¡porrista en apuros!

9

—Sabes, pensaba decirle a mis padres sobre él bebe, después de todo voy a cumplir tres meses.

Estábamos en la playa acostados sobre la arena, el boca arriba y yo a su lado boca abajo jugando con los rulitos en su torso.

—¿Quieres que este contigo?

—No, quiero hacerlo sola, además pensaran que es tuyo.

—Cualquier cosa solo ven a mí, mis brazos son para ti.

—Y mis labios lo están para ti —me levanto un poco y le dejo un pequeño beso en los labios.

—Me gustan tus lentes de sol.

—¿Te los quieres poner?

—Son de mujer, no gracias, además tengo los míos —estira su mano hasta su mochila, saca los suyos y se los pone.

—Estas guapo ¡FOTO! —chillo.

Me acomodo a su lado boca arriba y él apoya su brazo bajo mi cabeza.

La primera solo salimos uno al lado del otro, la segunda yo le daba un beso en la mejilla, la tercera él me daba un beso a mí en la mejilla, la cuarta era en la boca, la quinta... Bueno nos sacamos muchas fotos.

—Las subiré a instragram —digo entusiasmada.

—¿Con el permiso de quién?

—Del mío obvio... Agrandare mi armario ¿Me acompañas comprar ropa?

—¿Mas grade? Ya es enorme ¿Y para que quieres más ropa?

—Es necesario, además necesito tacones nuevos, vi unos el otro día que deben ser míos.

Ríe de mí... Somos tan diferentes y tal iguales a la vez, es muy extraño

—Anda, di que si —¿Acabo de hacer como una niña chica? ¿En qué me estoy convirtiendo?

—Comprar no es lo mío —se queja.

—También me comprare ropa interior —me acerco coqueta a él.

—¿Seré yo quien los apruebe?

—¿Quién más? después de todo solo tú los veras.

—¿No quieres ir hoy día?

Me largo a reír como nunca.

—Si quieres, podemos ir al centro comercial que está aquí cerca.

Se levanta y tomo sus cosas con rapidez.

—Vamos —extiende su mano hacia mí.

Vuelvo a reír pero lo sigo.

Antes de llegar al área de ropa interior primero me compre dos pares de tacones hermosos, aunque no son tal alto.

—Sabes mejor entra tú, yo te espero aquí.

—Por qué.

Estábamos por entrar a la tienda.

—Solo hay mujeres, es incómodo.

—¿Te da vergüenza? Pero si también hay algunos hombres.

—Aun así.

—Anda —reparto besos en su rostro— Debes ayudarme a cambiarme en los vestidores —me alejo— Soy un poco torpe.

Doy vuelta y entro moviendo mis caderas.

—¡ESPERA!

....

—Estoy en ropa interior frente a ti, pero no me miras.

Regresamos a su departamento donde una que otra noche me quedo a dormir aquí.

—Te estoy mirando.

—Me refiero al cuerpo ¿No te gusta lo que ves?

—Si me gusta —me besa - Pero tu rostro, tus facciones y tus labios son lo más hermoso para mí.

—Te gusta ser cursi ¿No?

—Sí, aunque no te sonrojas.

—No es necesario sonrojarse y actuar como una chica tímida y avergonzada, prefiero verte a los ojos y besarte —lo beso.

El beso se fue intensificando al igual que sus caricias en mi cuerpo.

....

—No por favor, Basta, no pienso pelear más contigo —le digo a Jenny ya fastidiada.

—Ni yo tranquila.

—¿Que mosco te pico?

—El mismo que a ti, no me mires así, debemos hablar.

—¿Sobre Klein? ¿De cómo lo estoy manipulando para ponerlo en contra tuya?

—¿Te le contó?



#40528 en Novela romántica
#6660 en Chick lit

En el texto hay: bebe, frienzone, porristasyjugadores

Editado: 23.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.