¡porrista en apuros!

2

Desde que llegue a la fiesta no he parado de bailar sin importar si es con mis amigas algún chico o sola.
Bailar es una de las mejores formas de despejarse y no saben cuánto lo necesitaba, lo único que podría mejorar todo es el alcohol...Un poco no hará daño ¿Cierto?

Me dirijo a la barra donde están las bebidas y le pido al chico que está atendiendo cualquier cosa que contenga alcohol.

—¿Enserio? —dice una voz conocida a mi lado.

—Solo será un poco —Intento tomar, pero Klein lo arrebata de mis manos.

—Si quieres asesinarlo mejor ve a un hospital, es más rápido —dice con odio.

—¿Por qué te importa? Lo digo enserio ¿Te sientes responsable o algo? No porque justamente tu padre me atendió tu tienes que hacer algo al respecto.

El día en que me hice el test de embarazo fui de inmediato a la clínica y como mi mala suerte es tan grande justo con el medico que me atendió resulto ser su padre y cuando voy saliendo de la consulta a este idiota se le ocurre visitar a su padre.

—Ven.

Se para detrás de mí apoyando sus manos en mis hombros y me empuja al patio de en frente, donde nadie podía oírnos.

—¿Por te gusta andar tirándome a todos lados?

—Por qué no vendrías de otro modo.

—Cierto, pero aun así deberías intentar no hacerlo.

—Entonces lo intentare —dice sonriendo—¿Nos vamos?

—¿Irnos, a dónde? A un así ¿Por qué debería?

—A divertimos, ¿Crees que esta es la única forma de divertirse? —señala la casa— Anda, vamos a un lugar donde no signifique la muerte de tu hijo o hija.

¿Hijo o hija? No lo había pensado.

Cruzo mis brazos, lo observo un momento para después fijar mi vista a la casa donde todos reían y bailaban como locos.

—Vamos.

Se sorprendió con mi respuesta y como no, yo también lo hago.

Fuimos hasta su auto, abrió mi puerta, caballeroso un punto a favor y después se subió el, antes de poner en marcha el auto vimos a Jenny mirar hacia nosotros.

—Se enfadara contigo.

—Puedo elegir mis propios amigos ¿No?

—¿Entonces soy tu amiga? —fijo mi vista a el, que estaba concentrado conduciendo.

—¿Quieres ser lo? —me mira un momento y después vuelve si vista hacia el frente.

No hubo respuesta solo me senté derecha mirando la calle.

—¿A dónde vamos?

—¿A dónde quieres ir?

—¿Podrías dejar de responder todo con una pregunta?

—¿Te molesta? —sonríe algo burlón.

—Chistosito, tengo hambre.

—¿Algún lugar en mente?

—Estoy en tus manos.

¿Estoy en tus manos? Que estúpida, ¿No se me podía haber ocurrido algo mejor?

Y más encima se estaba riendo de mí otra vez.

....

—Un completo y una bebida gracias.

—Lo mismo —dice Klein— Creí que pedirías una ensalada o algo así junto con un jugo.

—Te dije que tenía hambre, además comer ensaladas no es mucho lo mío.

—Vamos, es lo único que debes de consumir, lo haces todos los días en la universidad.

—Veo que me has estado observando, para tu información en la universidad consumo ensaladas por que la comida que venden son un asco.

—Muy cierto —apoya su espalda en el asiento y mira por la ventana perdido en sus pensamientos.

—De casualidad ¿Traías a Jenny aquí?

—Solía ser nuestro lugar preferido - Pude notar la tristeza en sus ojos.

—¿Solía?

—No pasamos tanto tiempo juntos ahora como antes —dice algo nostálgico.

—Ya veo...

-¿Tu y Peter tenían un lugar al que iban siempre?



#3566 en Novela romántica
#1074 en Chick lit

En el texto hay: bebe, frienzone, porristasyjugadores

Editado: 23.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.