Kate
Me remuevo en mi lugar, sintiendo algo blando debajo de mí, abro los ojos encontrando el techo de mi habitación. ¿Qué pasó? ¿Cómo llegue aquí? Me siento en la orilla de la cama tratando de recordar, lo último que recuerdo es a mi padre, luego todo se desvaneció.
—Son muy buenas fotos las que tienes aquí—el leve susurro de una voz masculina llega a mis oídos, alzo la mirada de golpe, mi corazón se salta un latido, busco la fuente de esa voz, pero no hay nadie en mi habitación que haya podido hacer ese ruido, tengo que estar imaginando cosas, respiro hondo recuperando la compostura.
Salgo de mi habitación enfrentándome al oscuro pasillo, la luz que sale de mi cuarto me permite ver el pie de las escaleras a unos pasos de mí, llamo a mi padre con miedo de bajar sola, creo que algo va a saltarme encima en cualquier momento. No hay respuesta de su parte, vuelvo a intentar, nada, para mi mala suerte, imagino tuvo que irse por una emergencia. Regreso a mi cuarto confundida por todo lo que ha pasado el día de hoy, la pesadilla, las clases, mis amigos, mi novio, esa voz que estoy segura escuche.... el sonido de sartenes chocando pone todos mis sentidos en alerta, vuelvo a llamar a mi padre desde la puerta. Silencio.
Avanzo con temor hasta las escaleras, bajo con cautela hasta el primer piso pasando la mirada por todo el lugar, llego a la cocina donde fue que escuche el ruido, mi corazón late tan fuerte que puedo oírlo golpear contra mi pecho, me congelo en mi lugar al ver una sombra moverse por toda la cocina, sostengo la respiración esperando a que la valentía me llegue en cualquier momento, dejo salir un suspiro cuando veo que se trata de Bash quien está intentado levantar todos los sartenes que tiro al piso.
—¿Bash? ¿Qué haces aquí?—pregunto viendo los sartenes en sus manos.
—Despertaste —volea a verme apenado.
—Si.
—Estaba preocupado por ti, no contestabas mis llamadas así que vine a verte, tu padre tuvo una emergencia, me pidió que me quedara contigo hasta que te sintieras mejor—deja los sartenes a un lado asegurándose de que no caigan de nuevo.—Estaba tratando de prepararte algo de comer, encontré la receta de tu platillo favorito—lo miro enarcando la ceja, no recuerdo el día en que Bash haya cocinado antes.—Lamento si te desperté.
—No lo hiciste.
—En ese caso espero que tengas hambre —se acerca a mi para darme un beso, el contacto de sus labios provoca un escalofrío en mi piel, hay algo en su mirada que me desconcierta, no puedo dejar de sentir que necesito estar alerta, mi novio frunce el ceño sin entender mi rechazo.
—Lo siento, no me siento bien, aún tengo nauseas…
—No te preocupes—aparta un cabello suelto de mi rostro para besar mi mejilla, se aleja hasta la cocina continuando con la comida. —Esto va a hacerte sentir mejor, ya verás.
Guardo silencio viendo cómo se mueve de un lado a otro, corta los ingredientes para después ponerlos en el sartén, por más extraño que parezca, puedo notar que algo en él luce diferente, su aura es distinta, no es el mismo que era hace unos días, estar ahora sola con él me incomoda.
Lo miro más tiempo de lo normal, noto un movimiento en su hombro, desaparece y aparece en cuestión de segundos, parpadeo varias veces culpando mi cansada vista, pero vuelve a suceder, está vez es su mano la que desaparece y aparece. ¿Qué rayos? Él parece no notarlo, continua con su tarea como si nada, observo las cosas a mi alrededor con detalle, tengo el presentimiento que encontraré algo en ellas, algo que no me gustará.
Paso saliva con dificultad, la idea de que esto no sea real me estremece hasta los huesos, alzó mi mano temblorosa hasta la caja de cereal frente a mí, me enfoco en las letras escritas en ella, siento como si una cubeta de agua helada me golpeara a la cara, las letras están movidas por la caja sin formar una sola frase coherente.
—Esto no es real —susurro.
Ahora todo tiene sentido, esto es una pesadilla, no es real, pero si esto no es real porque siento como si lo fuera, si esto es un sueño puedo despertar cuando yo lo quiera. Pellizco mi brazo esperando que eso funcione para hacerme despertar, mi ansiedad aumenta al ver que sigo en el mismo lugar.
—¡Vamos, despierta de una vez! —me ordeno una y otra vez, pero nada sucede.
—¿Te encuentras bien? —Bash pregunta deteniéndome, alzo la mirada encontrando sus ojos curiosos, recuerdo lo que sucedió en el pasillo esta mañana, algo oscuro hay en él, no puedo confiar en lo que sea que está en frente de mí, porque algo es seguro, este hombre no en mi novio.
—Yo…—tengo que encontrar la forma de deshacerme de él, no lo quiero conmigo o cerca de mí. —Quiero estar sola—digo sin rodeos, puedo ver la sorpresa asaltar sus ojos.—Estoy cansada y aún me queda mucha tarea por hacer... —invento esperando que eso no lo alerte y me deje en paz.
—Puedo ayudarte. Además, no es bueno que te extralimites después del desmayo que tuviste.
—No…—me apresuro a decir desesperada por que se vaya. —Necesito estar sola. —su mirada se entristece, asiente pesadamente, aceptando irse diciendo que espera que el desacanso me ayude. Revisa el lugar asegurándose de no estar dejando nada suyo en la cocina antes de acercarse de nuevo a mí para despedirse, volteo a ver el montón apilado de sartenes evitando su beso.
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Editado: 08.09.2023