Post Mortem

Capitulo 4. Déjà vu

Kate

Abro los ojos de golpe luchando por aire, mis pulmones arden mientras trato de llenarlos de nuevo con oxígeno, cubro la luz del sol que amenaza con dejarme ciega, con mi mano. Puedo oír unos pájaros cantar a mi alrededor, también alcanzo a oír agua cayendo de una cascada  no muy lejos de mí. Trato de averiguar en dónde estoy una vez que logro acostumbrar mis ojos a la luz, no recuerdo como llegue a este lugar.

El verde pasto decorado con pequeñas flores blancas me rodea, a lo lejos unos grandes y altos árboles llaman mi atención, parecieran estar invitándome a acercarme a ellos. Me levanto del pasto adentrándome más al bosque, la sensación de que los árboles me observan se hace más fuerte con cada paso que doy, un escalofrió corre por toda mi columna, avanzo entre los árboles buscando alguna explicación de porque estoy en este lugar.

Camino más rápido con la esperanza de salir pronto de este lugar, pero más árboles siguen apareciendo de la nada, la desesperación de no llegar a ninguna parte comienza a abrumarme, la luz de este lugar amenaza en desaparecer en cualquier momento. Los pájaros dejan de cantar obligándome a escuchar nada más que mi propia respiración, el crujido de las hojas en las ramas acompañan mi respiración, chocan las unas a las otras hasta caer al suelo marchitas.

El aire se torna helado en cuestión de segundos, mi cuerpo entero empieza a temblar de frío, froto mis manos contra mis brazos tratando de calentarme. Vapor sale de mi nariz con cada exhalación que doy, una luz a lo lejos llama mi atención motivándome a continuar, corro lo más rápido que puedo hasta ella, tengo miedo de que desaparezca en cualquier momento.

De pronto, un dolor emerge de mi pecho deteniéndome en mi lugar de golpe, abro y cierro la boca luchando por aire, frunzo el ceño sin entender que está pasándome. ¿Porqué de pronto siento que estoy muriendo? Mis rodillas caen al suelo intentando recuperar el aliento, pero el aire se atora en mi garganta, mi vista se torna borrosa, abro más los ojos con esperanza de que eso me ayude a aclarar la vista.

Sostengo mis manos en mi cuello queriendo liberar la presión que corta mi suministro de aire, como si alguien estuviera estrangulándome. Lágrimas de desesperación resbalan por mis mejillas, el frío poco a poco se apodera de todo mi cuerpo. Caigo al suelo sintiendo mis fuerzas desvanecerse, una sombra emerge de entre los árboles, acercándose a mí con sigilo, mi corazón late con fuerza contra mi pecho preso del miedo, sudor frío resbala por todo mi frente. Intento moverme, pero mi cuerpo se queda inmóvil.

La sombra se acerca lo suficiente para inclinarse frente a mí, siento su aliento en mi oreja mientras susurra unas palabras.

—Ahora yo estoy a cargo — sentencia con una voz firme, conocida para mí.

Cierro los ojos sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo.

—Despierta—susurra de nuevo, trato de verla, pero solo puedo ver su silueta por el rabillo de mi ojo, me sorprendo a mí misma rezando porque esto termine pronto. —Despierta, Kate. 

Al fin logro abrir los ojos despertando de esa horrible pesadilla, jadeo por aire con dificultad, siento mis sabanas bañadas con mi sudor, sescanso mi mano en mi pecho calmando mi atormentado corazón.

—¡Despierta, Kate! Llegarás tarde a clases—mi madre me grita desde las escaleras.

—Solo fue une pesadilla—susurro tranquilizándome.

Cuando logro calmar lo suficiente mi corazón, me atrevo a mirar el reloj a mi lado, tengo pocos minutos si quiero llegar a tiempo a la escuela. Muevo las sabanas empapadas a un lado, me levanto de la cama corriendo a mi armario, agarro la primera blusa que veo pasándolo por mi cabeza y mis brazos, luego me pongo mis pantalones, los cuales me pongo de un salto. Corro al baño tomando mi cepillo de dientes, al mismo tiempo que corro mi dedo pequeño del pie decide golpearse contra la puerta, una capa de agua se forma en mis ojos, miro mi dedo inflamado tornarse rojo.

¿Porque siento que esto ya lo he vivido antes?

No, Kate, recordarías si te hubieras golpreado así de horrible.

Niego con la cabeza obligándome a concentrarme, lavo y enjuago rápido mi boca, tomo el cepillo del cabello deshaciendo los nudos que se formaron durante la noche. Una vez que termino me miro en el espejo para asegurarme que todo está bien, corro escaleras abajo entrando a la sala, donde tomo mi bolsa y llaves de la mesa junto a la puerta, miro el reloj en la pared para ver cuánto tiempo me queda, tengo que lograr esto en menos de veinte minutos.

—¿No vas a desayunar? —mi madre pregunta desde la cocina.

—No, ya voy tarde a clase.

—Vamos Kate, no puedes ir con el estómago vacío—mi padre sale de la cocina con una manzana en la mano, la lanza al aire a mi dirección, logro atraparla como toda una profesional. —Nos vemos en la noche.

—¡Nos vemos! —le grito cerrando la puerta detrás de mí. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.