Por todas las canciones que No eran para mí

S I E T E

—Suave... más suave.

—¿Así? —le pregunté, nerviosa.

—Sí, así —dijo en un suspiro.

—Joder. Lo hago muy mal —pronuncié en un gemido, mordiéndome el labio inferior.

—Siempre es difícil la primera vez, Liz—me consoló, guiándome.

—¡Pero si es que esta es nuestra tercera vez!

Él reprimió una sonrisa ante mi rabieta.

—No te agobies, solo sigue, ¿sí? —me animó, y así lo hice, con movimientos lentos de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba, una y otra vez —. Eso, ya tienes el ritmo —suspiró con alivio, disfrutándolo.

Y no lo culpaba, ese era el primer sonido decente que había podido emitir con la jodida guitarra desde que él había comenzado a enseñarme como tocarla, tres semanas atrás.

Pensé que, en cierta forma, mi idea sería tan romántica como lo hacían parecer en las películas, pero lo cierto era que hasta mi madre había decidido irse "de compras" cada que yo comenzaba a tocar.

—¡Al fin! —exclamé desbordada en alegría, levantando mi paño a modo de celebración.

Y entonces lo miré, sonriéndole de la misma forma en la que él me sonreía a mí.

—¿Lo ves? Solo te hacía falta práctica —pronunció, levantando su mano para dejar una dulce caricia sobre mi mejilla.

Sus dedos fríos, irónicamente, me llenaron de calor.

—No. Solo me hacías falta tú.

___________________________

No se ustedes, pero yo los estoy amando ❤️




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.