Prai—Isu, un mundo donde lo imposible es posible, donde existe la magia elemental, la hechicería, artefactos avanzados científicamente, seres fantásticos, hadas, espíritus, entidades y demás.
Nadie sabe con certeza como es que surgió el origen de la raza humana en Prai—Isu, ni de dónde es que obtienen sus habilidades mágicas o como es que descubrieron la existencia de otros artefactos fantásticos. Solo se sabe dónde conseguirlos.
Las personas con magia nacen con ella, es imposible desarrollarla, cosa contraria con la hechicería, que tanto un ser mágico como un humano común puede aprender a realizarla. Un mago puede convertirse fácilmente en un hechicero, pero nunca al revés.
Sin embargo, aunque todo parece tan extraordinario, no lo es, pues la gente que no es capaz de tener ningún poder mágico solo puede defenderse con armas creadas por ellos mismos o terceros y son las víctimas directas de los “Hostil—Us”.
¿Qué son los “Hostil—us”? Así se les denomino a las personas que se han unido entre sí para conquistar pueblos enteros, derrumbar reinos y colonizar a todo lo que encuentran. Se dice que son aquellos que van en contra de todas las enseñanzas morales y éticas, siendo despiadados, crueles y sangrientos.
Ahora mismo, un pueblo es protegido por una extraña barrera mágica que evita que ellos se adentren al mismo y castigue a sus habitantes. Rumores dicen que fueron salvados por una mujer que se le acuso de traidora en el pasado, pero desde ese día nadie la ha vuelto a ver.
Los “Hostil—us” han construido una base de operaciones al lado de este pueblo, esperando a que esa barrera mágica se debilite. Los habitantes de ese lugar viven con leve temor y seguridad, porque no saben cuánto tiempo más resistirá ese campo de energía, pero algo los mantiene estables hasta el momento.
Un grupo de chicos se han dedicado a controlar a las pocas bestias que habitan alrededor y se revisar con regularidad que la barrera se encuentre bien y en cualquier anomalía o amenaza ellos aseguran que los protegerán a cualquier costo.