『••✎••』Las misiones continuaron, día tras día, año tras años, a cada momento me perdía más y más, no son acontecimientos que me llenen de orgullo. Pero cuando lo único que haces es vivir sin un propósito nunca distingués lo correcto y lo incorrecto.
—Necesito que hagas un interrogatorio en la tarde —ordena Salome mientras mueve varios papeles que tiene en su escritorio, ni siquiera me mira—. Averigua el motivo de la traición y matalo.
—Bien, ¿No podías decirlo por teléfono? —levanta la mirada por unos segundos y los blanquea antes de volver la vista a los papeles—. Me iré.
—Lua —volteo la cabeza dándole mi atención antes de abrir la puerta—, ¿Cuál es el juramento?
La miro confundido pero sin cuestionar coloco una rodilla al suelo, el puño cerrado sobre mi pecho y con la mirada fija en Salome, respondo—. La famille et la loyauté seront une priorité. Même au prix de ma vie, je donnerai toujours ma loyauté absolue à ma nouvelle famille.
“La familia y la lealtad serán una prioridad. Incluso a costa de mi vida, siempre daré mi lealtad absoluta a mi nueva familia” un juramento escrito en francés debido a los orígenes de la organización. Demuestra la importancia de la lealtad y unidad de todos y cada uno de los miembros que conforman una familia unida por un secreto. Muchos integrantes tienen una vida fuera de su trabajo aquí, pero sobre cualquier cosa el juramento siempre será lo más importante.
Desconozco el motivo por el que me ha hecho pronunciarlo, pero sé que oculta algo, las palabras sagradas se pronuncian antes de una misión difícil o cuando parece que un miembro se desvía del camino. Su mirada es sería, y antes de ponerme nuevamente de pie asiente, vuelve la mirada a la pila de papeles que tiene en su escritorio mientras salgo de la oficina.
El celular vibra y un número desconocido aparece en la pantalla, sin extrañarme contesto y la voz al otro lado de la línea logra llamar mi atención, un poco más grave de lo que logro recordar, pero sin duda sigue siendo la misma persona de hace años.
—Olvidarte de tus amigos es un acto cruel, ¿Sabías? —Oigo quejarse a Sam con la misma tranquilidad que mantiene desde que lo conozco.
Cuando decidí empezar desde cero e irme con Salome, no volví a hablar con Sam, Marc, Ed o Kant, hasta que este último apareció en la ceremonia de presentación. Nunca tuve la idea de volver a aparecer en la vida de nadie, ahora podría solo colgar y volver a mi vida normal, pero por alguna razón no lo hago.
—¿Cómo encontraste mi número? —cuestiono demandante, un tono de voz que he adquirido debido a mi cargo en la organización.
—Perdón señor figura pública socio del hotel más famoso del país —habla con ironía y sonrío. Si bien Kiran dirigía la cadena de restaurantes más famosa y de alto nivel en todo el país, con sucursales en todo el mundo, Salome no se quedaba atrás era dueña de los hoteles más lujosos en ciudades principales de diferentes países, hoteles y restaurantes, una excelente forma de lavar dinero supongo.
—No es tan difícil conseguir tu número para hablar de negocios —agrega Sam tras una pequeña risa—. ¿Cómo has estado?
—Algo ocupado con el trabajo. —digo ocultando mi verdadero oficio—. Algo me dice que no buscas hablar de negocios.
—Tan perspicaz como siempre. —dice con honestidad—. ¿Estás libre esta tarde?
♡♡♡
Estaciono el auto frente al club y tras entregarle las llaves al hombre frente a mi, me adentro por un gran pasillo que dirige al restaurante, la recepcionista me recibe dirigiendome hacia la mesa en dónde a lo lejos veo a un hombre de cabello rojizo sentado con la mirada fija en la ventana que da hacia un gran jardín lleno de flores, es primavera, por lo que el paisaje a través del cristal es hermoso.
Casi al llegar sus ojos grises voltean hacia mi sonriendo apenas su mirada se planta en mi. Se pone de pie en cuanto estoy por llegar, la mujer deja dos cartas con el menú y tras asentir se marcha. Sam extiende su mano estrechando la mía, jala de mi abrazandome, también lo abrazo, nos damos una palmada en la espalda y nos sentamos en la mesa algo alejada del resto. Es más de medio día así que el restaurante acoge a dos o tres parejas en todo el establecimiento.
—¿En dónde has estado? —cuestiona al tomar el menú entre sus manos—. Nunca pensé que desaparecerías así de la nada.
—Ese no es mi mundo, Sam. —imito su acción tomando el menú entre mis manos, leyendo los innumerables platos que ofrecen—. Nunca pertenecí a esa familia.
El pasado es algo que realmente me gustaría olvidar. Empezar desde cero implicaba dejar todo lo que nunca se sintió real para mí. Y vivir en esa casa siempre se sintió como una mentira. Alejarme implicaba no continuar con las conexiones que antes había creado, aunque al parecer el destino me obliga a recordar, manteniendome siempre presa del pasado.
La mesera se acerca a nosotros y tras unos minutos los platillos de comida estaban en la mesa, el olor del pollo asado inunda la mesa, las copas de vino se posan frente a cada plato y los ojos grises de Sam se mantienen con una expresión nada relajada.
—¿Qué es lo que realmente necesitas? —digo antes de poner un pedazo de pollo asado en mi boca.
Lo veo levantar las cejas y niega con la cabeza de forma leve antes de hablar—. ¿Haz hablado con alguien aparte de mi en estos días?
Lo miro confundido, ante una pregunta sin razón, niego con la cabeza y antes de volver a hablar mi celular suena, miro la pantalla y el nombre de Kant aparece, cuelgo regresandolo sobre la mesa con la pantalla apagada para evitar que vuelva a sonar.
—¿A qué te refieres?
—No eres al único que me ha costado volver a contactar. —Lo miro confundido buscando un motivo para sus acciones y parece notarlo—. Pensé que quizá podríamos salir a tomar algo. Como en los viejos tiempos.
Su mirada es de nostalgia. A pesar de que nunca fue el mejor expresando sus emociones siempre pude ver qué el más leal en el grupo resultaba ser Sam. Siempre evitaba discusiones innecesarias y solucionando diferencias que podría haber entre cualquiera de los cinco miembros del grupo en ese entonces. No me sorprende que ahora quiera vernos reunidos de nuevo. Aunque no creo que eso sea una buena idea ni una posibilidad
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Editado: 22.04.2025