Porqué eres mía

Capítulo 32:

NARRA DIEGO

 

 

-Discúlpeme, Alpha, por molestarlo… Pero, ¿Ha visto a Luis? – Ingrese en el despacho del padre de Luis Sin antes haber tocado la puerta tres veces.

-Mmh, de hecho, no lo he visto desde anoche. – Me respondió para acto seguido tomar su teléfono y empezar a teclear en él.

Me quedé parado mirando al Alpha, vi que llevo su teléfono a su oreja del lado derecho, al parecer está haciendo una llamada; me quedé callado mirando fijamente lo que hace.

-No responde… - Volvió a tomar su celular entres sus dos manos, apartándolo de su rostro. – Inténtalo tú. – Me señalo con su cabeza.

Rápidamente saqué mi celular de mi campera(chaqueta) y procedí a buscar el número de Luis entre mis contactos, no lo llamaba desde hace meses, por eso, tarde un poco más en hallarlo, cuando lo encontré, marqué.

Esperé pacientemente a que respondiera, luego de unos tonos, me mandó al buzón de voz.

Negué con la cabeza observando al Alpha quién suspiro, al parecer, se notaba cansado, seguramente de lo que su hijo está provocando, desde que Arenea se fue, Luis ha mostrado una muy mala imagen y ejemplo de lo que debe ser un verdadero Alpha Superlativo, está “manchando” la reputación de la familia Superlativa, y eso no es para nada bueno, al igual que también está mostrando debilidad, y eso solo beneficia a nuestros enemigos, más a los vampiros.

-Tenemos que encontrarlo, no podemos dejar que siga arruinando todo, al menos, no más de lo que ya está. – Sentencio colocándose de pie y salir por la puerta, copié su acción siguiéndolo fuera de la casa.

 

 

NARA LUIS

 

 

   “Al norte de Hawái”

 

Me repetía una y otra vez en mi cabeza, al parecer, la llegada inesperada de mi querido futuro suegro fue de mucha ayuda.

Se le escapo unas cuantas cosas útiles de su boca, por ejemplo, darme la dirección de dónde se encuentra Arenea, ahora mismo me dirijo hacia ella.

Y si le decía algo a mis padres o a Diego, estoy cien por ciento seguro de que tratarían de detenerme, para mi suerte, Diego no se dio cuenta de lo que decía el padre de Arenea, hizo mi trabajo de escapar mucho más sencillo.

Sin duda alguna, Arenea y ese tal… Julio? ..., Habían encontrado un buen lugar dónde esconderse de mí, y apuesto a que fue Arenea quien eligió el lugar, ya que ella sabe que no me gustan los lugares calurosos o siquiera que haga calor, pero puedo soportarlo, bueno, hasta cierto punto, pero haré lo imposible por recuperar a Arenea y a mi hijo, solo espero que se encuentren bien.

 

 

(…)

 

 

Bajé lo más rápido que podía del avión, deje que las azafatas y guardias que traía conmigo se encargaran de mi maletas y demás cosas, no perdería mi tiempo en este lugar, tenía que encontrar lo más rápido que podía a Arenea.

Ya lo fácil estaba hecho: llegar al lugar dónde estaba Arenea; solo falta lo difícil: encontrarla.

Al salir del aeropuerto, llamé a un taxi, subí rápidamente, no tenía un lugar en específico para ir a buscarla, así que decidí preguntarle al taxista los lugares más recorridos por los turistas.

-Disculpe, señor… Mmm… ¿Cuál es el lugar más visitado por los turistas? – Le pregunte desde mi asiento mirándolo por el espejo retrovisor.

-… Conozco muchos lugares, pero no sé cuál es el lugar más visitados o el mejor para ir, ya que nunca eh estado en esos lugares. – Respondió amable, asentí. – Hace unos meses, unos Omegas me preguntaron lo mismo, eran muy amables… - Sonrió pequeño.

- ¿Puedo saber a dónde fueron esos Omegas? – Pregunte unos momentos después.

-Oh, mmm… Fueron a un Hotel… - Respondió algo inseguro.

No sabía por qué hacía esto, pero algo me decía que debía ir allí.

-Pues… lléveme a ese lugar, por favor. – El hombre asintió con la cabeza y siguió conduciendo.

 

 

NARRA DIEGO

 

 

- ¿Aun no lo encuentran? – Escuché la potente vos del Alpha detrás de mí, giré a verlo y negué con mi cabeza. Suspiró fuertemente. – Definitivamente no está en la manda… ¿Dónde podrá haberse ido? – Habló en un tono bajo lo último.

Sinceramente ya me comenzaba a preocupar, antes, me alegraba que ya no estuviera por un momento y deje de molestarme, pero ya ha pasado un buen rato, por no decir unas nueve horas.

Fui al despacho de Luis, con la esperanza de que estuviera ahí, pero era obviamente imposible, nunca le gusto estar en esta pequeña habitación, bueno, no hasta que apreció Arenea y dejo su olor en el lugar.

Traté de despajarme un poco haciendo el trabajo que deje hace unas horas, tratando de averiguar por mí mismo dónde pudo haber ido.

Todo iba de lo más normal, hasta que…

 

      FLASHBACK

 

Vi como Luis recibía otro fuerte golpe en su estómago asiendo que se retuerza del dolor el en piso, el padre de Arenea no dejaba de golpearlo y decirle lo mucho que “sufría” su hija y de lo mucho que lo odiaba por eso.

-Por tu culpa, Arenea se tuvo que alejar de nosotros, tú la alejaste de nosotros, confíe en ti, pero me fallaste, ahora se está escondiendo en el norte de Hawái, maldito, no te lo perdonaré. – Y sin más siguió golpeándolo, hasta que llegaron algunos guardias a detenerlo.

 

     FIN FLASHBACK

 

-Mierda. – Maldije y me levanté rápidamente de la silla y corrí junto al Alpha que se encontraba hablando con unos guardias. – Alpha. – Llamé su atención. Me miró esperando a que hablara. – Sé dónde puede estar Luis. – Le informe y el me miró algo sorprendido.

-Pies vamos, no debemos perder tiempo. – Habló y asentí.

 

 




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