Por tí seré

Capítulo 22 Desesperación

P.O.V. Manuel:

 - Estoy seguro de que Donna se pondrá bien- digo al llegar junto al señor Harry

 - Lo sé, pero me preocupa mucho. Además Alejandro es un problema, estoy seguro de que lo mejor para Donna es mudarnos- el hablaba tranquilo pero sus ojos denotaban desesperación

 - No creo que sea lo mejor, nada les garantiza que el tipo vaya a dejar de fastidiar- dije yo- además Donna solía sentirse asfixiada por los cuidados que recibía.

 - Lo sé, sé que le molestaba, pero no estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer en ese asunto- dijo serio mirándome a los ojos

 - Sé que usted siempre quiere hacer lo mejor para Donna, es su hija, pero debe entender que para Donna también es difícil no poder olvidar nada de lo que pasó.

 - Tu no lo entenderías- dijo con voz mas severa- eres su novio y puede que si la quieras mucho pero no fuiste tú quien estuvo cuando le pasó lo que le pasó, tu no sufriste cuando ella desapareció por horas, cuando todos la buscábamos y luego la encontramos en una cabaña a las afueras de la ciudad, estaba inconsciente, el tipo estuvo a punto de violarla. Tu no estuviste cuando en el juzgado lo dejaron libre por no tener pruebas suficientes, ser menor de edad y además su padre era un hombre influyente en la política. No estuviste cuando la luz que ella irradiaba se apagó, ella actuaba en obras de teatro, cantó muchas veces también, nunca mas lo volvió a hacer.  Tu no estuviste cuando se despertaba en las noches por pesadillas y luego no podía dormir. Cuando todos sus supuestos amigos se burlaron de ella. Cuando tuvo que ir con la psicóloga porque estaba frente a un cuadro severo de depresión. Cuando estuvo a punto de tomar todos los frascos de pastillas de nuestra casa, cuando cambio su personalidad alegre por una desconocida porque se sentía culpable de lo que le pasó. No sabes lo mal que me he sentido desde entonces.- sus ojos reflejaban una clara tristeza, quizá de verdad no tenía caso tratar de hablar con él, solo era un hombre caído en la desesperación, no pude decir nada así que apoya mi brazo en su espalda en forma de apoyo.

Ambos nos quedamos en silencio, era mejor así, a veces el silencio tranquiliza mas que las palabras.

Después de un momento más llegó Nicolás.

 - Donna despertó- dijo mas tranquilo- el doctor dijo que pueden pasar a verla

  Ambos nos levantamos apresuradamente del asiento en el que estábamos y fuimos hasta la habitación de Donna.

Dejé que primero entrara Harry y Elizabeth, eran sus padres y seguramente deseaban estar con ella, además de que yo quería estar con ella a solas un momento, me preocupaba demasiado por ella, me senté en unas sillas que habían fuera de la habitación, Nicolás hizo lo mismo.

 Era un poco incómodo estar en el mismo espacio que Nicolás, siempre mostraba una imagen seria de si mismo aunque Donna me ha dicho muchas veces que en realidad no es así.

Después de unos minutos más, Elizabeth y Harry salieron, Elizabeth me dijo que Donna quería verme así que entré inmediatamente a la habitación.

 - ¿Cómo estás?- pregunté llegando a su lado.

 - Estoy bien,- dijo sonriendo débilmente- discúlpame por preocuparte- acarició mi mano- En unos minutos me darán el alta y voy a estar mucho mejor.

 - Eso espero, no me moveré de aquí- dije acariciando su cabello a lo que ella correspondió agarrando nuevamente mi mano

 - Ve a casa Manuel, sabes que ya estoy mejor, debes estar muy cansado

 - No voy a ir a casa- refuté

 - Hazlo por mí, si no vas ahora voy a estar muy preocupada por ti, aún no has almorzado- insistió

 - Esta bien, pero estaré muy pendiente de ti- Aunque no era una idea agradable para mi, accedí a retirarme, besé su frente y luego de despedirme de ella y de su familia me salí de aquella clínica.

Algo muy extraño sucedió en ese momento, habían dos camionetas extrañas a los alrededores del clínica, no le tomé mucha importancia y me dirigía hasta mi auto, pero ahí sí todo mi mundo se paró de repente.

 - ¿Qué haces aquí?- dije abriendo la puerta del conductor mientras sacaba la voz mas intimidante que tenía, aunque por dentro estaba confundido.

 - "Buenas tardes papá", sonaría mucho mejor- dijo con mucha tranquilidad mientras palmeaba el asiento del conductor en señal de que me sentara

 - ¿Qué es lo que quieres?- pregunté mientras me sentaba en el asiento.

 - Quieres que vaya directo al punto...- No respondí nada- esta bien, Tu en dos meses cumplirás 18 años, eso quiere decir que ya serás lo suficientemente grandecito para comenzar a participar en el negocio- en ese momento abrí la boca para negarme pero el puso su dedo índice sobre mis labios y continuo- estudiarás algo en la universidad, lo que quieras no es de mi interés, al fin de cuentas eso solo será una gran pantalla, eres mi heredero así que desde ya formas parte de el negocio.- dijo determinantemente

- No voy a participar en tu negocio, no lo voy a hacer- dije igual de frio yo

 - No te lo estoy preguntando, además no te preocupes por nada a partir de ahora tu ya estás adentro, tu madre- en ese momento mi sangre se heló, sabía que el era capaz de cualquier cosa para lograr su objetivo- tendrá todo gracias a su hijo y tu novia- ¿Cómo sabía de ella?- estará muy segura.

 - No te metas con ellas, este asunto es solo entre los dos- respondí enojado

 - Bueno eso dependerá de ti- continuó hablando él con su tono relajado- aunque pensándolo bien, esa chica Donna no es la mujer que mas te conviene, quizá sea un estorbo para ti

 - ¿A dónde quieres llegar con esto?- pregunté desesperado

 - A que pienses, tú sabes lo riesgoso que es este medio, ¿quieres involucrar a tu noviecita?, además contigo me pueden funcionar alianzas para expandir el territorio, lo único que tienes que hacer es ligar a las hijas de los carteles vecinos, eso es fácil ¿no?- No quería aceptarlo pero no tenía escapatoria del plan de mi padre e involucrar a Donna en esto si era muy riesgoso.




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