⟡ Capítulo 27 - Sueños ⟡

Existe la teoría de que los sueños son visiones de nosotros en otros universos diferentes, por eso nos vemos de diferentes maneras, en distintos lugares y situaciones que no recordamos. También dicen por ahí que los sueños te quieren enviar mensajes por más alocados que parezcan los elementos que podemos ver siempre cargan un mensaje, ya depende de cada uno si lo averigua o no. Por otro lado también hay aquellos que se niegan a creer en cualquier teoría y piensan que los sueños son simplemente una creación de la mente, sin un significado ni conexión. Sin embargo, a lo largo de la historia han existido no una, sino varias personas que han declarado tener visiones del futuro en sus sueños, desde catástrofes hasta simples cosas cotidianas.

Viernes...

El aire de la madrugada es suave, frío pero relajante, se siente acogedor el silencio que me arropa estando en el jardín, las estrellas en el cielo son más brillantes en ausencia de la luna, las constelaciones se observan con claridad, busco en plena oscuridad hasta encontrar aquellos puntos brillantes que conforman el cinturón de Orión, la constelación favorita de Nori, los recuerdos de todo lo que hemos pasado durante estos años invaden mi cabeza y sonrío al tenerlos presentes.

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Recuerdo un día cuando fuimos a la playa por primera vez. Kiran tenía uno de sus tantos viajes de negocios, pero en esta ocasión logró coincidir con mis vacaciones y las de Nori así que viajamos todos juntos. Al llegar al avión se puso cómoda y durante las tres horas de viaje pasó durmiendo sin interrupciones, cuánto empezaba a verse la ciudad por la ventana movi su hombre despertándola con cautela, estaba emocionada de poder ver todo tan pequeño, como si fuera una gran maqueta de la ciudad. Al visitar la playa corrió y saltó sobre la arena, la textura le fascinaba y al entrar en el agua, el frío del océano Atlántico la hizo sentir insegura de ingresar más profundo, recuerdo su cara de preocupación observando el horizonte viendo el inmenso espacio lleno de agua, parecía dudar de su habilidad para nadar o quizá ténia miedo de algún animal, no lo sé, pero me mantuve a su lado aunque ella no se percató de mi presencia hasta que sujete su mano y le sonreí, ella lo hizo de vuelta llevándome hasta el interior de la gran masa de agua.

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Una corriente de viento helado llega sacándome de mis pensamientos, abrazo la manta que he traído conmigo y entro nuevamente a la casa, al cabo de varios minutos preparo un café y vuelvo a salir, miro el reloj sentándome en la silla del jardín 5:00am, justo a tiempo para el amanecer, los primeros rayos de sol se hacen presentes iluminando todo a su paso. El paisaje me transmite paz, me relaja y por un momento, esos segundo en los que tarda en salir el sol me olvidó de todo, esos segundo me hacen sentir que nada malo está ocurriendo, que todo simplemente ha sido un mal sueño y que si cierro mis ojos, talvez y solo talvez, cuando los abra, despertaré en la cama, tendré 16años y diré que nada de lo que he vivido ha sido real.

Abro los ojos y nada cambia, la luz del sol llega directamente devolviéndome todo el peso que cargo. La realidad en dónde me abandonaron, la realidad en dónde viví engañado, la realidad en dónde ha pasado una semana de angustia sin saber si al amanecer siguiente podré ver de nuevo esa sonrisa que es el único sol que me mantiene caminando con fuerza a cada segundo del día.

La mañana continúa con normalidad, hasta que todos empiezan a levantarse, Claudia prepara el desayuno, té negro, sanduche de queso con jamón para Catalina, Kiran y yo y un trozo de pastel que sobro ayer para Nori y Suvan. Por la tarde-noche salimos al parque de diversiones, hace mucho que no venía, me trae recuerdos de hace varios años, los cuales por obvias razones ahora son indeseables, me niego a la idea de pensar en eso y los bloqueo subiendo a todos los juegos con Nori, esperando que la adrenalina de cada atracción me quite de apoco el sentimiento recurrente de malestar. Los recuerdos nuevos opacan los anteriores y disfruto el resto de la tarde, jugando, corriendo, comiendo dulces y disfrutando junto a la pequeña y su familia.

—Hoy fue un día muy divertido —Nori está sentada en la cama con la espalda contra la pared y su peluche en brazos. Hablar con ella antes de dormir se ha vuelto una costumbre.

—¿Te divertiste?— pregunta Suvan

— Si que lo hice, aunque ahora estoy muy cansada —Suelta un bostezo y sus párpados empiezan a cerrarse. Miro el reloj en mi muñeca viendo que marca las ocho treinta de la noche— No quiero dormir.

—Debes hacerlo para recuperarte

No le des falsas esperanzas, Lua.

La pequeña no agrega nada solo se dirige a nosotros dándonos un fuerte abrazo seguido de un— Los amo con todo mi corazón —Nos da un beso en la mejilla a cada uno y se aleja con una enorme sonrisa. No sé la razón pero veo a Suvan contener sus lágrimas regresándole la sonrisa mostrando sus perfectos dientes, yo sonrío de lado y le acaricio la cabeza despeinando su cabello

— Ya duérmete niña —ordeno, pero Suvan la abraza de nuevo elevándola de la cama.

— También te amamos pequeño solecito —Ella ríe, esta vez no tose como lo hacía siempre. Suvan me une a su abrazo y cedo, se siente como un abrazo fraternal de hermanos, todo era perfecto en ese momento.

— ¿Podemos unirnos? —La voz de Kiran llama nuestra atención, intento separarme pero Suvan me lo impide sosteniéndome, asiente con la cabeza y siento los brazos del hombre envolviendose a nuestro alrededor y el aroma de Catalina me confirma que ahora parecemos una familia completa abrazándonos unos a los otros, al menos por unos minutos.

Nori está cubierta con cobijas hasta el cuello, sostiene su gato de peluche y sonríe después de que cada uno le da un beso en la frente, yo la despeinó por última vez esta noche, reímos al escucharla quejarse por mi accion. Salimos de la habitación y Catalina se echa a llorar en brazos de Kiran quien la consuela. Suvan y yo nos retiramos a nuestras habitaciones en silencio. Cierro la puerta y todo el cansancio del día llega a mi cuerpo, me recuesto y caigo rendido casi enseguida.