Eitan y Arath (nombre de los que vieron lo sucedido)
***
(Minutos antes de que Estevan llegara donde Ajax. En una sala con Estevan y los aetónes que sabían sobre lo ocurrido)
Ambos aetónes se encontraban con los nervios de punta al saber que habían sido descubiertos por la general y quién sabe si también por el príncipe. Torcían sus dedos y caminaban de lado a lado con evidente inseguridad y nervios. Habían mandado a llamar al ex general Estevan, ya que él era mucho más comprensivo que cualquiera parte de Epíthesi. Querían contarle a él antes que a nadie lo que habían visto.
Estevan llegaba a la sala con una expresión de evidente curiosidad ¿Qué era ese asunto tan importante que tenían que decirle?
—Hola. —Dijo Estevan mientras entraba a la habitación.
—S-Señor —Dijo Eitan con la voz entrecortada.
—T-Tenemos que decirle algo —Le siguió Arath.
—Bien... díganme —Respondió el superior.
—Sabemos quien asesinó a Fausto. —Dijo Arath.
—¿Asesinó? Fausto murió por su enfermedad —Les dijo Estevan.
—Bien... vi al rey poniendo una almohada en la cara del señor Fausto, creo que lo asfixiaba...
—¡¿Qué?! ¡¿viste su rostro?!
—N-No exactamente, solo vi sus alas... p-pero estoy seguro que era él, ¡sus alas son incomparables!
—¡No estás seguro! ¡¿Acaso no sabes qué no solo él tiene alas?!
—Bueno ¡saque sus propias conclusiones, yo dije lo que vi y estoy totalmente seguro!
A Estevan le hervía la sangre, escuchar aquellos solo lo puso de mal humor, conocía a Ajax desde que era pequeño y temía pensar que su ira lo llevara a hacer tal cosa.
Estevan se dirigió donde podría estar el rey, al estar en la entrada de sorprendió al ver a Ezio saliendo de ahi con una expresión de enojo y decepción, eso no era nada bueno.
(Dentro)
Ajax había perdido su buen humor en unos segundos, ahora estaba para reventar de enojo, si alguien le sacaba otra vez el tema, seguro explotaría y no saldría nada bueno de esto.
Estevan entraba al lugar de donde Ezio había salido, justamente a hablar con Ajax. Al cual le dirigió la palabra:
—Ajax... tenemos que hablar seriamente.
—No estoy de humor Estevan. —Dijo el rey mientras se limpiaba algo de sudor de su frente.
—¡Es urgente! ¡De esto depende tu vida y la de tu familia!
—Está bien, ¿De que quieres hablar?
—Unos plebes vinieron a mi y me dijeron algo que no creí y me rehuso a creer, pero necesito una respuesta tuya.
—Deja de rodeos Estevan ¡Solo dilo! —Dijo tirando la toalla.
—Tu... ¿mataste... a Fausto?
—¡¿Tu también vienes a reclamarme, sacándome ese tema?!
—¿También? ¡¿Entonces es cierto?!
—¡¿Crees que estaría aquí tranquilo si yo lo hubiera hecho?!
—No, no lo creo, pero ¡quizá eres igual que tu padre!
—¡Cállate si no quieres que me enfade más de lo que ya estoy!
—Eres igual a él en muchos sentidos.
Ajax no pudo soportar que lo llamasen igual a aquel torturador, del cual se iba pareciendo cada vez más sin darse cuenta, y terminó por tomar del cuello a Estevan diciendo:
—¿Quieres el mismo destino que tu amigo? No me provoques. —Dijo revelando la verdad sobre el asesinato.
Estevan le tomó la mano al rey y la empujó a un lado.
—Y tú, no me amenaces Ajax, no sabes nada, recuerda que lo que hiciste caerá peso a tu familia. —Le dijo Estevan, con un tono seguro, pero a la vez decepcionado.
—No te metas con mi familia, ellos no tiene nada que ver, además ¿Quién me haría algo? ¿Tu?
—Solo espera Ajax, sabes que la verdad siempre sale a flote, no importa la manera.
El rey no le respondió y le dio la espalda. Estevan tampoco le siguió la plática y salió de ahí partiendo en vuelo.
Al salir de aquel lugar Ezio se encontraba esperándolo.
—Así que tu también lo sabes —Le dijo el joven al superior.
—¿Qué? ¿Tu lo sabes?
—¿Qué mi padre es un asesino? Si, lo sé.
—No se que de irte Ezio, tu padre nunca se había comportado tan... o bueno eso creí.
—Yo también eso creía.
—¿Y qué harás?
—¿Qué harás tu? Estevan, ¿lo delatarás?
El mensionado se sorprendió, el príncipe nunca le había hablado de forma informal, pero supuso que era por el enojo que en este momento sentía.
—Vamos —Se limitó a decirle, no quería encender más la ira que en este momento sentía.
Ambos llegaron al palacio antes que el rey, y Ezio no dijo nada, solamente quería aclarar su mente ¿en serio su padre había sido capaz de amenazar a su más fiel guerrero y haber matado al mejor amigo de su padre? Tenia muchas cosas en que pensar y se dirigió al campo de Ephítesi.
Ajax se decidió a ir al palacio, y un silencio inundaba la sala, más no prestó atención a aquello.
Estevan se encontraba caminando sin rumbo por los jardines del palacio y aunque la vista fuera hermosa no hacía mas que pensar en lo sucedido, cuando un hombre al parecer de la edad del príncipe se acercaba en pleno vuelo en su dirección, tenía el uniforme de Epíthesi con 5 medallas en sus alas, sus alas era grises iguales a las de Eugene, solo que más grandes y quizá más cuidadas casi se podía decir que estaban iguales a las de Ezio.