Porqué eres mía

Capítulo 2: Mi semana libre, y... UNA TRAGEDIA!!!

Estaba yendo a mí trabajo en el taller, y como siempre aún no había llegado nadie entonces me quede sentada en uno de los bancos que había cerca.

Saqué mi celular vi qué me llego un mensaje y era del jefe:

   MENSAJE

JEFE:

Perdón por no haberlos avisado antes pero hoy no trabajaremos                                                                 ya qué me encuentro enfermo y no trabajaremos hasta nuevo                                                                  aviso. Y me disculpo una vez más.

         

                                                                                                                                                        ARANEA:

                                                          No se disculpe jefe no es su culpa enfermarse, qué descanse bien.

 

Como siempre el jefe avisando todo a última hora, espero qué no lo haya pasado nada grave.

Me levanto de la banca y me dirigí al restaurante de mí padre, pero alguien me detiene:

-Hola Arenea!!- Me grita atrás de mí.

-Hola!, ¿cómo has estado Julián? -  Le respondí mirando en donde se encontraba.

Camino en dirección a mí y respondió:

-Normal como siempre. ¿y tú?, ¿cómo has estado? -

-Bien también- Respondí

- ¿Caminamos? -

-Claro, ¿a dónde te diriges? - Volví a preguntar.

Julián es un amigo desde la secundaria, lo conocí cuando iba caminando por el parque y choque con él, desde ahí caminábamos todos los días y nos encontrábamos en la escuela, él tiene 104 años. Cabe mencionar que también le gusta todo lo que tenga que ver con reparar o autos, motos inclusive bicicletas por eso compartimos momentos juntos y divertidos ya que tenemos cosas de que hablar o alguna otra cosa. Él era alto con pelo negro un tanto largo de piel morena y músculos no tan definidos.

-Umm...? no sé a dónde iré ¿a dónde te diriges tú? - solté una pequeña risita

-Iré al restaurante a ayudar, ¿me acompañas? - Respondí 

-Claro. ¡Vamos! -

 

 

 

Llegamos al restaurante de mí padre a las 08:30 y este estaba totalmente lleno.

-A trabajar se ha dicho- Hablo mi loba.

-Claro, cómo no trabajas. – Ella comenzó a reír.

entonces me apresuré a entrar a saludar a todos los empleados, colocarme el uniforme rápidamente e ir a ayudar; llegué a la primera mesa:

- ¿qué van a pedir señoritas? - me apresure a preguntar y estás me miraron dubitativas para responder:

-yo quiero un Sándwich de aguacate y queso- dijo una chica mientras yo anotando lo qué me pidió

-y yo quiero Galletas integrales sin azúcar- dijo la otra, lo anoté

-Enseguida señoritas- dije para luego ir casi corriendo a la cocina para dejarle el pedido a uno de los cocineros.

 

Así fue todo el día, de aquí para allá, tenía hambre por qué no había comido nada en todo el día por el trabajo y mi padre igual.

-Preparare algo papá... ya regresó- dije para ir a la cocina del restaurante, sí seguíamos en el restaurante.

Empecé a preparar un Mix de fruta fresca y semillas, es algo rápido y fácil.

 

-Muchas gracias mí hija- Respondió mí padre al recibir su plato.

-No es nada papá, tú solo come- respondí sentándome su lado.

-Después de esto iremos a buscar a tu madre- dijo para luego yo asentir.

 

Y como dijo mi padre fuimos a recoger a mi madre quien nos saludó ya cerrando su negocio y entrando al auto.

-Hola mis amores, ¿cómo ha estado su día? - Pregunto mí madre sentándose en el asiento del copiloto y dándole un beso a mí padre.

-Hola!, nuestro día hoy fue muy agitado- Habló mí padre reacomodándose en su lugar y encendiendo el auto-Hoy llegaron muchos clientes nuevos y los de siempre-

-Qué bien! - Exclamo mí madre - ¿Entonces hoy fue un día productivo? -

-Así es- volvió a responder mi padre dedicándole una sonrisa a mi madre y está correspondió.

- ¿Y tú hija?, ¿Por qué no has trabajado hoy? - volvió a preguntar mí madre ahora mirándome.

-El jefe dijo qué se encontraba enfermo, y como siempre avisando todo a última hora. Y no trabajaremos hasta nuevo aviso- Dije mostrándole el mensaje.

-Está bien, entonces vendrías conmigo y tú madre a la casa de tú abuela, hace mucho qué no los visitamos más-

Habló mi padre, y sí, tenía muchas ganas de ir a visitar a mí abuela hace años qué no la visitamos.

-Claro qué quiero ir...-Dije en un tono feliz - ¿Cuándo iremos? -

Llegamos a casa y nos bajamos del auto y nos dirigimos a la cocina mientras hablábamos.

-Iremos mañana si tú quieres- Dijo mí madre mirándome con una sonrisa.

-Claro ... Iré a empacar un poco de ropa... ya vuelvo- me dirigí a las escaleras.

-Está mi amor- Escuche por parte de mí madre.

 

    *A la mañana siguiente*

Ahora estábamos en camino a la casa de mis abuelos que quedaba realmente lejos de nuestro hogar, pero en la misma manada.

 

-Hola!!! -Exclamó mi abuela acercándose a nosotros - Sean bien venidos - empezó a ayudarnos con las maletas.

-No te preocupes abuela yo lo hago- Dije posando mis manos sobre las suyas para que no la levante.

-Está bien- dijo para apartarse e ir junto a su hija, mi madre, empezó a saludarla y abrasarla e hiso lo mismo con mi padre.

En eso llegó mi abuelo y se sorprende, le dedique una sonrisa, bajo las escaleras de la entrada y me abraso.

- ¿Cómo has estado abuelo? -

-He estado bien mi hija... ¿y tú como has estado? -

-Bien también-

-Vengan!! .... pasen, pasen! - Nos recibió mi abuela en su hogar.

 

 




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