Porqué eres mía

Capítulo 13:

Narra Luis

 

-Y-yo… no puedo dejarlos… - calló una lágrima de sus ojos.

Ya había pasado cuatro días desde que mi papá llego a la manada, primero nos binó a visitar y pasar un par de días conociendo a Mi Luna y a su familia, luego de eso salió de la casa sin avisar y desapareció un día y luego regreso como si nada, estoy seguro de que castigo al Alpha Willy, ahora estamos todos en la sala de la casa de Arenea, yo necesito regresar a mi manada a resolver los asuntos de Alpha que mi padre no puede resolver, Arenea dice que quiere ir conmigo pero tampoco de sus padres.

-Hija… - Se acercó su madre a ella – No te preocupes por nosotros, estaremos bien… ve con tu mate, estoy segura de que él te protegerá como nosotros lo hicimos por ti. – Tomó entre sus manos el rostro de Arenea. – Siempre que tengamos la oportunidad no dudaremos en ir a visitarte – Le sonrió y Arenea le devolvió la sonrisa y la luego la abrazo, luego se unieron a el abrazo, luego de un momento se separaron y me miró con una sonrisa la cual me vuelve loco, asiente con la cabeza afirmándome que sí vendrá conmigo, mi lobo aulló de alegría, también le respondí con una sonrisa y me acerque a ella la abrase y deje un beso en su frente.

 

(…)

 

-Arenea… Arenea… - Intentaba despertarla, ya habíamos llegado a mi manada y se quedó dormida en el auto mientras llegábamos, se removió en su asiento, cruzo su brazos en su pecho y recostó su cabeza sobre un costado de su hombro dejando su cuello libre, no pude resistirme y me acerque despacio a su cuello aspirando su rico aroma que desprende de su cuerpo, bese su cuello lentamente, escuche un pequeño suspiro de su parte y seguí, quedando difícilmente encima de ella me quedé mirándola, es hermosa, y más aún cuando la tengo debajo mío, abría lentamente sus ojos lentamente dejando ver sus ojos color azul, me miró un poco sorprendida, me acerque de a poco hasta posar mis labios sobre los suyos, la besé suave y cariñosamente, me seguía el beso a su velocidad, puse una de mis manos en mejilla sosteniéndola y la otra lo puse en su cintura acercándola más a mí, ella poso sus manos sobre mi pecho acariciándolos.

-Ujumm!  - Escuche un carraspeo a lado de nosotros, gire rápidamente mi cabeza gruñendo por el hecho de que me habían interrumpido cuando estaba con Mi Luna, vi parado a mi padre y a un costado estaba Diego conteniéndose la risa. – No deseo interrumpirles, pero tenemos cosas para hacer. – Habló de nuevo mi padre, miré a Mi Luna que se escondía en mi pecho con sus mejillas se tornaron del color carmesí, me pareció tierno esa acción, deje un casto beso sobre sus labios nuevamente y me levante saliendo del auto, estire mi mano hacía Mi Luna para ayudarla a bajar y lo hiso.

La acompañé hasta a mi casa, mi madre nos estaba esperando en la cocina preparando lo que parecía un pastel, la deja hablando con mi mamá mientras yo fui a bajar todas sus cosas y colocarlas en mi habitación, pedí a una de las sirvientas que ordenara todas sus cosas junto con las mías, luego baje para encontrarme a mis padres charlando con Mi Luna tranquilamente, me acerque a ellos y abrase a Mi Luna por la espalda, se asustó un poco pero al verme se tranquilizo.

 

       Narra Arenea

 

Pasamos toda la mañana platicando con la familia de Luis, la mamá de Luis es muy buena y hermosa, cuando llegamos nos estaba preparando un pastel, la verdad estuvo muy bueno, El padre de Luis al principio me dio un poco de miedo, pero esos cuatro días que paso en casa fueron lo suficiente para agarrar confianza, el beta es muy carismático y simpático, pero cuando se trata de algo de algo serio se pone realmente serio, por la tarde Luis junto con su padre y beta se fueron a resolver problemas de su manada, la mamá de Luis salió a no sé dónde, asique ahora me encuentro sola en esta enorme casa en la habitación de Luis recostada en la cama, solté un gran suspiro y me levante de la cama, salí de la habitación y me puse a recorrer la enorme casa, primero salí afuera para recorrer el jardín que desde mi ventana se veía hermoso, las flores decorando los arbustos, alguno que otro árbol por ahí, el pasto de un verde cristalino hermoso, me senté en el pasto con las piernas cruzadas recostándome con mi manos asía atrás, miré el cielo azul, el paisaje que admiraba ahora es muy hermoso.

Me quedé como un par de horas más, sentada, disfruto mucho de estos momentos así con la naturaleza, ya se estaba poniendo de noche y estaba por levantarme cuando unos brazos grandes y fuertes me levantan del suelo, dirijo mi mirada asía el dueño de esos brazos y veo a Luis, me lleva en brazos adentro de la casa.

- ¿Cómo has estado Mi Luna? – Pregunta mirándome a los ojos.

-Bien – Respondo con una sonrisa.

-Perdóname por dejarte aquí sola y en el primer día, tenía que atender cosas de la manada, pero ahora estoy aquí contigo y voy a aprovechar cada momento junto a ti. – Dice bajándome en la sala y dando un beso en mis nudillos la cual respondo con una sonrisa, luego se acerca más a mí y me besa en los labios, con sus dos manos sostiene mi cintura y me atrae asía a él, pongo o trato de rodear con mis manos su cuello, me pongo de puntillas para poder profundizar un poco más nuestro beso, mordió suavemente mi labio inferior y tal acto hiso que abriera mi boca por donde él pudo ingresar su lengua en mi boca y empezarlo a recorrer, me levanto y me sostuvo en sus brazos nuevamente, rodee por completo mis brazos en su cuello y mis piernas alrededor de su cintura , sentía como caminaba, nos separamos por falta de aire, junto nuestras frentes, caminaba por la escalera y entro a su habitación y cerró la puerta detrás suyo, me volvió a besar solo que este beso fue un poco más rudo, se sentó en la cama quedando yo encima de él, recorría con sus grandes brazos toda mi espalda y yo solo me dedicaba a disfrutar del beso. De un momento para otro ya estoy debajo de él, coloqué mis manos en su pecho, sentía y escuchaba el latir de su corazón, solté un inevitablemente un jadeo cuando volvió a morder más fuertes mis labios, ya estaba empezando a excitarme, mi corazón latía a mil y mi respiración era entrecortada, sentí como me sacaba de a poco la remera que tenía puesta, se separó de mí y me miró.




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