Porqué eres mía

Capítulo 15:

Narra Luis.

 

- ¿Por qué?, Acaso no quieres disfrutar. – Se acercó seductoramente asía a mí.

-No, no contigo. – Se fijó dentro del auto, miro con desagrado a Mi omega, la sostuve del brazo fuertemente y la arrastre hasta su auto, abrí la puerta y la metí adentro. – Ahora, ¡Lárgate! – Cerré de un portazo la puerta, me miró indignada, arranco su auto y todos vimos cómo se fue desapareciendo de mi casa, fui de nuevo a mi auto y entre, miré a Mi omega, ella me miraba un poco molesta.

- ¿Quién era esa? – Pregunto con un tono celoso, reí un poco. - ¿De qué te ríes?, hablo en serio. – Hablo más enojada aún, la mire.

-Era… - Me interrumpió Diego.

-Una cualquiera, alguien sin importancia, solo busca revolcarse con cualquiera. – Habló Diego entrando al auto, ella levanto ambas cejas. – Seguro volvió para acostarse con Luis de nuevo. – Hablo simple.

-Diego. – Advertí.

- ¿Qué?, Solo digo la verdad… Es una zorra cualquiera. – Susurro lo último.

Suspiré pesadamente, volví a conducir adentro de mi casa, los guardias nos abrieron el portón, miré por el rabillo de mis ojos a Arenea, miraba por la ventana muy seria; estacioné el auto, Arenea fue la primera en bajar y cerrar de un portazo.

-Espero y lo soluciones. Adiós. – Dijo dándome dos palmadas en mi hombro y salió también del auto, bajé rápido del auto y comencé a seguir a Arenea.

- ¡Amor!... ¡Espera! – Ella ni siquiera volteo a verme y siguió su camino por las escaleras, corrí junto a ella y la sostuve del brazo. – Amor… -

- ¿Qué? – Me miró sin expresión alguna.

-Por favor, perdóname. –

- ¿Qué te debo perdonar, Luis?, ¿El que no me hayas demostrado frente a esa?, o, ¿El que no me hallas explicado nada? – Me quedé mudo en ese momento.

-Eh…? Y-yo… - Tartamudeaba.

- Tú, ¿qué? – Baje la cabeza un poco avergonzado, ella se soltó bruscamente de mi agarre y sin voltear a verme se metió a la habitación y cerró la puerta de un fuerte portazo que retumbo por toda la casa.

- ¿Qué ocurre? – Pregunto mi madre al final de la escalera, sentía un nudo fuerte en mi garganta y no sé por qué. - ¿Hijo? – Insistió mi madre.

-Marina, eso ocurre. – Hable frustrado tragándome el nudo que tenía en la garganta, mi madre puso una cara de disgusto por la mencionada y se acercó a mí.

-Ve y habla con ella hijo, explícale cómo son las cosas con aquella zorra. – Me sonrió leve, asentí con la cabeza y subí hasta quedar frente a la puerta de la habitación, no digo mi habitación por qué no se encerró en la nuestra si no en la de los invitados.

Toque tres veces la puerta, pero nadie abrió.

-Arenea… - No oí tampoco nada. – Abre por favor, quiero explicarte… - No volví a escuchar nada.

Me quedé tocando la puerta suavemente, al no escuchar nada del otro lado con cada golpe que daba iba aumentando mi fuerza hasta el punto en que la puerta fue a chocar contra el otro lado de la pared.

Entré y miré alrededor y no vi a Arenea, me preocupé y fui a buscarla al baño, tampoco la encontré ahí dentro.

Salí del baño y fui hacía a la puerta, cuando salí de la habitación me quedé estático mirando a Arenea en el marco de la habitación del frente.

-Ni siquiera me prestas atención por dónde voy… - Entro a la habitación y cerró de otro portazo la puerta.

Bufé frustrado, estiré con fuerza mis cabellos sacando algunos, quería gritar.

Me contuve y fui a tocar la puerta por dónde entro Arenea.

-Arenea… - Llamé controlando mi frustración.

- ¿Qué quieres? –

 

         Narra Arenea

 

-Te lo explicare todo, pero… -

-Pero ¿Qué? – Lo interrumpí.

-P-pero… - Se quedó sin habla, suspire y de la nada se me vino a la mente que habrá pasado con el Alpha Willy.

Pasando por al lado de Luis ignorándolo fui a buscar a su padre.

-Arenea… Espera… - Sin hacerle caso sigo caminando, bajo las escaleras y en la sala veo a la madre de Luis, me acerco a ella.

-Disculpe, Luna… ¿Sabe dónde se puede encontrar el Alpha? – Le pregunto con una sonrisa.

-Oh, claro, mi esposo debe estar en su despacho. –

-Muchas gracias. – Hablo y me retiro, Luis me sigue siguiendo, pero lo evito caminando un poco más rápido.

Voy al despacho de Alpha y toco tres veces e ingreso cuando escucho un “Pase” por parte del mismo; entro cierro la puerta en la cara de Luis y voy a sentarme en el sofá que se encuentra frente al escritorio del Alpha, me mira divertido y sigue con sus papeles.

-¿Qué la trae por aquí? Futura Luna. – Dice dando la vuelta la hoja que tenía en mano.

-Emm, quisiera saber… ¿Qué ocurrió con el Alpha Willy? – Dejo su hoja en seco y me miro colocando sus codos sobre la mesa y entrelazando sus dedos.

-Solo Willy, ya no es Alpha de ninguna manada. – Habló serio.

-E-está bien. – Baje la cabeza.

-Willy fue desterrado de sus propias tierras y castigado por casi matar a la futura Luna Súper lativa sin ningún tipo de razón. – Hablo neutro, lo mire un segundo.

- ¿¡Qué le sucedió a la Luna!? – Pregunte con miedo.

-Ella sigue siendo la Luna de esa manada, está cuidando y criando a su hijo para que sea el futuro Alpha de esa manada, también envié guardias a cuidarla para que no le suceda nada si ocurre un ataque. –

-Pero… el niño necesita una imagen masculina que lo discipline y esa imagen tiene que ser su padre… -

-Aprenderá de su abuelo. – Hablo con simpleza.

-Él no sabía lo que hacía, él… - Me interrumpió.

-Te condenó a sufrir por rescatar a su Luna de unos vampiros que sí la querían matar. –

-No me dio tiempo de explicarle ya que fue a atender a su Luna, ¿Qué Alpha no se preocupa por su Luna? – No dijo nada. – Todos después de perder a sus mates mueren de tristeza, él solo quería a su Luna a su lado, y como no me dio tiempo de hablar, solo me condenó por qué no se dio tiempo de buscar la verdad, él quería ver sufrir a la persona que lastimo a su Luna… Dígame Alpha, ¿Usted querrá castigar al que lastimo a su Luna? – Bajo la cabeza.




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