Desde el día en que Jade se fue, nada a vuelto hacer lo mismo. Perdí a Jenny una vez, la chica que creí que amaba, si la quería, pero nunca llegue a sentir por ella, lo que siento por Jade.
A comienzos de su quinto mes de embarazo estoy aquí perdiéndome como su vientre crece.
—Siempre estas con la mirada perdida —me dice mi madre— ¿Piensas en Jade?
—Todo el tiempo.
—¿Has hablado con ella? —pregunta mi padre.
—No mucho la verdad, mantenemos la distancia para no ilusionarse... Supongo.
Mama toma la mano de papa y ambos me observan.
—Debes luchar por la chica que amas, no la pierdas tan fácil, la vida es más corta de lo que parece, así que no dejes que se te escape.