Por Ti, Soy Todo...

Capitulo 1

Me desperté y vi mi celular.

 

Llego el día…

 

Ahora soy una universitaria, bueno

 

¿Por qué pienso eso?

 

Salí de mi cama y me vi en el espejo, aun me impresiona el cuerpo que tengo ahora, cuando tenía 7 años, me veía y era un chico normal.

 

Era Daniel Morini, un joven hijo de un embajador italiano y una bailarina francesa.

 

Suspiré cansada, ahora tenía 21 años, habia vuelto de París, cuando mi abuela murió, mis padres compraron una casa y me trasladé a Pennsylvania, donde vivieron hace mucho unos abuelos y mi padre fue embajador de Italia en Estados Unidos.

 

Cuando tenía 7 años, le dije a mis padres que me sentía niña, ellos me vieron raro, pero tras exámenes, me dijeron que volveríamos a Europa y empezó mi tratamiento, ellos no estaban deshonrados, parecían contentos.

 

Y me convertí en Sophie Morini, una joven de cabellos negros, cuando mi cuerpo se volvió el de una mujer, mi madre me explico distintas cosas, me operé unas 10 veces, decían que variaba entre personas.

 

Hoy volví a este lugar, pasé unos hermosos 5 años, iba a una escuela, donde no tuve amigos… bueno tuve UN amigo, aun lo recuerdo, me gustaría verlo, Jaycob, nos gustaba leer y discutir sobre comics, era gracioso, con sus lente de búho, era el chico más hermoso del mundo.

 

Mi primer amor y el único. Jamás lo voy a ver, seguro que se fue o que olvidó nuestra amistad.

 

Me bañé y me vestí, falda y medias negras, zapatos de militar, eran de mi padre y me gustaban, me las dio cuando me vine a Estados Unidos, no me gusta el país, pero así es cómodo. Vivo sola y gracias a mis buenas notas, tengo una beca artística de la universidad.

 

Me puse una blusa enorme favorita y encima el chaleco de lana que Jaycob me regalo antes de irme hace 14 años, sonrió y me pongo la mochila.

 

Al salir vi el sol de verano, extraño Paris; llovía tan suave en este momento, así que suspiré, debo llamar a mis padres, los extraño y a mis hermanos menores igual.

 

Al subir al autobús, noté que habían personas que recordaba, no creo que me reconozcan, tengo el cabello negro, antes lo tenía castaño; rostro esta más femenino; ya no tengo esa quemadura de niñez en el cuello; uso unos lentes tipo Harry Potter, siempre me gusto, eran bonito, me idéntico con él.

 

Salir del armario para conocer a tu verdadero yo, para saber quién eres en realidad y luchar por ser tu mismo.

 

Ya en la entrada, vi mis peores miedos, así que sus padres habían cumplido sus caprichos, vi el grupo que siempre me molesto, yo y Jaycob jamás nos gusto los juegos bruscos o el fútbol americano.

 

Entré, cuando sentí que alguien agarró mi trasero, mi libro salió volando, volteo y veo a ese idiota, aun lo recuerdo, me tiró agua de pintura cuando tenía 6 años.

 

Que guapa eres… - dijo Itan.

Quien mierda te crees para agarrarme el trasero, cosa inservible – ya no me quería callada – golfo de mierda…

 

Se me iba a tirar encima, cuando acto reflejo detuve su mano.

 

Eres un poco cobarde tocarme, no tienes dignidad – dije firme – así que mantén tu distancia, porque de lo contrario, te romperé los huevos…

 

Recogí las cosas que boté y entré, muchos me miraban raro, asustado o otros con cara de calientes. A varios los reconozco, pero no me reconocen a mí.

 

Sonreí cuando entre a mi primera sala, seré profesora de Música y Baile, así que por mientras debo obtener un título, hago clases en una escuela que le pertenecía a mi madre y que ahora dirige la madre de Jaycob, aunque ella esta enferma y yo me he hecho cargo. Nadie me diferencia, soy un ayudante.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.