Prai-Isu: El inicio de la Guerra

Capítulo 11

Los rayos del sol iluminaron al pueblo, avisando que el día estaba por comenzar. Sin embargo, nuestro grupo de amigos, al estar preocupados por el destino de las personas cercanas a ellos. No podían conciliar el sueño, así que antes de que la luz se asomara por sus ventanas, ellos ya se encontraban arreglando todo para partir por la mañana.

En cambio, nuestro grupo de chicas, al sentir el calor del sol en sus ventanas se levantaron de a poco, todas excepto Kati, quien madrugo para traerles algo de comer y comenzar el día con energía.

Mientras ellas desayunaban, nuestros amigos estaban avisándoles a los residentes del pueblo que no se acercaran al bosque y mucho menos a la frontera, pero ya era tarde, muchos niños, adolescentes y adultos ya se encontraban allá.

—Por favor, traigan a mi nieta —suplicaba una mujer mayor.

—No se preocupe, lo haremos —aseguro Clelia.

—Mi hija salió a pasear, debo ir por ella —comento una señora.

—No hay necesidad, nosotros buscaremos a su hija —contesto Leonardo.

—Mi esposo fue a traer leña, ¿él estará bien? —dijo una mujer atormentada.

—Nosotros nos encargaremos —se comprometió Florián—. Nadie saldrá herido y nosotros protegeremos este lugar —hablo en voz alta, recibiendo aplausos y palabras alentadoras.

Regresaron a su casa para recoger las últimas cosas y así para partir al bosque.

—No debiste comprometerte de esa manera —reclamo Agur.

—Oww… ¿Estás celoso? —comento Florián burlón. Agur solo lo miro con cara de desagrado.

—Bueno, bueno, no peleen, debemos irnos pronto —decía Elvira con apuro.

—Nosotros las acompañaremos —se propuso Abi.

—Amm… Verás… —Elvira se rascó la nuca.

—No son aptas —dijo Agur.

Elvira lo miro con enfado y luego continuó explicándoles a Abi y a Cinthia.

—No queremos ponerlas en peligro.

—No se preocupen, yo sé usar la espada —respondió Abi.

—Tú sí, pero… —mira a Cinthia.

—Yo no puedo dejarla sola —su tono cambio a uno molesto—. Queremos ayudarles por habernos dejado quedarnos y por cuidarla. No pienso dejarla sola.

—Yo la cuidaré —dijo Clelia.

—¿Segura? —pregunto Elvira.

—Claro, soy buena con los niños —sonríe.

—Gracias —agradeció Abi.

—Espero no ser una carga —comento Cinthia.

—No te preocupes, no lo serás —tomo su mano y la lleva con ella.

—¿Todos están listos? —pregunto Florián. Todos asintieron en voz alta—. Entonces andando.

Todos salieron de la casa con dirección al bosque. Cada quien tomo una ruta diferente, si encontraban a un residente debía ser enviado al pueblo inmediatamente.

Liz estaba observando todos sus movimientos desde la casa, sin ningún propósito en realidad, pero se veía bastante… perturbador.

En cuanto a las chicas, acaban de salir de la casa misteriosa en medio del bosque.

—Fue una suerte que pudiéramos encontrar este lugar —comento Mayra.

—Sí, aunque es muy curioso que apareciera de la nada —argumento Lesly.

Kati dio una risa inocente que hizo que todos la miraran confundidas.

—¿Qué? —pregunto Jil.

Kati solo hace un movimiento vertical hacia abajo y la casa desaparece de la misma forma en la que apareció el día de ayer. Todas la miraron asombradas.

—Es una larga historia, algún día se las contaré.

—Claro, tienes que hacerlo —dijo Mayra y todas rieron.

—Bien, ahora tenemos una misión. Cerca de aquí debe de estar ella, así que debemos de indagar cada rincón para asegurarnos —explico Kati, respira hondo y suspiro.

—No te preocupes —calmo Jil.

—Confía en nosotras —dijo Fivi.

—Si bien el sello se robó parte de nuestro poder, no quiere decir que estamos indefensas, podemos contra esto ¿verdad? —dijo Lisa y todas asintieron.

—Gracias chicas —Kati sonrío agradecida—. Muy bien, que comience la búsqueda —al decirlo, todas salieron en direcciones distintas.

Por su parte, Kati camino lentamente por el bosque, quería pensar seriamente en ella y lo que debía de hacer en esta situación. Su mente necesitaba estar calmada y clara.

Es entonces que todo comienza, Leonardo se encargó de alejar a la gente del bosque y de sacar a la que se encontrara dentro, pero él no lo hacía solo. Mayra también lo estaba haciendo sin que él se diera cuenta, pues ella tenía habilidades de sigilo casi excelentes, además de recibir la ayuda de Lesly para una que otra situación.

Sin embargo, las cosas no serían tan fáciles como se pensó. Del otro lado de la frontera, los Hostil—us, tras contemplar el pánico del pueblo, aprovecharon para atacar.



#18906 en Fantasía
#4055 en Magia

En el texto hay: magia, fantasia épica, drama accion

Editado: 06.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.