Possesive Love

Capítulo 5.

Roma.

Llegó a mi casa cuando apenas amanece porque se que si mi padre despierta y no tiene su desayuno un golpe será parte de mis buenos días.

Cierro la puerta intentando no hacer ni el más mínimo ruido, me dirijo a la cocina y comienzo a preparar su desayuno.

Una vez listo lo cubro todo y me voy a mi habitación a dar un baño.

Termino de arreglarme y mi puerta es abierta.

—¿Ahora me dirás dónde mierda pasaste la noche? —dice mi padre sujetándome fuerte del brazo. 

Mis lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos.

—Ya te lo dije, me quedé con una amiga ella bebió así que no se animó a traerme de regreso.

—¿Y crees que te voy a creer? 

—Juro que no estoy mintiendo. —susurro mientras mis lágrimas recorren mis mejillas. 

—¡¡DEJA DE LLORAR!! —me grita a lo que comienzo a tomar algunas bocanadas de aire para intentar controlar mis lágrimas.

Todo es un acto fallido si él está aquí atemorizandome.

—Mi amiga viene por mí está noche puedes preguntarle a ella. 

—¿A dónde irán ahora? dime. —exige. 

—A una carrera de autos, su hermano compite y ella no quiere quedarse sola entonces iré con ella. —soy honesta. 

Mi padre parece entender lo que me pone aún más alerta si eso es posible porque él generalmente tiene sus ataques de ira de forma sorpresiva.

—Bien, si tiene auto significa que debe tener dinero así que a lo mejor tú amistad con esa chiquilla no es tan mala idea. —retrocede y se fija en mi vestimenta.

Cuando estoy en casa no tengo permitido vestirme con ropa descubierta, ni colores vivos aún no tengo en claro la razón, solo se que cuando cumplí 15 y me quise poner una mini falda casi me fractura mi brazo de tantos tirones que me dio para encerrarme en mi habitación.

—Me iré a trabajar así que espero y no se te olvidé dejar la cena lista antes de irte. 

«Bendita sea su jornada de 12 horas.» 

Mi padre trabaja como jefe de seguridad para un hospital así que cada hora que él trabaja son momentos de paz para mí.

Finalmente se va de mi habitación y yo caigo rendida en el suelo, hoy no hubo golpes pero aún así siento que cada palabra es una tortura.

Miro mi brazo cómo está un poco rojo por la fuerza que ejerció en él.

No salgo de mi habitación hasta que escucho como cierra la puerta, hasta el aire cambia cuando él no está. 

Mucho pueden intentar decirme que no debo pensar de esa forma teniendo en cuenta que es mi padre, pero lo hago porque tengo 17 años viviendo con él, siendo golpeada e insultada por él y todo porque cuando yo nací mi madre falleció, ella enfrentó un embarazo muy complicado porque tenía problemas en la sangre y nadie lo descubrió hasta el momento del parto y ya era tarde para hacer algo al respecto. 

Desde ese día Javier me culpa por su muerte, dice que le hubiera gustado que la que muriera fuera yo, y a este punto yo creo que también lo hubiera preferido.

En la noche. 

Terminó de prepararme, realmente no sé cómo debería vestirme para una carrera así que solo me pongo un jean azul y una blusa negra, suelto mi pelo y ya.

Escucho como tocaban la puerta y corro a abrir.

—Holaa bella. —dice Oriana mientras me abraza.

—Hola solo voy por mi celular y nos vamos ¿Si? —lo tomo de la mesa y cierro la casa.

—Claro, mi hermano y Aiden ya se han ido así que mi tía nos llevará hasta el lugar y ya luego nosotras los alcanzamos.

—¿Qué tipo de carreras son? —preguntó con curiosidad.

—Pues normales, estás son como las ilegales pero mi hermano no tiene permitido participar en esas y encontró un lugar es a las afueras dentro de un terreno hicieron una pista y pues suelen competir allí, claro con apuestas de por medio y uno debe pagar la inscripción, ante todo eso mis padres no encontraron la forma de decirle que no porque después de todo no hay nada llegar en eso. —me sonríe. —son divertidas ya verás —asegura. 

Llegamos hasta el auto, donde una mujer rubia está al volante. Ella voltea a verme y me sonríe.

—Holaa un gusto soy Cloe. —me sonríe.

—Roma. —responde.

—Ella es Love. — le dice Oriana a su tía mientras se miran de forma compinche.

—Realmente no sé a qué viene ese apodo pero bueno me gusta. 

—Mi hermano es medio extraño con sus apodos así que no te preocupes aunque creo que el tuyo es bastante cariñoso, él tiene como costumbre llamar a las chicas "niña" "peque" y hasta "bonita" así que cuando lo oí decir love me he quedado algo sorprendida pero no te alarmes él no es por flecharse con las personas.

—Entiendo.

Llegamos al lugar y Ori es la primera en bajar. 

—Ven te encantará. —toma mi mano y comienza a caminar entre la multitud.

El ruido de los motores comienza a penetrar en mis oídos, muchos murmullos.

A lo lejos veo a Alec junto a una chica y se lo señaló a Oriana.

—Vamos —comenzamos a darnos paso entre la multitud hasta por fin dar con ellos.

—Alec ¿Cómo va la noche? —pregunta ella a medida que este toma un trago de su cerveza e ignora a la chica que se encuentra con él.

—Tranquila, espero y hoy no te pongas de amiga de desconocidos y me metas en problemas Oreo. —le advierte.

—Claro que no, deja de inventar cosas, yo no soy así.

Alguien pone sus manos sobre mis ojos. 

—Buenas noches Love -susurra en mi oído —¿Al final si aceptaste la invitación? Me has hecho perder dinero.

Mi piel se pone erizada por el aire fresco que choca en mi cuerpo.

—Viste, te lo dije ella vendría es amante de la adrenalina como nosotros. —habla Alec abrazando a la chica.




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