Tal vez estoy a punto de escuchar algo que de seguro me terminará de romper, pero 17 años son suficientes para vivir una mentira. Quiero la verdad de todo. Siempre he odiado que me mientan sin saber que viví una gran mentira durante tanto tiempo.
—Todo empezó la primera vez que preguntaste por tu madre, cuando tenías aproximadamente 5 años…—Comienza su relato y siento a Aku sostener mi mano—. Después de salir de tu casa y ver la expresión que tenías cuando preguntaste por tu madre decidí buscarla, ver si era diferente, y saber si tal vez ya había madurado lo suficiente para cuidar a su hijo.
«Cuando ella se fue había investigado un poco por mi cuenta, aquel auto rojo, era de un hombre “Kiran Mahato” un hombre adinerado y vivía a una hora desde mi casa actual, cuando tenía 20 años, me decidí por buscarla, y enfrentarla. Conduje por una hora, y encontré su casa, esa muchacha no era tonta, se había conseguido a alguien con dinero. Llamé a la puerta y me abrió una joven que cargaba a una niña de aproximadamente tres o cuatro años de edad»
Su voz suena con melancolía y baja la mirada hacia sus manos sobre la mesa antes de continuar.
—La mujer me dejó pasar y a los pocos minutos Catalina se presentó en la sala sorprendida por mi presencia. No había cambiado mucho, un poco mayor pero lo más notorio era su nueva forma de vestir No te mentiré, en serio sentí nostalgia al verla, quise abrazarla, pero lo que había hecho no tenía ningún perdón —niega con la cabeza y el nerviosismo ataca mi pecho. Catalina era una persona muy importante para ella, su amistad duró desde que que estaban en el jardín de infantes así que puedo imaginar aunque sea un poco de lo que ella sintió.
—Ella simulaba ser fuerte, pero era bastante claro que mi presencia no le agradó ni un poquito, pero se sentía poderosa y lo era, lo es —sonríe con sarcasmo sin mirarme, en su mente parece que los recuerdos regresan a ella llenándose de melancolía y la vez enojo—. Me burlé de ella por la cantidad de dinero que seguro tenía, tambien confundí a Aku con su hija, pero hasta ese entonces ella aún no tenía más en su familia que a su esposo.
—Entonces de ahí te recuerdo —dice Aku a lo que Salome asiente.
—Le pedí que no te busque —al fin me mira inexpresiva—. Le conté sobre la historia que tenía creó Lucia y le dije que yo me encargaría de cuidarlos cuando pretendió ayudar a cuidarte.
—¿Por qué? —cuestiono confundido—. ¿Por qué no dejaste que me cuidara ella?
—Lua, fue mi mejor amiga —aclara— esa mujer es la persona más necia que conozco —frunzo el ceño aún más confundido pero añade con una voz triste—. Ella decidió irse, y nunca cambiaría esa vida por ti.
Siento mi vista nublarse, mi pecho oprimirse, mi garganta arde y mis ojos amenazan con empezar a llorar tras escucharla, no quiero pensar que es verdad pero sé que lo es. Si ella hubiera querido cuidarme lo hubiera hecho. Pero desde eso han pasado más de 10 años.
—Desde ese momento tu madre envió regalos por tu cumpleaños 5 veces, luego dejó de hacerlo, dejó de contactarme y no volví a saber de ella, al menos no por su propia boca. Investigué y descubrí que había tenido un hijo con ese hombre, la pequeña que conocí se llamaba Aku Morte, hija de la cuñada de tu madre —miro a mi lado, Aku mantiene la mirada en Salome y una idea invade mi cabeza y temo escucharlo.
El mundo es pequeño, a veces demasiado minúsculo.
— Y el hijo de Kiran Mahato, su esposo es tu compañero de instituto, Suvan Mahato —escucho sus palabras trayendo los recuerdos en los que el aparece a mi mente—. Vive con su madre cerca del instituto y viaja a su casa para pasar tiempo con su media hermana, Nori Mahato, quien actualmente tiene entre 6 o 7 años —dejo de prestar atención a sus palabras.
Las noticias han caído una tras otra sobre mi como bombas de agua fría, las inseguridades me invaden y las dudas nacen de a poco. ¿Qué hice para que ella no me elija? ¿Que culpa tenía yo? ¿Por qué dejó pasar tantos años?
—Ella tiene otra familia —murmuro perdido en mis pensamientos—. y quiere que sea parte de ella.
—Eso no lo sé —culmina levantándose de su silla—. ahora podemos irnos a otro lugar Lua, no tienen que separarnos.
—No, quiero verla —suelto de la nada sin pensar solo por las dudas que han surgido—. Quiero entender ¿por qué hizo lo que hizo?
—Te van a separar de todo Lua —suena molesta pero firme sin levantar la voz.
—Ustedes también quieren hacer lo mismo, ¿no? —sus ojos se clavan en mi furiosa. Sé que quiere cuidarme pero yo quiero respuestas.
—Lua nosotras queremos estar junto a ti, pero en otro lugar, una nueva vida, ¿no sería eso mejor que empezar de 0 tú solo?
—Dejar todo y ¿empezar desde cero? —pregunto con un tono sarcástico y ella asiente con la cabeza algo emocionada—. No seas tonta, ¡Esto no es una jodida película en donde todo se soluciona con otra vida!
Esto es la vida real, en donde todos te juzgan si huyes y si te enfrentas a tus problemas eres un tonto, todo es razón de burla, si te defiendes eres el malo, si te dejas golpear eres un cobarde, si vives con depresión eres débil, si te suicidas fuiste un insensible egoísta. ¿Por qué todo gira en torno a la opinión del resto? Estoy cansado, siempre quiero hacer lo que me plazca, pero las piedras siempre interrumpen mis deseos.
—Iré a verla —digo con decisión sintiendo mi cuerpo llenarse de adrenalina, no sé que ocurrirá pero si algo va a pasar, prefiero que sea ahora, porque me cansé de esperar a los demás yo seré quien tome las decisiones.
『••✎••』solo tres palabras que marcarían un cambio en mi vida, bueno o malo en ese momento no lo sabía.
—Lua Cramoisi, ven aquí —Oigo la voz de Salomé mientras me alejó para buscar mis cosas —Lua, estoy hablando contigo. ¿Qué es lo que planeas hacer cuando hables con ella?
No lo sabes, ella podría hacer tu vida más miserable, o quizás no.
#2312 en Thriller
#933 en Suspenso
abandono familiar, suspenso misterios, reencuentrosinesperados
Editado: 29.05.2024