowns, como terminé apodándoles, no paran de llegar y a medida que van trabajando en nuestro sistema, más desinhibido se vuelve nuestro baile.

Juntas, vamos al centro, a la pista, y bailamos cada canción que pasa por los próximos minutos. Movemos nuestras caderas al ritmo de cada tono y entre tanto movimiento y diversión, los minutos se convierten en hora.

Un poco sudorosas de tanto mover el cuerpo, volvemos a la barra para obtener más tragos y ahí es cuando llega el famoso Vincent.

Es un hombre súper alto y musculoso, de piel morena, pelo desalineado y parece todo un modelo salido de una revista. Todas las chicas voltean a verle y los suspiros no se hacen esperar. Él parece divertido con este hecho y al ver a Julián puedo asegurar que ese hombre podría ser el que lo saque de su soltería eterna. Se ve a leguas que está loquito por él.

—Julián... —le saluda Vincent con voz profunda, saboreando su nombre al pronunciarlo.

Se acerca a él y lo envuelve posesivamente en sus brazos mientras las gemelas y yo nos dedicamos varias miradas sorprendidas.




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