Por tí seré

Capítulo 26 No te vuelvas a acercar a mí

P.O.V. Manuel:

 Me levanto y preparo para ir al colegio de forma desanimada, soy como un zombi y hago todo mecanicamente.

 - Ven a desayunar cariño- dice mi madre dulcemente como siempre.

 - Gracias mamá- dije yo aún sin ánimos

No tenía ganas de hablar, y mi madre lo notó, ambos quedamos en silencio y luego de desayunar terminé de alistarme para salir, sentía un extremo nerviosismo y solo pensar en lo que estaba a punto de hacer me comenzaba a dar cosquilleo en el estómago.

Al llegar al colegio fui inmediatamente a mi salón y como era de esperarse Linda ya estaba ahí, me saludó alegremente.

 - Que bueno que ya estés mejor- dijo abrazándome- me preocupaba mucho por ti- 

 - Gracias- dije yo correspondiendo su abrazo.

En ese momento llegó Donna y se acercó a mí

 - Hola Manuel- dijo un poco distante.

 - Hola Donna- respondí igual yo

 - ¿Ya te sientes mejor?- me preguntó, al parecer le incomodaba mucho la presencia de Linda

 - Si, ya me siento bien- dije mintiéndo, en realidad el corazón se me estaba desgarrando poco a poco

 - Donna también estoy aquí- interrumpió Linda

 - Lo sé- respondió sin importancia Donna- Manuel ¿podemos hablar?- me dijo

Linda me agarró de la mano frente a Donna, ella estaba confundida

 - Hablar fuera de aquí- recalcó Donna-a solas

Yo solo asentí y ella salió del salón, yo solo la seguí hasta llegar a un lugar en el que tuviéramos un poco de privacidad.

 - ¿Me puedes decir que es lo que te pasa?- preguntó directamente

 - ¿Con qué?- también pregunté yo

 - Con todo, estas muy extraño, no llegaste al colegio una semana y cuando fui a tu casa a ver si estabas bien simplemente no me lo permitiste, estás con Linda todo el tiempo y le permites hacer cosas que me incomodan demasiado- dijo un poco exasperada.

 - Linda es mi amiga, te lo he dicho muchas veces.- contesté "fastidiado", en realidad ella tenía razón 

 - No tengo problema con eso pero ¿qué hacía ella en tu casa, y en tu habitación?-  parecía muy enojada

 - Estaba acompañándome- 

 - Yo pude haberlo hecho pero no me lo permitiste- dijo esta vez tratando de no alterarse

 - Me di cuenta de que no iba a funcionar- dije para no darle mas rodeos

 - ¿Qué?- preguntó confundida

 - Estuve pensándolo, en el tiempo que estuve en casa, pasar mucho tiempo con Linda, creo que me he ido enamorando de ella.- Su rostro denotaba tristeza y decepción y en ese momento llegó junto a nosotros Linda.

 - Se tardaron mucho, vine a ver si estaba todo bien- dijo poniéndose a mi lado.

 - ¿Es enserio Manuel?- preguntó

 - ¿Crees que te estoy mintiendo?, no sabía como decírtelo, pero si es verdad, lo nuestro ya no va a funcionar y es mejor que tu y yo terminemos de una vez, que tu olvides lo que en algún momento pasamos y que yo haga lo mismo, ahora me enamore de Linda y es algo que ya no depende de mí- dije alzando la voz.

 - No entiendo porque estas haciendo esto, estas mintiendo, dime ¿por qué lo haces?- insistió Donna con la voz un poco quebrada.

 - Te está diciendo la verdad, yo te lo advertí- Dijo Linda.

 - No quiero que te vuelvas a acercar a mí- dije finalmente.

 - Por eso no te preocupes- dijo Donna- que de esto, te juro que no tengo ganas ni de volver a verte, eres un cobarde por utilizar a esta- dijo enojada- no te voy a insistir, si quieren estar juntos, adelante, espero no tener que volver a hablar con ninguno de los dos- Esto era algo que nunca me lo iba a perdonar, haber lastimado de esta forma a Donna, sus ojos estaban llenos de tristeza y creo que podía decir lo mismo de de mí, no me sentía para nada bien.

Donna se marchó dejándonos solos a Linda y a mí, ella tomó mi mano y luego me abrazó, no podía dejar de pensar en Donna pero debía continuar con lo que ya había empezado.

 - Tu si me gustas mucho Manuel- dijo Linda poniéndose frente a mí mientras rodeando mi cuello

 - No sé si deberíamos comenzar algo- respondí un poco confundido, yo no sentía ningún tipo de atracción por Linda en realidad, no quería ilusionarla, después de todo era mi amiga- quizá no es momento.

 - Sé que después estaremos juntos-dijo finalmente para luego depositar un beso en mis labios y marcharse al salón sin decir nada más.

Simplemente me quedé ahí parado como un idiota sin saber que mas hacer, me sentía sin rumbo y que una parte de mi había muerto, me desesperaba la idea de haber perdido a Donna aunque en este momento ya no era una idea, era una realidad, después de tontear un momento sonó la campana que indicaba el inicio de las clases así que fui hasta el salón. Cuando llegue, me sentía muy extraño, simplemente tomé mi asiento desanimado, tener a Donna tan cerca de mí me volcaba todos los sentimiento, ella estaba cabizbaja, lo único que deseaba era que me odie, no quería que sufra por mi así que el odio era el mejor camino, jamás pensé hacer algo como esto, era momento de dejar de amarla tanto, aunque eso no podía controlarlo yo.

Donna no volteó la mirada en ningún momento, sabía que era lo mejor pero me dolía demasiado, en el fondo aún deseaba que ella se me acerque, todo era muy reciente y deseaba que ese sentimiento de amor tan odioso se fuera rápidamente, pero para eso debía pasar el tiempo.

Las clases continuaban, incluso el descanso llegó, Donna salió rápidamente, realmente me importaba mucho y tenía que controlarme demasiado para no salir detrás de ella, no podía soportar que estuviera triste y menos si la causa era yo, que juré amarla, aunque es verdad. 

Yo salí después de un momento para darle espacio, Linda salió conmigo y afuera me encontré con Santiago, pero no tenía ganas de hablar con nadie y simplemente evite una charla con él, no pasamos del saludo, el tiempo pasaba demasiado lento y cada lado por el que pasaba me recordaba a un momento único con Donna, ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué? estaba realmente amargado e irritable así que como pude me aleje de Linda, necesitaba estar solo, pero al mismo tiempo sentía desesperación por verla y abrazarla, explicarle todo, refugiarme en ella y luego besarla aunque sea por una última vez, tenía que controlar mis deseos porque sino finalmente terminaría por hacerlo, la campana que indicaba a clases otra vez interrumpió mis pensamientos y me obligo a volver al salón, nuevamente ahí estaba ella, su mirada se cruzó con la mía y sentí algo tan extraño como cuando miras a la persona que te gusta directamente a los ojos, solo que ella no solo me gusta sino que la amo.




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