─¿Como empezo todo?.─pregunto muy interesado el chico viendo como el contrario colocaba una amplia sonrisa mostrando sus dientes haciendo que escalofríos recorriera por el chico.
─Todo empezo de la manera más hermosa que la vida quiso...
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El siempre recordaba como todo lo que había construido empezo.Tan solo era un mocoso de cuatro años que tenía las esperanzas de ser un gran héroe como all migth, quería ser un héroe para su kacchan.
El pequeño Izuku en primaria idolatraba mucho al rubio cenizo y este solo lo ignoraba.
“Eres increíble, kacchan” Le repetía todos los días sin falta, a todo momento le recorda lo genial que era haciendo que aumentara el ego del chico contrario.
¿Donde empezó... ?
El peli verde solía salir todos los días al parque con su amigo Kacchan, y después estaba el grupo de amigos del rubio. Jugaban a ser una agencia donde Bakugou era el líder guiando al grupo de niñatos inmaduros come mocos.
En aquella edad, a los cuatros años se suponía que los niños debían desarrollar el quirk o mejor dicho, eran donde sabias con que particularidad habías llegado al mundo, donde se decidía tu futuro de si eras útil o no. Para Izuku no fue fácil ya que al pasar de los meses no se veían señales de algun quirk se desarrollara en el, fue donde la realidad empezó a dañarlo tachandolo como un quirkless, donde la mente del pecoso empezo a ver la vida con otros ojos y donde su único sol era su Kacchan.
“Miren, no tiene un quirk.” decían todos los niños a su alrededor burlándose del pequeño niño peli verde, se escuchaba en la boca de todos de su entorno su nombre junto a la palabra inútil.
Midoriya los ignoraba ya que para el esas personas no eran tan importantes, no eran nada, no existían para el.
"deku" así lo llamo el rubio, el chico que Izuku admiraba todos los días de su vida. Ahí fue donde Katsuki empezo a molestarlo con frecuencia.
Pero a el no le importó, el seguía viendo al rubio como una figura a seguir. El seguía viendo SU Kacchan con amor.
Si bien se sabía que deku idolatraba al rubio, pero no era normal cuando empezo a acosarlo, a mirarlo más, a seguirlo demas, donde lo único que había en la vida del pecoso solo cabía el oji rubi. Katsuki Bakugou era su obsesión.
El rubio lo miraba, el corazón le latia con fuerza, el rubio lo insultaba, el casi le daba un paro cardiaco. Así de simple era.
Los padres de Izuku eran personas egoístas, su padre los dejó cuando este tan solo tenía dos años y su madre se la pasaba culpandolo todos los días de su existencia, terminando en desahogarse en alcohol porque su marido la había abandonado.
Así fue el proceso de su vida hasta que llegó a secundaria.
Bakugou lo seguía recordándole lo inútil que podría ser y sometiéndolo a golpes día tras dia viendo como Izuku no se podía defender porque no tenía particularidad, aprovechandose de eso.
¿Que te puedo decir?, Deku era un masoquista y veía esas muestras de afecto por así llamarlo, como amor. El peli verde sentía el cariño que le mostraba Kacchan a través de aquellos golpes donde terminaba sangrado o con una costilla rota.
Yo te amo, Kacchan.
El peli verde lo que odiaba y lo hacía desde siempre eran que las personas se acercaran al rubio, le disgustaba como los del alrededor del oji rubi tomaban confianza y colocaban sus manos encima de Bakugou.
Odiaba a esas personas, odiaba a Kacchan por dejarse tocar lo más mínimo de los demas, y odiaba el hecho de que el no podía ser así con el rubio. Que no podía hacerlo solo para el sino que por las circunstancias tenía que compartilos con los demás.
“No lo toques, no lo mires, no le hables, no respires cerca suyo. Malditos, Kacchan es mío.” murmuraba cuando veía a los secuaces del rubio rodeando el hombro de este con aquellos asquerosos brazos.
Cuando llegaba la tarde era el momento favorito de Deku, el momento donde su mundo volvía a cobrar luz y sentido, donde sentía que volvía a vivir.
“Así que aquí estas mierdecilla.” decía el rubio viéndolo con repugnancia.
Cuando llegaba la tarde el siempre obtenía la atención de su adorado Kacchan.
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─Pero no entiendo.
─¿Que no entiendes?.
─Como empezo esto...no se llamarlo...
─¿Como empezo mi amor por matar y la excitación de ver sangre correr por mis manos?, pues a eso iba, se paciente por favor.
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