Alejandro
-Ay, no Dios mío, esto no puedo estar pasandome a mí-Chilla Adriana al darse cuenta que estamos atrapados en un elevador.
-Relajate, loca histérica-Bromeo un momento para que ya no este tensa. Pero de nada sirve, esta mas histérica que nunca.
Creo que hasta ya había olvidado el hermoso brillo en sus ojos. Si la he visto esta ultima semana, pero no de cerca, por lo general ella me espiaba desde su ventana. Y aunque me niegue todo, sé que le gusto y que no le agrada para nada verme todo el tiempo con Macarena.
Pero por Maca no siento nada. De hecho pensaba terminar con mi supuesta venganza si Adriana y yo comenzabamos algo, pero como ella me dijo que no quería saber más de mí, pues no vi motivo para acabar con eso.
-Malditasea-Exclama y se deja caer al piso del ascensor.
Levanta las rodillas y esconde su cabeza ahí.
-¿Qué te sucede? Nunca te había visto tan histérica-levanta su cabeza y me mira.
Creí que iba a mirarme con odio o molestia, pero no, no logro decifrar que es lo siente ahora mismo.
-No me gusta, no soporto estar encerrada-Me confiesa.
-¿Por qué?-Esa pregunta surge del momento, pero no voy a negar que me interesa saberlo.
-Cuando tenía 6 años, yo provoque un incendio en mi casa. Mi mamá estaba trabajando, y yo abrí las ornillas del gas. Luego jugue con los fosforos y ya te imaginaras lo que paso. Estuve apunto de morir afixiada por que me quede encerrada en mi propia casa-Me explica todo y yo la escucho atento.
-Eso te provoco un tipo de trauma-Afirmo y Adriana asiente.
-Fue díficil superarlo, aún no termino de hacerlo-Ahora ya se lo que sus ojos demuestran, es una emoción que nunca antes había visto de parte de Adriana, se llama............miedo.
Si, ella esta sintiendo miedo ahora mismo. Quizas ha sentido miedo muchas veces en su vida, pero no es de demostrarlo, ella prefiere enconderlos, al igual que yo.
Ambos preferimos esconder nuestros sentimientos. Al principio tambien pense en negar todo esto que siento por ella, pero veo que no tiene sentido.
Asì lo niegue, eso no cambiara que me siga gustando.
Se levanta y camina de un lado al otro. Hasta que se aplanta y comienza a gritar para que nos saquen.
-Ayuda por favor, ¿Alguien nos escucha?
-Deja de grirtar, nos vamos a quedar sin oxigeno por tu culpa-Le pido.
-Ahora resulta que todo es mi culpa, parece que todos se han puesto de acuerdo para culparme de todo hoy día-Su voz suena molesta. Y no entiendo por que.
La verdad es que nunca la entiendo.
-No se quien mierda te ha dicho que tienes la culpa de no se que cosa, yo solo estoy que te pido que dejes de gritar como loca por que no vas a conseguir nada-Le dejo bien en claro, pero ella me da la espalda una vez más y comienza a gritar de nuevo.
-Por favor, que alguien nos saque de aquí, el ascensor esta atorado.............-La sujeto fuertemente del brazo y la giro para que deje de gritar y me mire.
-Basta Adriana, deja de gritar como loca-Le exigo, pero al aparecer ella no entiende mis palabras.
-Tú no me dices que tengo que hacer-Responde directo y se safa de mi agarre.
-No , eso lo tengo claro, tú siempre tomas desiciones sin importarte los demás y dices que yo soy un egoísta-Rebato y ella me mira enfurecida.
Ya saben a que me refiero, ella simplemente decidio que no queria verme y no penso en mí ni por un segundo, eso si que es ser un egoísta.
Ni siquiera me pregunto que pensaba yo al respecto.
-Largate a la mierda Alejandro-Vuelve a girarse y a empezar a gritar otra vez, pero es inútil, nadie la escucha.
-Ya basta Adriana, deja de gritar como loca-Le ordeno, pero ella obvia mis palabras. Así que para acabar con esto de una vez, la sujeto fuertemente de la parte baja de su espalada y la pego a mí.
Nuestras miradas se penetran una con otra, nuestros rostros tan cerca, nuestros labios a solo unos centimetros.
Hace una semana que no la sentía así de cerca de mí, para mí fue una eternidad, no una semana.
Ya extrañaba el calor de su cuerpo y sentir como ella tiembla con mi tacto. Ver como se siente frágil ante mí, por que no controla lo que siente, su cuerpo no me puede mentir.
-¿Qué haces?, sueltame-Me ordena como siempre.
Ven lo que digo, ella siempre quiere estar lejos de mí por que le tiene miedo a lo que produzco. No porque realmente lo quiera.
Ella no acepta ni quiere aceptar lo que siente por mí.
-Solo intento que dejes de gritar-Me excuso.
-Pero es que no entiendes que no quiero estar encerrada-Me responde-No puedo hacerlo-Su voz es apenas un susurro que logro escuchar un poco.
-No te va a pasar nada, okey-Intento tranquilizarla y enrollo mis manos sobre su cuerpo en un tierno abrazo.
Adriana apoya su cabeza en mi pecho y la escucho sollozar, lo cual significa que esta llorando.
Si que le asusta mucho esta situación, le tiene mucho miedo al encierro.
-No llores Nena, todo esta bien-Comento, pero ella no deja de llorar.
-Nada esta bien-Dice entre llantos, pero no se despega de mí y deja que la abrace acariciando su espalda.
-Solo relajate-Le pido.
Levanta su cabeza y me mira directo a los ojos, me mira con profunda tristeza, lo cual me duele, no me gusta verla así.
Sus hermosos ojos verdes me demuestran miedo, se muestran tristes.
-¿Por qué eres así conmigo? La ultima vez que hablamos te dije que no quería saber nada de tí y aún así estas aquí conmigo ¿Por qué Alejandro?-Me cuestiona acariciando mi mejilla, y una corriente electrica recorre mi pecho.
-Sabes por que hago todo esto, sabes que me gustas y me importas-Le repito otra vez.
La vez que le dije que me gustaba, termine por arrepentirme, por que ella me rechazo y prometí no volver hacerlo, ni con ella ni con ninguna otra chica.
Pero ahora estoy volviendo a decirlo otra vez, solo espero que ella me crea.