Posibilidades.

Capítulo 27: ¿Posibilidades?

Las semanas pasaron. Felicia aprovechó el verano para visitar a Alice y a los niños. Principalmente a Jenny quién por fortuna no guardaba rencor contra ella por haberse ido.
Talvez por que seguía viéndola cada sábado y hablaban por teléfono casi cada noche.
Alice y ella hablaban de todo como siempre cada vez que se llamaban o se veían pero sin tocar el tema "Richard" pues Felicia había pedido específicamente que no deseaba hablar de aquello. A menos que se tratara de la que fue su hija.
Había encontrado trabajo en un colegio no lejos de su casa. Trabajaría hasta la tres de lunes a viernes. Christopher volvía a casa todas las semanas para estar pendiente de ella.
Alicia le había dicho que su nueva imagen le quedaba muy bien.
—Pero si solo es máscara de pestañas y colorete.
—Aún así te ves bien. Te da un toque sexi — opinó con una sonrisa.
Sin embargo Christopher difería por el cambio en su cabello, lo había aclarado al menos dos tonos dejandolo en un castaño claro. Y lo rizó ligeramente en las puntas usandolo ahora suelto todo el tiempo.
—Es para la depresión — le explicó ella a su primo con una sonrisa.
—Las mujeres y sus cosas. Bueno si así te sientes bien. Pero no vayas a salir con que ahora usas minifaldas y escotes — le advirtió en tono protector como si le hablara a una hija.
—Si papá y vendré antes de las 9 los viernes — dijo poniendo los ojos en blanco. 
A veces Christopher de tomaba demasiado en serio su papel de hermano mayor.
Agosto.
Septiembre.
Octubre.
Noviembre.
Las cosas seguían igual. El semestre empezó para Felicia y le agradó ver qué se estaba adaptando bien a aquel lugar. Su pasión era enseñar así que se mantenía absorta en su trabajo.
A pesar de eso no descuidaba a Jennifer aunque de desvelaran juntas por culpa de sus pesadillas. 
Por supuesto no faltaban las noches en que recordaba el calor que los brazos de Richard le brindaban, su voz y su aroma varonil.  Sin embargo no se permitía vagar mucho en el pasado, eso solo la ponía melancólica y debería empezar de nuevo con el proceso de anti depresión. Lo que incluía una dieta con abundantes chocolates, helados y música para levantar el ánimo. Incluso se había separado de los libros pues temia que el romanticismo presente en ellos la hicieran empeorar.
Sin embargo una visita inesperada le sorprendió. Volvía de casa de Alice ese sábado cuando encontró aparcado un BMW M3 aparcado junto al Jeep de Christopher.
Una mujer rubia muy bien vestida lo acompañaba riendo junto a él. Bajaban los escalones y la acompañó hasta su coche.

—¡Lissi! — la llamó al verla cerca—. Te presento una amiga, Hellen Parks.  Me está ayudando con el papeleo del estudio de fotografía.  Esperamos tener todo listo antes de las navidades.
—Hellen, ella es mi hermana Felicia.
—Sí. ya nos conocemos — se adelantó Felicia con recelo.
—¿De verás?
—Sí — confirmo Hellen—. Aunque no fué en circunstancias muy favorables. Un gusto verte Felicia.
Pero no le respondió.
—Bueno. Ya me voy Chris. Te mantendré informado en cuanto reciba la respuesta. — Y se despidió de él con un beso en la mejía.

"No puede ser". ¿Por qué tuvo que ver a aquella bruja? ¿Por qué tenía que aparecer justo en su casa y hasta resultaba que trabajaba con Chris? Sintió como el enojo subía por su garganta.
Dejando atrás aquel encuentro con el mismo Diablo en tacones. Felicia siguió sus días con su rutina habitual.
Una tarde justo para salir, le informaron que una mujer le buscaba.  Seguramente una madre de familia. Así que fue a buscarla a la recepción.
Para su sorpresa la elegante mujer de dorados cabellos y traje ejecutivo de falda era nada menos que Hellen Parks.
—¿Hellen? ¿Qué haces aquí?
—Necesito hablar contigo.
—¿Eres la tutora legal de alguno de mis alumnos?
—No. Pero debo hablar contigo. Es importante.
—No hay nada de qué hablar Hellen. Así que por favor retírate.
Ella ya estaba dando la vuelta para salir de la pequeña sala cuando Hellen anunció:
—Es sobre Richard. Es muy urgente.
Se detuvo de inmediato. Que podía ser tan "urgente" para que aquella mujer se presentara en su trabajo diciendo que era sobre Richard.  Aquello le pareció una mentira pues de ser así Alice ya la hubiera contactado para contarle lo sucedido si en realidad fuera algo realmente urgente.
—Si es tan urgente. ¿Por qué has venido tu? 
—Creo que es mejor que hablemos de esto en otro lugar. ¿Quieres?
Felicia asintió.
—Te ves bien. — Se aventuró a decir para romper el silencio.
—Por favor. Solo dime qué pasa Hellen.
—Estoy ayudando a Richard con la custodia de su hija. Esto se ha extendido más de lo necesario, la señorita Murray no parece muy interesada en recuperar a su hija. Se supone que íbamos a arreglar la custodia compartida pero ella luego impuso la condición de llevarse a su hija y recibir una manutención exagerada.
Al final todo ha quedado detenido pues ella volvió a desaparecer.
—¿Se fue? 
—Sí. Como te digo no parece interesarle mucho la niña. No se ha presentado a los citatorios y el abogado de la corte dice haber perdido contacto con ella.
—¿Por que me estás diciendo esto?
—Por que sé que ustedes iban a casarse y por la ridícula idea que tuvo Richard de volver con su ex mujer fue el motivo por el que las cosas empeoraron, supongo, eso es lo que tengo entendido — meditó —.  O al menos es lo único que él me contó.  A lo que quiero llegar con esto es: Quiero que sepas que él no ha vuelto con ella ni volverá.  Y que es seguro que tampoco ella estará más en sus vidas o por lo menos no pronto.
—Y ¿Por que eso debería interesarme? Eso es un asunto personal.
—Para que vuelvas con él.  La verdad no lo está pasando nada bien Felicia, sigue trabajando para pasar ocupado pero está insoportable.  Incluso el jefe lo quiso mandar a descansar pero él se rehusó. A veces es demasiado testarudo.
—¿Por que le estás ayudando? ¿Por qué haces esto y porque has venido aquí? — Aún no confiaba en la bondad desinteresada que ella deseaba aparentar.
—Por que se lo debo.
—Ya me imagino como te pagará el favor — dijo en tono demasiado grosero.
Hellen suspiró.
—Mira Felicia, sé que estás molesta con lo que pasó. Y te doy la razón. Y si quieres culpar a alguien y seguir enfadada hazlo conmigo.
Felicia entorno levemente los ojos “¿De donde venía aquella vulnerabilidad?" en especial de ella.




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