El martes por la tarde Richard llegó a recogerla para ir a casa. En el colegio le dijeron que se tomará esa semana libre para descansar suficiente. De manera que se quedaría sola todo el día.
Christopher llegó a verla y ella le contó un poco de lo que ocurrido. No quiso dar detalles para que él no se alterará más.
—Y ¿Qué haras?
—Mudarme. Ya no quiero estar aquí.
—Tal vez es lo mejor.
—Sí. Quería pedirte si podrías ayudarme con la mudanza. Quiero irme a más tardar el viernes.
—Por supuesto. ¿Donde piensas mudarte?
—Intentaré que me alquilen el apartamento de nuevo.
—¿Por que no vienes conmigo?
—¿Contigo?
—Sí. Tengo un apartamento al norte. Esta amueblado y es cómodo. No tendrás que preocuparte por el alquiler ni las facturas de eso me encargo yo. Quédate todo lo que quieras. ¿Si? Sabes que yo no paso mucho en casa pero iré a verte seguido.
—¿Harías eso por mi?— pregunto conmovida.
—Haría cualquier cosa por ti Lissi. Eres mi hermanita. — Cristopher le acarició la mejilla. Ella, sin darse cuenta comenzó a derramar lágrimas por sus mejias—. No llores por favor — rogó abrazándola dulcemente—. No sabes cómo me enfurece que llores por culpa de ese imbécil.
—Gracias Chris.
—De nada. Y ¿Que pasará con tu trabajo?
—Renunciaré. Buscaré empleo en otro lugar al terminar el semestre.
—Muy bien. Entonces vendré el viernes por la mañana.
—¿Podrías venir cerca del medio día?
—Como gustes.
Se dieron un abrazo más al despedirse.
—¿Entonces te mudaras?
—Sí Alice. Ya no tengo por qué quedarme. Richard volverá con la madre de su hija y yo seguiré.
—Lamentó mucho que las cosas hayan terminado así Lissi. Jenny te extrañará mucho.
—Y yo a ella. Muchísimo.
—¿Cuando te mudaras?
—El viernes.
—¿Quieres que te ayude?
—Chris llegará por mi. Gracias.
—Pero puedo ayudarte a empacar. — Y sonrió.
—Claro. Empacare en la mañana. No quiero que Jenny vea cundo me voy.
—¿Volverás a tu anterior apartamento?
—No. Me iré a vivir con Christopher.
—Bien. Y ¿Qué hay de Richard? ¿Lo sabe?
—Se lo diré mañana por la noche. Sabes… hasta que todo esto paso, me di cuenta de lo que siento Alice... Amo a Jennifer y amo a Richard. Pero él no me ama... No lo suficiente como para tratar de retenerme y buscar que permanezca a su lado.
—Él te ama Lissi. Es solo que... Es orgulloso.
—Y su maldito orgullo ha hecho que yo me vaya.
—¿Podré visitarte ? — le sonrió para cambiar de tema.
—Por supuesto. — Le devolvió la sonrisa.
Jueves por la noche.
—¿Puedo hablar contigo Richard?
—Claro.
Se sentaron uno en cada sofá. Jenny ya estaba dormida.
—Me mudaré mañana por la mañana — anunció en un tono neutro.
—¡¿Te mudaras mañana?!
—Sí. Me iré mientras ustedes no estén aquí. No quiero que Jenni me vea cuando me voy. Hablaré con ella en la mañana.
Richard no supo que decir. Pensaba que ella se quedaría hasta tratar de resolver aquello pero había que admitir que era él quien debía resolver todo ese embrollo.
—Felicia yo...
Ella esperó con la esperanza que sus palabras pudieran retenerle pero al ver que él no decía más solo aumento su irritación y determinación por irse.
—¿No tienes nada que decir? — preguntó enfadada.
—Siento que, a pesar de lo que diga tú te irás...
—Inténtalo — le desafío.
—Lissi... Entiendo que estés enfadada conmigo. Tienes razón. Ha sido mi culpa... Te he lastimado tanto y tú... Tu eres más de lo que jamás podré mmerece... Perdóname... Perdóname por todo lo que he hecho. Por favor... Quédate... No te vayas... Prometo arreglar todo esto. Te lo suplico...
—¿Y porque debería quedarme?
—Por que no puedo hacerlo sin tí. Por qué te necesito. Por qué eres la mejor mujer que puede haber para madre de mi hija. Por que aunque no te merezco me moriré sin tí.
—Esa frase está demasiado trillada. ¿No lo crees?
—Por favor.... Quédate. Déjame solucionar esto. Yo..... Ya lo pensé bien y...
—Y ¡¡¿Qué ?!! ¿Qué Richard? ¡Ahora si estás seguro solo por que he dicho que me voy de tu lado! Pues no más. He tenido suficiente paciencia para todo esto. ¡Y tú no sabes que quieres!
—Te quiero a ti.
—Pues no es eso lo que me has hecho saber estos últimos meses y en especial estos días pasados.
—Sí. Y lo acepto pero déjame solucionarlo. Hablaré con ella y esto se arreglará.
Sin poder soportar más se levantó pero él fue tras ella y le retuvo.
—Felicia por favor quédate...
—¿Por que?
—Por que te amo....¿No es eso suficiente?
—No fue suficiente para tí cuando tenias a Hellen encima de tu esescritorio. Ni cuando pensaste en volver con la madre de tu hija. Ni para tus inseguridades.
—Eso... Eso fue una estupidez de mi parte.
—Tienes razón.
—Te lo suplico. — La tomó de los brazos para hacerla girar—. No te vayas… No me dejes... Por favor.