Los Williams despertaron al rededor de las once de la mañana. Christopher ayudó a su prima a limpiar el desastre de anoche mientras ella preparaba algo para desayunar.
Christopher era una compañía grata y divertida. Podían hablar todo el día sobre una infinidad de cosas sin cansarse.
—¿No vas a invitar a tu novio a desayunar?— Preguntó al ver que solo le daba dos platos.
—No creo que sigamos siendo mi novio, sabes.
—Bueno, se me ocurría que podía venir para tener la oportunidad de no sé, hacer las cosas civilizadamente. Por que mi primer encuentro con él no fue muy cortéz — admitió con una sonrisa.
Pero Felicia pensaba que Richard debería ser quien buscara mantenerla contenta después de lo que pasó. Sin embargo, no podía pasar enfadada con él por mucho tiempo y se reprendia por eso.
Además, las cosas ahora las veía diferentes. Lo que él dijo e hizo la habían dejado con los sentimientos revueltos. Ahora las posibilidades en la mente de Felicia se tornaban negativas.
—Entonces iré yo a decirle que venga — habló al ver que su prima no respondía.
—¿Qué dices?
—Le diré que le preparado el desayuno para disculparme por lo de anoche.— Rió con diversión—. Espero no piense que me gusta o algo así. — Bromeó al salir.
Si definitivamente lo que Chris hacía era raro. Pero así era él. Confiado, espontáneo, sociable y un Don Juan.
Richard aceptó la invitación y llego a desayunar los waffles con café. La invitación e insistencia por parte de Cristopher lo convenció aunque la situación fuera un tanto incómoda.
El desayuno transcurrió en silencio. Como si hubieran hecho una tregua.
Al cabo de un rato Richard y Felicia se pusieron de acuerdo para preparar algo para la cena, ya que estaría el resto de la familia. Así que irían al supermercado y traerían la mesa del comedor del apartamento de Richard para que pudieran cenar decentemente.
—Bueno ustedes estarán muy ocupados reconciliándose. Quiero decir, en el supermercado y cocinando — Se burló Chris añadiendo un tono sugerente al comentario.
—Tú y tus bromas. — Le empujó ella—. ¿Vendrás para cenar, cierto?— Preguntó en tono esperanzador. No quería enfrentarse a esa reunión familiar sola y menos con lo acontecido. De hecho no tenía muchos ánimos de pasar el resto de la tarde con Richard pero eran un par de adultos y debian actuar como tales.
—Si claro. Quiero conocer a mi nueva sobrina y al resto de la familia. — Se estiró para alcanzar más tocino del plato de Felicia.
—Pórtate bien.
—Siempre lo hago linda — dijo dandole un beso en la mejia.
Asi que éstos se dispusieron a mover los muebles para hacer espacio para la mesa ya que la de Richard era más grande para luego hacer las compras.
Se decidieron por hacer algo sencillo así que prepararían Pitas de pollo y carne. Y unas mini pizzas para los niños. Pero seguramente los chicos no tendrían con eso así que decidió preparar unas costillas de cerdo asadas agridulces, un buen puré de papas y un par de complementos más.
Phil y Alicia llegaron con los niños. Jenny abrazó a su padre al verlo y por supuesto a Felicia. No dejaba de parlotear sobre lo que había hecho con sus tíos y sus primos. Le contó a Felicia que se había caído jugando en el parque y le mostró sus rodilla rosada. Felicia la consintió y le escucho pacientemente como siempre mientras veían los dibujos que los tres pequeños habían traído desde casa para mostrárselos.
A Alicia le gustó ver que su sobrina era tan cercana a ella y que incluso sus hijos parecían cómodos a su lado.
—Te lo dije Alice. Es maternal — dijo Richard sin mirar a Felicia con los niños. Las cosas estaban complicadas en este momento pero no podía quitarle el crédito de ser la mujer más cariñosa con los niños que hubiera visto, después de su hermana por supuesto.
Phil se le veía agusto con su nueva cuñada. Ella logró separarse de los chiquillos después del encuentro inicial. Los había dejado entretenidos con crayolas, papel y plastilina.
Se unió en una interesante conversación con Phil que es arquitecto. Un arquitecto que ama su trabajo y hablaba de el con tal pasión que era contagiosa. Le encantaba contar orgulloso sus participación en los proyectos en que había estado. Hoteles prestigiosos, edificios de grandes compañías y hermosas mansiones para algún que otro político.
Y afortunadamente Felicia resultó ser una conversadora muy buena. Le escuchaba y hacía preguntas con gran interés y aunque no comprendía del todo lo que aveces Phil decía, ponía entusiasmo en su participación.
Alicia y ella también tuvieron excelentes conversaciones. Una ex bibliotecaria como ella y una amante de libros tenían un sinfín de que hablar. Géneros, tipos de narraciones además de compartir sus autores preferidos y opiniones sobre los libros que tenían en común.