Porqué eres mía

Capítulo 20:

NARRA ARENEA.

 

Después de unas horas esperando a que el Alpha Willy o la Luna Samanta despertara me quedé dormida en el regazo de Luis mientras el conversaba de algo con Diego, y me volví de despertar por el leve empujón que sentía, abrí mis ojos encontrandome con los de Luis, le sonreí levemente y me correspondió de la misma manera.

-Miamor, ya despertó la Luna Samanta... - Me informó cuando me volví a recostar en su pecho, pero al oír eso me levante rápidamente.

-¿En serio?- La miré expectante.

-Sí, puedes ir a verla si quieres. - Asentí.

Le di un pequeño beso en sus labios para luego salir corriendo a la habitación de la Luna Samanta. Al estar cerca de la puerta toqué un par de veces y al oír un suave "adelante" me adentré a la habitación para encontrarme con la Luna Samanta en la camilla conectada a unos aparatos mirando al Alpha Willy del otro lado.

Entre silenciosamente y me acerque.

-Hola, perdón por interrumpirte... - Me disculpe antes que nada.

-No te preocupes... - Se quedó un momento en silencio, yo fui a traer una de las sillas que estaba cerca de la puerta que se dirígen al baño, me quedé cerca de la Luna Samanta. - Gracias... - Susurro casi inaudible y la miré esperando a que siguiera. - Gracias por traerlo de vuelta y por salvarme de esos vampiros, antes no tenía tiempo de agradecerte, por eso lo hago ahora, lamento todo lo que tuviste que sufrir por mi culpa. - Habló ahora mirandome.

-No hay problema, me gusta ayudar, pero no te preocupes, ya todo se arreglo, aunque no de la mejor forma, supongo. - Reí bajito al igual que la Luna.

-En verdad lo lamento. - Negué con la cabeza.

-Ya todo está en el pasado. - La Luna me sonrió y le correspondí.

-Quisiera saber... ¿Qué le paso a Willy? ¿Por qué está todo lastimado? - Miró con tristeza al Alpha Willy.

-Emm...? Pues, los guardias lo dijeron que estaba en un clan de vampiros, creo que por eso está así... - Ella bajo la cabeza y vi como una lágrima recorria el lado izquierdo de su mejilla. - No llores... Por favor, ya todo lo malo pasó, ahora él está aquí contigo... - Traté de animarla.

-Temó que ya no vuelva despertar... - Susurró.

-Estoy segura de que despertará, no te preocupes... - Le dediqué una sonrisa ligera.

-Muchas gracias... - Dijo eso último para luego recostarse en la camilla y quedarse mirando el techo blanco, hasta que se levanto repentinamente. - ¿¡Y mi hijo!? - Grito.

-Tranquila, está su hogar esperando noticias de ustedes, si quieres puedo mandar a alguien que lo traiga de inmediato. - Ella asintió efusiva.

-Por favor. - 

-Claro en un momento vengo. - 

Me levanté de mi lugar y camine hasta la puerta para poder salir y casi corriendo fui hasta dónde se encontraban Luis y Diego charlando, me senté al lado de Luis y él me miro con una sonrisa adornando su hermoso rostro.

-Hola, mi amor. - Dijo y luego se acercó a mí para darme un beso, luego de unos segundos escuchcamos un carraspeo y miramos a Diego, Luis lo miró un tanto molesto por lo que tome su rostro entre mis manos y giré su cabeza para plantarle un beso.

-Necesito que me hagas un favor. - Lo miré con una sonrisa.

-Es que quieras, Mi Luna. - Me agarró de la cintura y me sentó encima suyo.

-¿Puedes mandar a alguien a que traíga al Hijo de la Luna Samanta? - Lo miré con un mini puchero suplicando y esperando a que diga que sí.

-Claro que sí Mi Luna. - Dejo un beso en mis labios por lo que sonreí satisfecha y luego miro seriamente a Diego. - Ya la oíate, ve a traerlo. - Ordeno.

Diego lo vio con mala cara.

-Por favor. - Le pedí, él sonrió.

-Claro que sí. - Se levanto y con una sonrisa se marchó rápidamente dejandonos así solos a mí y a Luis.

-Amor, deja de sser tan amargado... - Me quejé.

-Bien, solo por qué lo dices tu. - Me sonrió para luego besarme nuevamente. - Quedaté aquí conmigo. - Pidió juntando nuestras frentes y lo miré a sus ojos directamente.

-Me quedaré mientras espero a su hijo. - susurre.

-Claro. - Y me beso.

 

NARRADOR OMNICIENTE.

 

Mientras que Luis y Arenea se daban unso cuantos besos y mimos, Diego fua rápidamente a buscar al hijo de la Luna Samanta, todo por qué su Luna se lo había pedido, de hecho no lo huviera ido a buscar si no fuera por Arenea, ya que Luis por perezo no iría a buscarlo.

Para todos hoy era un día tranquilo y normal, bueno, excepto para la Luna Samanta, quién dirigió su vista a su esposo y le regalo una devíl sonrisa antes de que viera cómo esté abria los ojos lentamente y se encontrara con los de su amada, Samanta por lo feliz que se econtraba en ese momento no pudo evitar desconectarse de todos eso aparatos e ir junto a su mate, y esté la recivió gustoso de volverla a ver.

Se quedaron abrazados por unos-muchos- minutos abrazados y diciendose lo mucho que se aman y se extrañaron, cuandod e pronto se habré la puerta dejando ver a un pequeño que fue corriendo asía a ellos a penas los vio, se abrazaron entre los tres y luego Arenea salió de la habitación para darlos su privacidad y espacio, pero antes de cerrar la puerta recivio un agradecimientos por parte de ambos padres.

Al momento en que Arenea cerró la puerta involuntariamente se llevo las manos a su estómago sintiendose un tanto desolada y con un pequeño cosquilleo en el lugar en que posó sus manos anteriormente, sin duda esa pequeña imagen en que vio a esa familia le a llegado al corazón, sintiendo por unos segundo un poco de envidia, pero lo desecho rápidamente pensando que algún día sentiria esa sensación y felicidad. Se quedó con la mente en blanco unos minutos antes de volver junto a Luis.

Al llegar junto a ellos pudo notar como el padre de Luis también se encontraba con ellos, lo saludo y luego se fue a sentar en el regazo de Luis, sin antes darle un pequeño beso claro, lo miró por unos segundos y por eso segundos volvió a sentir ese cosquilleo en su estómago, no sabía por qué, pero ese cosquilleo le hacía sentir bien, relajada y un tanto feliz.




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