Porque tú lo querías así

⟡ Capítulo 13 – Fin del juego ⟡

—Sí, soy yo —miro al oficial con cierta confusión y el asiente con la cabeza

—¿Hay algún adulto en casa? —pregunta intentando ver sobre mi hombro

—No, ¿Qué necesita? —lo miro cada vez más confundido.

—Esto es para usted —me entrega un sobre sellado y lo sostengo entre mis manos, no tiene remitente.—Otro sobre será entregado al adulto que debería estar en su cargo, la señora Lucía Cramoisi, no tengo permitido indicar más detalles, tenga buena tarde.

No entiendo que es lo que sucede, el hombre no me ha dejado mencionar ni una palabra, solo se va sin decir más.

Nuevamente estoy en la sala junto a Aku, no le menciono nada de aquel sobre que he dejado en mi mochila, solo mentí con que había sido un repartidor que se equivocó de lugar y al parecer ella se lo ha creído. A los pocos minutos recibo la llamada de Salomé, me despido de la pequeña con un corto beso y salgo hasta su auto. Se encuentra de pie, fumando un cigarrillo con la espalda apoyada en aquel deportivo negro que usaba para sus viajes, verla así siempre significaba que algo malo pasaba, hace casi 7 meses ella había dejado de fumar por su salud, pero al parecer ahora lo ha retomado. Un gran escalofrío recorre mi espalda. No había escuchado aquella voz en mi cabeza desde hace un tiempo, en serio pensaba que todo estaría bien, gran error, porque había regresado...

Espero que hayas disfrutado las vacaciones, volví mejor que nunca, pequeño

*—*Pensé que ya lo habías dejado —hago que note mi presencia y la mujer voltea a verme, se ve preocupada, en el suelo hay 2 colillas de tabaco, eso solo aumentaba mi preocupación aún más, no había tardado tanto en salir y ella ya va por el tercer cigarrillo.

—Si no hubieras huido así no tendría que recurrir a esto — levanta la colilla entre sus dedos, su voz ya no es dulce, está muy molesta conmigo, aunque sus ojos muestran otro sentimiento, miedo quizá, es algo difícil de leer, siempre lo es cuando se trataba de ella.

—Lo siento —subo al auto, cierta culpa llena mi pecho cuando me siento en el asiento del copiloto. No quiero que esté molesta conmigo y ahora seguro me espera un fuerte regaño al llegar a casa y el miedo me recorre el pecho, piernas y espalda, la sensación de angustia que hay en mi pecho aumentó con la llegada del hombre hace minutos.

Supongo que el suspenso ya no es tu género favorito

Definitivamente el misterio y el suspenso lo prefería solo en los libros. Alguien dígale al Lua de hace semanas que no desee tener una vida como la de los libros. Porfavor

El viaje es largo, se siente una gran tensión dentro del carro resultando en un incómodo viaje. Agradezco cuando la veo girar por la calle en la que se encuentra la casa de la abuela. Nuevamente estoy frente la puerta café de madera, la abro y entro. El familiar aroma a incienso me tranquiliza dándome la bienvenida. Llamo a la abuela cuando estoy en las escaleras, sin embargo, nadie responde.

—Regresará en un momento —aclara Salome —ve a tu habitación hasta que llegue —el tono con el que me habla duele. Me siento igual a cuando era pequeño cuando tenía menos de cinco años y la abuela me regañaba por todo cuando se acercaba la fecha de la muerte de mi madre. Para el cual faltaba poco menos de una semana, seria dentro de días, nunca disfruté mi cumpleaños por esa misma razón. La semana de mi cumpleaños siempre fue de lo peor, hasta que cumplí cinco años, cuando llegó Salomé, ella traía algún que otro regalo, intentando que no sea tan llamativo por respeto a la abuela quien extrañaba a su hija.

Subo a mi habitación obedeciendo la orden de mi tía. La mochila termina en el suelo y yo sobre la cama; estoy cansado de existir, pero al menos ya puedo dormir nuevamente en mi cama de manera cómoda, aunque no me quejo de dormir con Aku, era más cálido, pero no tan cómodo en esa cama que resulta algo pequeña para dos personas. Saco mi celular del bolsillo y llamó a Aku, la pequeña de ojos azules que está en mi cabeza desde hace mucho. Hablamos por casi una media que fue lo que duró lo poco de batería que tenía mi celular. Me levanto de la cama recogiendo la mochila que había dejado en el suelo y la vacío sobre la cama. La carta de hace horas cae al suelo, el escalofrío regresa a mi espalda recordándome el mal presentimiento de hace varios días. La recojo decidido a abrirla y la leo.

*Querido Lua... —*Me asombro tan solo con la primera frase. No sé me ocurre nadie que pueda tratarme de esa forma **

Si te soy sincera no sé qué realmente debo escribir.

Haz crecido mucho y me hace feliz saberlo. No soy de palabras largas, pero intentaré dejar en este papel todo lo que he querido decirte durante años, esperando que llegue a tus manos y cada sílaba sea bien recibida por ti y no me guardes ningún rencor.

Hace casi 17 años me alejé de ti, era inmadura y no sabía lo que hacía, por eso tomé la decisión de irme de tu lado, quiero decirte; aunque sea muy cruel; que no me arrepiento de haberme ido con aquel hombre que ahora es mi esposo, lo amo con mi vida, pero hace poco te recordé y quise conocerte, saber cómo habías crecido, averigüe algunas cosas sobre ti y no sé porque, pero terminé mirándote desde lejos a la salida del instituto, en ese momento me sentí terriblemente mal conmigo misma.

Eres un chico asombroso, mamá hizo un gran trabajo criándote, es algo que yo no habría logrado hacer, hay tantas cosas que quiero confesarte, pero el miedo a que me odies es mucho más grande, solo te pido perdón por todo lo que he hecho y por lo que estoy por hacer, pero mi corazón no quiere alejarse nuevamente, ahora tengo a alguien que me enseñó a ser madre y por eso quiero tenerte a mi lado.

Atte. Catalina Cramoisi - Tu madre

¿Cómo se supone que debo reaccionar a una noticia así? Mi cabeza da muchas vueltas, la vista se me nubla cuando todo lo que ha estado sucediendo empieza a tomar sentido. La sensación de mi pecho ahora es más fuerte lo que confirma que esto era lo que estaba preocupándome tanto. Levanto la vista de mis manos en donde están las palabras de quién dice ser mi madre, escucho un fuerte sonido, un golpe, he sido yo, sin notar dolor me doy cuenta que he caído de rodillas frente a la cama. Esto no es real, mamá murió




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